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Homofobia Los defensores de los acusados por la muerte de Samuel, dos expertos penalistas con experiencia en casos mediáticos

Ramón Sierra fue abogado del asesino de Diana Quer y Luis Salgado defendió a los implicados en la muerte de un inmigrante en un pueblo de Ourense y representa al único encarcelado por el doble crimen de El Álamo.

Fotografías, mensajes y peluches en el lugar donde murió Samuel, en la Avenida de Buenos Aires de A Coruña.
Fotografías, mensajes y peluches en el lugar donde murió Samuel, en la Avenida de Buenos Aires de A Coruña. J.O.

Los abogados que defenderán a los acusados de la muerte de Samuel Luiz son dos experimentados criminalistas gallegos, expertos en casos tan complicados y mediáticos como el del joven enfermero coruñés al que una jauría humana linchó hace cuatro semanas a puñetazos y patadas entre insultos homófobos.

Se trata de Ramón Sierra Sánchez, un prestigioso penalista con lustros de experiencia a sus espaldas y que se hizo más conocido aún por haber tenido como cliente al asesino de Diana Quer; y de Luis Salgado Carbajales, socio desde hace más de veinte años de un despacho especializado en derecho penal y quien también ha ejercido la defensa de acusados de crímenes con gran repercusión social, como el de A Esmorga y el de El Álamo.

Ambos abogados deberán enfrentarse a un proceso largo y complicado que acabará en un juicio con jurado, lo que suele enrevesar aún más los casos con trascendencia mediática. Y también deberán hacer frente a la vorágine de las noticias falsas que los vinculan personalmente con una supuesta carga ideológica ultra, que las redes sociales han rebotado sin contraste ni pudor algunos. La última fake se montó alrededor de un tuit que relacionaba a las familias de los detenidos con el Opus Dei, y a sus letrados, con organizaciones de extrema derecha como Abogados Cristianos y Hazte Oír.

Luis Salgado se confiesa "horrorizado" por la muerte de Samuel y por la forma en la que murió. "Yo también tengo sentimientos, tengo hijos y tengo mi opinión sobre las cosas, pero mi opinión me la reservo para el ámbito privado", afirma . Defiende que su tarea como abogado, como el del resto de juristas que participan en el asunto, es contribuir "a que se esclarezca la verdad" sobre lo sucedido la noche del sábado 3 de julio en la Avenida de Buenos Aires de A Coruña.

Captura de pantalla de un tuit que relaciona a los acusados con el Opus Dei y a sus abogados con Hazte Oír y Abogados Cristianos.
Captura de pantalla de un tuit que relaciona a los acusados con el Opus Dei y a sus abogados con Hazte Oír y Abogados Cristianos.

El asunto sigue bajo secreto de sumario en el juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña casi un mes después de la muerte de Samuel, lo que llama la atención teniendo en cuenta que el suceso fue grabado por varias cámaras de la policía local y por teléfonos móviles de particulares, y que decenas de testigos lo presenciaron y contaron su versión ante la jueza.

Ésta levantó el secreto pasado 14 de julio, pero la Audiencia Provincial de A Coruña estimó seis días después el recurso del fiscal pidiendo que se prolongase. Según algunas fuentes, podría deberse a que la investigación aún no ha podido hallar indicios probatorios para acusar al resto de implicados ni desvelar todavía el grado exacto de participación de cada uno en la muerte del joven.

A Samuel Luiz lo mataron a golpes después de que uno de los acusados le llamara "maricón" y le pegara un puñetazo al creer que le estaba grabando cuando hacía una videollamada. Sólo le socorrieron dos inmigrantes senegaleses, que no pudieron evitar que los amigos del primer agresor acabaran con su vida minutos después tras una paliza multitudinaria con más insultos homófobos.

Las cámaras muestran que al menos doce personas golpearon a Samuel. Pero de momento sólo hay seis detenidos: tres varones ingresados en prisión provisional, dos menores internados en un centro y una mujer en libertad condicional. En un principio la policía descartó que la supuesta motivación homófoba del crimen figurase entre sus líneas de investigación, lo que motivó, en plena Semana del Orgullo, una oleada de indignación social. Sus amigos sí aseguraron a los medios que Samuel murió mientras le insultaban. Público ha podido saber que en las primeras declaraciones ante la propia policía y ante la jueza al poco de la muerte del chico nadie hizo alusión a ese extremo.

Tal vez no se lo preguntaron, o tal vez es que los testigos estaban en shock. Pero en seguida empezaron a levantarse los rumores que relacionaban a los agresores y a sus abogados e incluso a los investigadores con la extrema derecha, más allá de que el discurso de Vox y sus organizaciones satélites sí pueda considerarse el caldo de cultivo de la violencia machista y homófoba.

