Este artículo se publicó hace 3 años.
Un bote con 125 personas envía una alerta de socorro cerca de la costa de Libia
Desde que comenzó el año, más de 3.500 personas –entre ellas 187 menores– han sido interceptadas en alta mar por la Guardia Costera libia, un cuerpo que está bajo la sospecha de distintas organizaciones humanitarias por presuntos vínculos con las mafias que se dedican al contrabando de personas.
Trípoli-
Un bote con cerca de 125 personas ha enviado una alerta de socorro desde un punto próximo a las costas de Libia, informaron este domingo varias ONG que observan el tránsito migratorio en la ruta del Mediterráneo Central, una de las más mortíferas del mundo.
Según las ONG Mediterranea Saving Humans y Alarm Phone, la embarcación lanzó una llamada de auxilio poco después del amanecer en la que aseguraba que el bote se había desinchado y varios de los migrantes habían caído al agua en la que luchaban por sobrevivir.
"Al parecer están a escasos 8 kilómetros de la costa de Libia pero la llamada Guardia Costera Libia se niega a intervenir", denunciaron.
"La gente nos llama pidiendo ayuda. ¿Dónde está el rescate? 5 personas están en el agua ahora. Ven un barco grande, pero no les está ayudando. 5 horas después de nuestra primera comunicación, ¡todavía no hay ayuda a la vista!", insistía Alarm Phone en un último mensaje enviado en torno a las 10.00 horal local (9.00 GMT).
El viernes, la citada guardia costera interceptó a 151 migrantes, entre ellos diez mujeres y dos menores, que pretendían cruzar el Mediterráneo de forma irregular a bordo de un embarcación precaria y los devolvió a puerto, pese a que la ONU considera a Libia "un país no seguro".
Cuatro días antes interceptaron otro bote, igualmente precario, que había salido de una de las playas del noroeste de Libia con 94 personas a bordo, en su mayoría procedentes de países subsahariano, que igualmente fueron devueltos a puerto, donde recibieron los primeros auxilios de la Organización Internacional de las Migraciones (IOM) antes de ser trasladados a centros de detención.
Desde que comenzó el año, más de 3.500 personas –entre ellas 187 menores– han sido interceptadas en alta mar por la Guardia Costera libia, un cuerpo formado en su mayoría por la Unión Europea y que está bajo la sospecha de distintas organizaciones humanitarias internacionales por sus supuestos vínculos con las mafias que se dedican al lucrativo negocio del contrabando de personas. Durante el mismo periodo, otras 92 personas han perdido la vida y 20 continúan desaparecidas.
Libia, un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi es el epicentro de la llamada ruta migratoria del Mediterráneo Central, considerada la más mortífera del mundo.
Desde entonces más de un millón de personas se han aventurado desde sus playas en busca de un futuro en el norte del Mediterráneo.
A principios de febrero, la OIM instó a la Unión Europea (UE) y a sus Estados miembros a adoptar medidas urgentes que frenen los rechazos, las expulsiones colectivas y el uso de la violencia contra migrantes y refugiados, incluidos los niños, tanto en el exterior de la UE como en sus fronteras marítimas.
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