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Yolanda Díaz retoma con Sumar el reto de superar el régimen del 78 desde la reforma y no la ruptura

La vicepresidenta segunda del Gobierno diseña su proyecto de país "desde la construcción y no desde la impugnación". En su equipo consideran que muchas de las demandas del 15M siguen sin resolverse y hay base para ofrecer una alternativa.

Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda del Gobierno, este martes, en el Congreso de los Diputados. Mariscal / EFE

El proyecto político de Yolanda Díaz mira hacia al futuro, pero también se alza sobre los hombros de cuestiones pendientes del pasado en lo que se refiere a la transformación política y social. La izquierda alternativa que surgió a raíz del 15M y de las mareas ciudadanas, y que fructificó en Podemos, tenía como uno de sus principales objetivos lo que se denominó 'superación del régimen del 78'.

A grandes rasgos, se trataba de una alternativa que rompiera con la configuración, a prácticamente todos los niveles (político, territorial, social, económico...), del sistema surgido tras la transición, sustentado en un bipartidismo que lideraban el PP y el PSOE.

La crisis del 2008 y la irrupción de formaciones como Podemos y Ciudadanos abrieron una brecha en este régimen y, desde entonces, se han ido produciendo transformaciones, tanto explosivas (como la ruptura del bipartidismo y la configuración de un Parlamento multipartidista sin mayorías absolutas), como más graduales, incompletas, e incluso estancadas (como la reforma territorial).

El proyecto político que ha puesto en marcha la vicepresidenta segunda del Gobierno retoma buena parte de estos objetivos, aunque Díaz quiere desplegar sus propias formas y pretende marcar sus propios tiempos también en esta cuestión.

Su meta es la de configurar este proyecto para transformar el país en la próxima década, un movimiento que se sustente en un maridaje entre la organicidad política e institucional (traducido en la reedición del Gobierno de coalición progresista) y un movimiento ciudadano activo (que ya ha echado a andar con la puesta en marcha del proceso de escucha de Díaz).

Para la ministra de Trabajo, muchas de las demandas, anhelos y problemáticas que se abrieron paso durante el 15M y la crisis financiera siguen vigentes y no han obtenido una respuesta institucional y política a la altura. De hecho, en el diagnóstico que han realizado ella y su equipo, se considera que hay parámetros del denominado régimen del 78 que, incluso, han sufrido regresiones.

Construcción y no impugnación

El refuerzo de los oligopolios; el deterioro de la sanidad y la educación públicas; la concentración cada vez mayor de la riqueza en pocas manos y la exclusión social y política de sectores marginales en lo económico; las dificultades de las personas más jóvenes para configurar un horizonte laboral fuera de la precariedad... 

También el enquistamiento territorial de un Estado que aglutina a varias naciones y que arrastra importantes tensiones por ello. El bloque de la investidura que configuró Pablo Iglesias señaló una senda de colaboración entre la izquierda estatal y las izquierdas territoriales que hace años no se daba.

Aunque la intención de Iglesias era la de elevar el bloque de la investidura a un bloque de dirección de Estado, esta cooperación, al menos de momento, no ha ido más allá del Parlamento. Esta también es una cuestión presente en el proyecto de Yolanda Díaz, que, además, aporta la experiencia de la vicepresidenta en la configuración de Alternativa Galega de Esquerda en el año 2012 a nivel autonómico.

Una de las diferencias fundamentales respecto a las formas es que la ministra de Trabajo quiere llevar a cabo esta superación del régimen del 78 pero no en términos destituyentes o rupturistas, sino desde la reforma en el plazo de una década. 

"Queremos un proyecto de país desde la construcción, no desde la impugnación", comentó la pasada semana Yolanda Díaz durante una entrevista en televisión. El proceso de escucha ya se ha puesto en marcha y el objetivo es que, además de enraizar en la ciudadanía, sirva como base para construir un programa político, un "nuevo contrato social" que recogerá la hoja de ruta para esa superación del régimen del 78.

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