Luis Salgado desmiente cualquier vinculación con las organizaciones con las que se le ha relacionado en Twitter, y añade que no tendría inconveniente alguno en reconocerlo si fuera al contrario. “Si me hubiera llamado la familia de la víctima, también habría asumido el caso con la misma dedicación”, añade. E insiste en que el derecho a la defensa es esencial en un sistema democrático, por muy lacerantes y condenables que puedan ser los hechos que se imputan a los investigados.

El letrado está acostumbrado a la prensa, pues hace siete años defendió a uno de los acusados de la muerte de Alexandru Walter, un inmigrante rumano que murió ahogado en O Carballiño (Ourense) después de otra paliza y de que lo arrojaran al río malherido. Se lo conoce como el crimen de A Esmorga -esmorga es juerga en gallego-, por las similitudes con la novela de ese título de Eduardo Blanco Amor que Gonzalo Suárez e Ignacio Vilar llevarron al cine en 1977 y en el 2014, respectivamente.

Salgado también ha llevado casos de corrupción policial relacionada con el narcotráfico y es el defensor del único encarcelado por el doble homicidio de El Álamo, la localidad madrileña donde una reyerta entre dos familias de feriantes que asistían a una pedida de mano terminó con dos personas muertas y una herida de gravedad. Ese asunto también está pendiente de juicio, que, como el de A Esmorga y El Álamo, se celebrará con jurado.

No hay nada que vincule con los ultras a los detenidos por la muerte de Samuel, a sus abogados o a la investigación. Pero al día siguiente varias personas se acercaron a comisaría para insultar a los detenidos y también a sus defensores. A Ramón Sierra incluso le increparon por ejercer la defensa de uno de ellos. Como si por haber sido detenidos por un crimen homófobo -y eso, en cualquier caso, tendrá que establecerlo un juez- los acusados no tuvieran derecho al mejor abogado que puedan encontrar, y como si el abogado no debiera hacer su trabajo.

Sierra ha asegurado que su cliente es inocente. Público ha intentado contactar con él para conocer su opinión sobre el asunto, hasta el momento sin éxito. A través de otros abogados de A Coruña sí ha podido saber que se trata de un experto en derecho penal de reconocido prestigio en el mundo judicial y especializado en casos muy complicados. Fue el abogado de José Enrique Abuín, El chicle, asesino de Diana Quer, hasta que dejó su defensa al considerar que su cliente le engañaba. También ha defendido a condenados por violencia de género y a policías y empresarios implicados en casos de corrupción.

"Ramón es uno de los mejores penalistas que conozco, y su trabajo consiste en defender a acusados de crímenes con enorme relevancia penal. Relacionarlo con una ideología como si fuera su motivación para defender a uno de los acusados de la muerte de Samuel es una sandez", dice un compañero suyo.

También parece serlo relacionar a las familias de los detenidos con el Opus Dei. Público no ha encontrado ni un sólo indicio contrastado de esa vinculación, y en uno de los casos, fuentes próximas a una de esas familias lo desmienten categóricamente. Tampoco la hay en la investigación del caso. Quizá la fake se nutra de una circunstancia probablemente casual: el jefe de la brigada de la Policía Judicial de A Coruña, Pedro Agudo, fue director de gabinete de Ignacio Cosidó, director general de la Policía y uno de los rostros del Opus Dei más influyentes de España en tiempos del ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, militante también de esa organización religiosa.

Luis Salgado afirma que no sabe nada de la instrucción del caso de Samuel, ni siquiera de qué se le acusa exactamente a su defendido, porque el sumario sigue siendo secreto, lo que significa que ninguna de las partes tiene acceso a él. Es decir, a las pruebas y testimonios que incriminarían a su cliente Y eso, dice, le causa indefensión, "evidentemente". Pero tampoco cree que el hecho de que los acusados cuenten con buenos abogados vaya a servir para librarlos de la pena que merecen si son culpables y declarados así por la justicia, ni que él y Sierra vayan a ponérselo más difícil a la Fiscalía y a la acusación particular para obtener ese veredicto que cualquier otro letrado que ejerza su profesión como debe.

"Quien lo pone fácil o difícil es la verdad", subraya. Y explica que ser un mal abogado no libra al sistema de la obligación de demostrar la culpabilidad del reo, lo que no podrá hacer si es inocente. Y que da igual que seas el mejor abogado si tu cliente es culpable, más aún si hay cámaras que han grabado el crimen y testigos que lo han presenciado.

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