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Anguilas, loros y hasta elefantes: el tráfico ilegal de especies protegidas pasa por España

Según consta en una respuesta del Gobierno al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, en el último año y medio se incautaron cerca de 700 animales "no domésticos" y se iniciaron expedientes de sanción contra 230 personas. Detrás de esas cifras hay un millonario negocio movido por mafias internacionales que utilizan este país como "puerta de entrada" a Europa.

Animales disecados en Alicante
Imagen de los animales disecados incautados por el Seprona en Alicante en febrero de 2019. EUROPA PRESS

El loro yaco tiene el tiempo contado. Su pico negro, plumaje gris y llamativa cola roja caminan a extinguirse. Su hábitat era y sigue siendo África, pero el comercio ilegal de aves exóticas le quiso convertir en una "mascota" con una gran capacidad de repetir palabras e imitar sonidos humanos junto a sus "dueños". El millonario negocio movido por mafias internacionales se ha convertido en su condena.

En 2019, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) incautó un yaco en Barcelona. En esa misma provincia catalana y durante ese mismo año se encontraron también ocho tortugas de diferentes especies, diez faisanes, dos pauxi –un género de aves de Sudamérica– o tres kinkajou, nombre que reciben unos pequeños mamíferos carnívoros parientes de los coatíes y de los mapaches. Viven sobre todo en la selva de Centroamérica, en un clima y en un entorno que nada tienen que ver con Barcelona.

Estos datos aparecen reflejados en la respuesta enviada por el Gobierno al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, quien había requerido información sobre "cuántas personas han sido sancionadas por Seprona (Guardia Civil) por poseer animales (no domésticos) sin las pertinentes autorizaciones". El representante abertzale pedía que se aportara datos sobre "año, provincia y especie de animal" incautada.

Según consta en el documento remitido por el Ejecutivo, durante todo 2019 y el primer semestre de 2020 se tramitaron propuestas de sanción contra 230 personas por "posesión de animales no domésticos sin autorización". De acuerdo al recuento efectuado por Público en vísperas del Día Mundial de los Animales que se celebra este domingo, en el listado enviado por el Gobierno aparecen al menos 700 animales de distintas especies que fueron incautados por el Seprona en ese periodo.

Por su parte, otros datos estadísticos suministrados por el Seprona a este periódico permiten determinar que durante 2019 hubo 349 operaciones de recuperación de especies amenazadas. Ese año hubo seis personas detenidas y 128 investigadas por su relación con estos casos. 

Tales actuaciones se realizaron en el marco del Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES, por sus siglas en inglés) al que está adherido España y que busca precisamente "preservar la conservación de las especies amenazadas de fauna y flora silvestres mediante el control de su comercio".

Una de las operaciones más importantes se produjo entre abril y julio de 2019 y se saldó con 203 personas detenidas o investigadas por "tráfico ilegal de especies protegidas y por delitos relacionados con el incumplimiento del Convenio CITES y de la normativa de contrabando o falsedad documental". En el marco de ese operativo, denominado "Celacanto", la Guardia Civil recuperó "2.296 especímenes de 70 especies de fauna protegidas".

En octubre del año pasado tuvo lugar la Operación Fame, en la que resultaron detenidas 16 personas que formaban parte de cuatro grupos organizados "dedicados al tráfico ilegal de anguila europea obtenida ilegalmente en Francia y España y que operaban en las provincias de Guipúzcoa, Madrid y Asturias", reveló entonces la Guardia Civil. 

En el marco de la operación "Oratrix" fueron detenidas e investigadas 23 personas

La operación más reciente se produjo en julio pasado, cuando la Guardia Civil desarticuló a un grupo delictivo que se dedicaba al tráfico ilícito de especies protegidas. Según señaló entonces la Benemérita, las especies eran exportadas a países como Marruecos. "Además se han esclarecido hasta veinte delitos de estafa a particulares que adquirían en la red este tipo de animales", señaló la Guardia Civil. En el marco de esa operación, llamada "Oratrix", fueron detenidas e investigadas 23 personas al tiempo que se incautaron más de 280 especies protegidas, entre las que había guacamayos, loros y cacatúas, "además de abundante documentación y dinero en efectivo".

