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El Ártico puede quedar sin hielo en la próxima década

Este escenario supone una importante amenaza para la fauna local y las regiones costeras.

La capa de hielo flota en el agua del Océano Ártico, a16 de agosto de 2015.
La capa de hielo flota en el agua del Océano Ártico, a 16 de agosto de 2015. Picture Alliance / Europa Press

El deshielo del Ártico es inevitable. La pregunta que se hacen los científicos es cuándo sucederá, y la realidad es que podría ser mucho antes de lo esperado. Un artículo publicado este martes en la revista Nature Reviews Earth & Environment pronostica que sucederá durante un mes de agosto o de septiembre entre las décadas de 2020 y 2030.

A mediados de siglo, es probable que en el Ártico haya un período sin hielo flotante durante septiembre, cuando la cobertura de hielo marino de la región está en su mínimo. A finales de siglo, la temporada sin hielo podría durar varios meses al año.

La descongelación del Ártico tiene importantes repercusiones sobre los hábitats de los animales. "Por ejemplo, el oso polar caza sobre el hielo marino y, por tanto, depende en gran medida de él", explica a Público Alexandra Jahn, líder del estudio y profesora de la Universidad de Colorado en el Departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas.

Es probable que en el futuro el Ártico quede sin hielo cada septiembre

"El pronóstico amenaza la supervivencia de estos mamíferos y otras especies adaptadas al hielo marino", advierte. Además, a medida que el océano se calienta, los investigadores temen que peces no autóctonos se introduzcan en el Ártico. El impacto de estas especies invasoras en los ecosistemas locales sigue sin estar claro.

Por otro lado, "el deshielo del Ártico provoca más deshielo", subraya la investigadora en declaraciones a este diario. "Al pasar de una superficie helada a aguas abiertas, el océano absorbe más energía solar. Esto puede traer más derretimientos o retrasar la congelación", aclara.

Este panorama supone un riesgo para las comunidades que viven cerca de la costa, ya que el hielo amortigua el impacto de las olas. "Con la descongelación del Ártico, aumenta el oleaje, y en consecuencia, también la erosión del litoral", destaca Jahn a Público.

Gases de efecto invernadero, principal causa del deshielo

Según la científica, los gases de efecto invernadero son las que más contribuyen a la pérdida de hielo marino. "Para detener el deshielo de la región, tenemos que reducir estas emisiones", declara a este medio. "La buena noticia es que el hielo marino del Ártico puede recuperarse cuando las temperaturas vuelvan a bajar".

A diferencia de la capa de hielo de Groenlandia, que tardó miles de años en formarse, "aunque derritiéramos todo el hielo del Ártico, si encontramos cómo eliminar el CO2 de la atmósfera e invertimos el calentamiento, el hielo volvería a formarse en un decenio", afirma Jahn.

Para los científicos, un Ártico sin hielo no significa que se haya derretido por completo. Los investigadores consideran que la región está libre de hielo cuando el océano tiene menos de un millón de kilómetros cuadrados de agua congelada.

En el peor escenario, el deshielo puede durar hasta nueve meses

Este umbral representa menos del 20% de la capa helada que el Ártico tenía como mínimo en la década de 1980. Durante los niveles más bajos de los últimos años, que suelen registrarse en los meses de septiembre, el océano tenía alrededor de 3,3 millones de kilómetros cuadrados de superficie helada.

"Aunque sea inevitable un Ártico sin hielo en septiembre, las futuras decisiones en materia de emisiones determinarán con qué frecuencia y durante cuántos meses veremos estas condiciones en la región", apunta Jahn en declaraciones a Público.

En un escenario de emisiones intermedias, la senda que sigue la sociedad actual, el Ártico podría quedar libre de hielo solo a finales de verano y principios de otoño, de agosto a octubre. Pero en el escenario de emisiones más altas, la región más septentrional del planeta puede quedar libre de hielo hasta nueve meses para finales de este siglo.

"Esto transformaría el Ártico en un entorno diferente, de un océano blanco en verano a uno azul. Por eso, aunque sea inevitable que no haya hielo, debemos mantener nuestras emisiones al nivel más bajo posible para evitar que se produzcan heladas prolongadas", concluye la investigadora.

Referencia

Jahn, A. et al. "Projections of an ice-free Arctic Ocean". Nature Reviews Earth & Environment (2024).

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