Este artículo se publicó hace 2 años.
Supremacía del varón y regreso a la sociedad patriarcal: los cambios que Vox impone a Mañueco con la ley de violencia intrafamiliar
El pacto de Gobierno entre PP y Vox para Castilla y León incluía como propuesta del partido de Abascal una "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar" que no incide en la violencia específica contra las mujeres. Ambos se han comprometido a tramitarla
Isabel de la Calle Fernández
Salamanca-
El acuerdo de Gobierno entre Partido Popular y Vox en Castilla y León ha dinamitado nada más firmarse varios acuerdos existentes en la comunidad por el capricho del partido de extrema derecha. La "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar" es uno de los cambios impuestos por los de Abascal, si bien aún no se conoce si se abolirá la Ley Autonómica de Violencia de Género o coexistirá con esta de nueva creación, como había asegurado Mañueco.
El presidente de la Junta -aún en funciones- ya ha sido señalado entre la nueva dirección del PP por sus cesiones a Vox tras las elecciones, y ha tenido que escuchar de quien será su vicepresidente en Castilla y León, Juan García-Gallardo, estas palabras: "Vamos a tratar a todas las víctimas por igual, sean hombres o mujeres". Público repasa las claves y subraya las diferencias entre ambas propuestas.
¿Qué matices separan la violencia de género y la violencia intrafamiliar?
La violencia de género se da cuando una mujer sufre violencia física o psicológica por el hecho de serlo, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre ellas. Esta violencia se puede producir en el entorno familiar, pero también puede darse en muchos otros escenarios.
La violencia intrafamiliar, denominada también como doméstica, es aquella que se produce entre personas que comparten un vínculo familiar o una relación de convivencia. Este tipo de violencia sí que se restringe al ámbito de la familia y no tiene nada que ver con el sexo de la víctima, pues las víctimas pueden ser niños y adultos, hombres o mujeres.
¿Por qué se diferenció la violencia de género del resto de violencias?
Porque la violencia de género que se produce en muchas familias es algo más que un tipo de violencia "doméstica"; es el reflejo de unas creencias y valores que configuran una sociedad todavía patriarcal, con roles de género definidos. Este tipo de violencia tiene su base en la desigualdad y el control del hombre sobre la mujer.
El maltrato a las mujeres no es una forma más de violencia, es una manifestación de todo un sistema que debe modificarse para lograr una igualdad real entre hombres y mujeres.
Por esta razón, la que fuera vicepresidenta popular de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón, aseguró esta misma semana que "la ley de violencia intrafamiliar no es necesaria porque en el Código Penal ya están definidas todos los tipos de violencias. Si quieren ampliarlo, que lo modifiquen, pero no que toquen la ley, ni permitan que pierda entidad", se lamentaba.
¿Qué leyes existen ya en Castilla y León al respecto?
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, se aprobó por unanimidad en el Congreso sobre Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. En Castilla y León, el 20 de diciembre de 2010 se publicó en el BOCYL la Ley 13/2010 de 9 de diciembre contra la Violencia de Género, que fue aprobada en las Cortes con la mayoría absoluta del Partido Popular, bajo el Gobierno de Juan Vicente Herrera.
Esta ley "incluso corregía algunos aspectos que la ley estatal de 2004 no contenía, acercándose más al Convenio de Estambul", asegura Nina Infante, del Foro Feminista de Castilla y León. "Hay que tener en cuenta que las leyes también educan. Hay muchos detalles inocuos que acaban llevando a la violencia. Por eso es tan importante la educación en esta materia", añade Infante.
El Convenio de Estambul es jurídicamente vinculante y contempla como delito todas las formas de violencia contra la mujer: la física, psicológica y sexual, incluida la violación; la mutilación genital, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada. España lo ratificó en 2014.
¿En qué puede afectar el cambio a las mujeres en la práctica?
Cambiar la "perspectiva de género" por la "perspectiva familiar" -que siempre ha estado en el ideario de Vox- "supone dar la espalda a un problema real de desigualdad. Si todos coincidimos en reconocer que existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, por ejemplo, ¿cómo podemos decir que hemos alcanzado la igualdad?", se preguntan desde Foro Feminista de Valladolid.
La propuesta que Vox llevó al Congreso en 2021 parte de la base de que la violencia de género, la que se ejerce contra las mujeres por el mero hecho de serlo, no existe, y por esta razón intentó sacar adelante una proposición de ley orgánica de violencia intrafamiliar. Entonces, todos los grupos parlamentarios la rechazaron de forma unánime: solo obtuvo el "sí" de los 52 miembros de Vox.
Esta propuesta suprimía, además, los juzgados de violencia sobre la mujer, que hacen este tipo de procesos más ágiles actualmente, además de ofrecer una mayor formación sobre esta violencia a policías, abogados, jueces y fiscales. "Gracias a la ley, las mujeres no tenían que cruzar los dedos antes de iniciar un procedimiento porque la respuesta ante el maltrato era unánime en todos los juzgados o en todas las comunidades autónomas", reconoce Nina Infante. "Ahora estamos temblando antes de conocer la exposición de motivos que presentará Vox a la ley". La ley estatal manifiesta que la violencia de género "se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas por sus agresores carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión".
¿Se quitará así visibilidad como problema social a la violencia contra las mujeres?
"Por supuesto", aseguran al unísono desde el Foro Feminista de Castilla y León. "La ley contra la violencia de género abarca aspectos preventivos, educativos, sociales, asistenciales y sanitarios, no solo penales", añaden. Es por esta razón que desde que en 2004 se aprobara la primera ley específica para combatir la violencia de género, la conciencia general de la sociedad sobre esta lacra ha ido en aumento.
Feministas expertas en la materia han asegurado que solo el hecho de calificar la violencia de género como violencia doméstica ya "impide dar visibilidad a un problema social mucho más amplio, en el que entran en juego factores que sitúan a la mujer por debajo del hombre en muchas situaciones".
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