Un negocio millonario

En la respuesta enviada a Iñarritu aparecen casos llamativos, como el elefante hallado en Zaragoza en 2019, los dos tigres que figuran como encontrados en Huesca en 2019 y 2020 o el león disecado que incautaron el año pasado en Alicante. En el caso del elefante y los tigres, las fuentes consultadas por este periódico no pudieron precisar si se trataba de animales vivos o disecados. Asimismo, en el primer semestre de 2020 se incautaron cinco escorpiones africanos en Málaga, provincia en la que también se localizaron tres tortugas marginatas o una tortuga mora.

Desde Seprona señalaron a Público que se trata de "tráfico de especies", un delito medioambiental que "está reportando millones de euros ingentes". "Además, es muy rentable: este tráfico reporta beneficios muy grandes, mientras que las penas son menores en comparación a otro tipo de delincuencia", remarcan desde ese organismo dependiente de la Guardia Civil. Como apunte, un dato: "un kilo de polvo de rinoceronte vale tres veces más que un kilo de cocaína", subrayaron.

No en vano, la organización WWF/Adena sostiene que "el tráfico de especies se ha convertido en la principal amenaza para la supervivencia de especies como el tigre, el elefante y el rinoceronte, animales que se encuentran en grave peligro de extinción". "Este delito, promovido por poderosas mafias internacionales y equiparable al volumen de negocio del tráfico de drogas y el de armas, es un crimen contra la naturaleza en el que se enriquecen unos pocos, pero en el que perdemos todos".

Se estima que el tráfico de especies de fauna y flora mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año. "Este crimen está llevando al borde de la extinción a cientos de especies de animales y plantas y es la segunda causa de pérdida de biodiversidad después de la destrucción de hábitat", apunta WWF.

"Puerta de entrada"

En un informe presentado en 2018, esta ONG destacaba que "España actúa como puerta de entrada a Europa del comercio ilegal de numerosas especies provenientes de América y África como aves exóticas, simios, tortugas". "Muchos de estos animales mueren durante la captura, transporte o depósito, alcanzando un 75% de los casos", señalaba.

Según ese documento, "los que sobreviven, al ser incautados, terminan sufriendo en centros de cautividad que no tienen los recursos adecuados para su conservación". "Son especies que necesitan unas condiciones climáticas y alimentación especiales, así como el cuidado de veterinarios expertos en fauna exótica", apuntaba WWF.

La abogada Anna Mulà, especializada en derecho animal y ambiental, sostiene precisamente que "faltan centros de rescate para estos animales". "Muchas veces se quedan con el poseedor que ha sido sancionado, con lo cual tampoco se contribuye a que el animal mejore sus condiciones", señala. "En otras ocasiones estos animales van a parar a parques zoológicos, lo cual es mucho peor que cualquier centro de rescate", advierte Mulà.

En ese contexto, Leonardo Anselmi, portavoz de la asociación animalista Libera, advierte sobre el "daño irreparable a los ecosistemas, tanto de donde se les retira como donde se les introduce" a dichas especies. "Permitir cualquier tenencia, convivencia, compra o venta de animales de la fauna silvestre es inaceptable. Por un lado, por el daño que hacemos a ese animal; por otro, por todos los que quedan muertos o moribundos en el camino", subraya.

Pieles de reptil

WWF apuntaba también en su informe que "el tráfico de pieles de reptil va en aumento y España juega un papel clave en la escalada de este comercio ilegal". "De hecho –precisaba–, somos el principal país de destino de pieles de reptil provenientes de todo el mundo".

La ONG también puso el foco en el caso de las angulas, que calificó como "alarmante". "En los últimos años se ha convertido en la especie más importante del tráfico en nuestro país", destacaba. La exportación ilegal de angulas, añadía, "responde en gran medida a la enorme demanda de angulas por parte de China, mercado gastronómico en el que son altamente valoradas". Un kilo puede alcanzar allí los 1.500 euros.

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