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La Ingobernable La Ingobernable vuelve a ocupar en el centro de Madrid y crean una Oficina de Derechos Sociales

Su labor se centrará en intentar paliar las necesidades de las vecinas y vecinos de Madrid. Inician su andadura enfocados en siete ejes: salud comunitaria, derecho a la alimentación, precariedad laboral, renta básica, derecho a la protesta y transfeminismo y disidencias. Los dueños del inmueble acumulan millones de euros en su haber.

Imagen de la nueva okupación de La Ingobernable.
Imagen de la nueva okupación de La Ingobernable. GUILLERMO MARTÍNEZ

Lo han vuelto a hacer. El 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid, ha sido la fecha señalada para que el colectivo de La Ingobernable volviera a ocupar un edificio al que se le llevaba sin dar uso desde hace cinco años en el centro de la capital. Sito en la calle Cruz 3 y 5, el nuevo enclave se convertirá en una Oficia de Derechos Sociales (ODS) que pivotará en torno a ejes como la alimentación, la salud, la precariedad laboral y el derecho a la protesta. El amplio bloque, compuesto por tres plantas, pertenece a los hermanos Fernández Luengo, dueños de la firma Marco Aldany, "quienes especulan con la vivienda y acumulan millones de euros en propiedades y empresas", ha afirmado Eloy, uno de los portavoces del colectivo social.

Mientras el toque de corneta avisaba en el kilómetro 0 de la festividad y los operarios de la Policía inspeccionaban alcantarillas y ensayaban su dispositivo de seguridad, unas 50 personas ya estaban dentro de la nueva ODS acompañadas de un centenar de activistas más que se situaban en las inmediaciones para dar cobertura y seguridad a la nueva ocupación. No ha sido hasta pasadas las 12 de la mañana cuando poco a poco todos los grupos dispersados se han ido congregando en las antiguas puertas del Hostal Cantábrico intentando guardar la distancia de seguridad en todo momento.

Pasados unos minutos y dado el ajetreo producido en la castiza calle del centro de la capital, varias dotaciones de Policía Nacional ha restringido la circulación rodada en la zona. Los agentes han entablado conversación con la comisión de negociación del colectivo social mientras las ventanas del edificio recién recuperado se han abierto para que se asomaran distintos activistas, lo que ha levantado un sonoro aplauso entre los congregados y un grito unánime: "10, 100, 1.000 centros sociales". Ataviados como chulapos y chulapas, sus claveles han puesto color a la última estampa protagonizada por La Ingobernable, ya desalojada hasta en dos ocasiones, tanto por el Ayuntamiento de Madrid como por el Gobierno de España. "Derechos sociales para cambiarlo todo" ha sido el lema escrito en la pancarta que ya cuelga en la calle de la Cruz.

El funcionamiento de la ODS

"Hemos recuperado un edificio para toda la ciudad de Madrid y lo hemos llamado la Oficina de Derechos Sociales Ingobernable. Estamos viviendo un momento de crisis sistémica que nos atraviesa a todas, además de que la crisis sanitaria ha puesto de relieve otras que ya estaban anteriormente, como la ecológica y social. Abrimos este espacio para conquistar todos los derechos, porque queremos cambiarlo todo", ha presentado el proyecto Alejandra, una de las portavoces.

Roxana, otra miembro del colectivo, ha esbozado el funcionamiento del centro social recién inaugurado: "Esta ODS es una asesoría colectiva en la que las vecinas y vecinos de Madrid pueden llegar a nuestra asamblea para plantear cualquier problema que tengan y que al principio puede parecer individual, ya que muchas personas están solas frente a él y no saben cómo gestionarlo, pero poniéndolo en común desde la cooperación y la autogestión lo vemos como algo sistémico. Son problemas a los que se les puede dar respuesta desde lo colectivo", ejemplificando su labor con la que viene realizando la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Sus actuaciones, aunque pueden variar según las necesidades del colectivo y las personas afectadas, pivotarán en torno a siete ejes que estructuran muchas de las emergencias a las que se enfrenta la ciudadanía a día de hoy: derecho a la protesta, derecho a la alimentación, salud comunitaria, renta básica, precariedad laboral y transfeminismos y disidencias.

"Liberamos un espacio donde politizar la cotidiano, que sirva para apoyarnos y así ser más fuertes", reza el comunicado del colectivo. El mismo texto explica los diferentes parámetros desde los que actuarán: "Este proyecto nace con un eje de salud comunitaria, porque queremos más grupos de apoyo que colectivicen los malestares y menos pastillas que individualicen el dolor. Tenemos un eje de derecho a la alimentación para dar respuesta a las colas del hambre que las instituciones no quieren encargarse. Tenemos un eje de precariedad laboral porque queremos libertad para llegar a fin de mes con sueldos dignos y no para tomarnos la cañita después de trabajar. Tenemos un eje de renta básica para que no dependa del trabajo la posibilidad de tener una vida digna. Tenemos un eje de derecho a la protesta porque nos cuidan nuestras vecinas y no la policía. Tenemos un eje de transfeminismo y disidencias, porque frente a su odio sacamos nuestra pluma".

La historia del edificio recuperado

Tal y como ha explicitado Eloy, "el edificio fue en su día el Hostal Cantábrico, vacío desde hace cinco años, pero sus propietarios, conocidos por la cadena de peluquerías Marco Aldany, poseen más de 70 millones de euros entre terrenos y construcciones de la empresa de inversiones inmobiliarias ZZ Inmobilari Proxima S.L.". Y ha agregado: "Esta familia también es propietaria de la empresa Mi Casa Inn, que cuenta con un total de 19 apartamentos repartidos entre Atocha, Malasaña y Gran Vía, ocho residencias también entre el centro y el barrio Salamanca, además del Hostal Residencia Arti en Gran Vía o el Hotel Ciudad de Alcalá, como negocios destacados entre un largo listado de empresas del sector de la hostelería y los tratamientos de belleza".

A su expediente de posesiones y negocios, en el caso de Daniel Fernández Luengo hay que sumarle una investigación por parte de la justicia, pues "está acusado por delito odio al ordenar el desalojo que se perpetró con agresiones [tres personas con lesiones] e insultos homófobos en 2018 del CSOT La Pluma", tal y como explicita el colectivo social en su comunicado, y que efectuó de forma extrajudicial Desokupa.

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