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Marlaska, ante su comparecencia más complicada tras las nuevas revelaciones sobre la tragedia de Melilla 

El ministro del Interior se enfrenta por segunda vez al Congreso cercado por sus socios, por la oposición y por las investigaciones periodísticas que desmontan sus explicaciones sobre las muertes del 24 de junio.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en la tribuna del Congreso de los Diputados, durante el debate sobre las partidas presupuestarias  para 2023. EFE/ Fernando Villar
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska en la tribuna del Congreso de los Diputados, durante el debate sobre las partidas presupuestarias para 2023. Fernando Villar / EFE

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, comparece este miércoles en el Congreso de los Diputados en su momento más delicado a cuenta de la tragedia en la valla de Melilla del pasado 24 de junio. Con sus socios parlamentarios en contra, con el PP exigiendo su cabeza y con nuevas revelaciones periodísticas que, unido a las imágenes que el pasado viernes pudieron ver varios diputados, el ministro se enfrenta a su comparecencia más complicada sobre estos hechos, en los que perdieron la vida al menos 23 personas, 70 están desaparecidas y 470 fueron devueltas en caliente a Marruecos, donde las fuerzas de seguridad estaban incurriendo en tratos inhumanos y degradantes.

Tras el polémico documental de la BBC, que el Ministerio tildó de "sorprendente y decepcionante", este martes, horas antes de su segunda comparecencia en la Cámara Baja, una nueva investigación periodística internacional ha probado que al menos uno de los fallecimientos se produjo en suelo español. O, mejor dicho, en zona operativa de la Guardia Civil, ya que todo el paso fronterizo e incluso la valla se encuentran dentro de lo que se considera España, según el Catastro, los tratados entre España y Marruecos del siglo XIX y el Instituto Geográfico Nacional.

Esta revelación, fruto de una ardua investigación de cuatro meses coordinada por Lighthouse Reports, en colaboración con grandes medios como Le Monde, Der SpiegelEnass y El País, ha podido demostrar lo que Marlaska lleva negando meses de forma tajante. El trabajo pone nombre y apellidos a la víctima: Abdul Aziz Yacoub, conocido como Anwar. Murió al otro lado de una de las verjas que los refugiados lograron forzar, es decir, que pasó a territorio totalmente español. Pero el trabajo también recoge testimonios de guardias civiles que trabajan en el paso fronterizo de Barrio Chino y que ven más que probable que fueran más muertos los que cayeron en territorio bajo su autoridad.

Las imágenes y los testimonios recabados en esta investigación también coinciden con lo publicado por la BBC. Ambas aseguran que varios cadáveres fueron trasladados por las fuerzas marroquíes desde la zona española a su territorio. Durante las explicaciones que recibieron los diputados el pasado viernes en el Congreso por el teniente coronel de la Guardia Civil en la Comandancia en Melilla, el mando también incidió en que cuando los agentes españoles volvieron a su zona de operaciones (después de haber realizado 470 devoluciones en caliente) ya no quedaban cuerpos en el lugar de la avalancha mortal. Ni vivos ni muertos. Según este relato, los agentes marroquíes se encargaron de despejar la zona y la Guardia Civil solo supo que había víctimas mortales unas cuatro horas después del embudo humano.

Mientras todo esto sucedía, había una ambulancia española a escasos cien metros de la tragedia. No dieron asistencia médica por razones de seguridad, según el Ministerio del Interior, que incide en el inusitado grado de violencia por parte de los migrantes en este intento de cruce. Tampoco dieron ningún tipo de atención, al menos en los momento más críticos, las ambulancias movilizadas por Marruecos, según la nueva investigación del consorcio internacional. Los diputados de Unidas Podemos, Enrique Santiago, y de EH Bildu, Jon Iñarritu, consideran que hubo omisión del deber de socorro. 

Pero no es esa la única contradicción a la versión que dio el ministro en su primera comparecencia, el pasado 29 de septiembre, en la que afirmó que los hechos ocurrieron "solo de forma muy tangencial en España". Entonces calificó el operativo policial de "proporcionado" y "oportuno". Este reportaje, como ya avanzó el de la BBC y también han confirmado varios diputados tras ver los vídeos, ponen sobre la mesa la utilización de gran cantidad de material antidisturbios (decenas de granadas lacrimógenas) en un lugar que se había convertido en una ratonera de la que el numeroso grupo de migrantes no podía salir. 

El Defensor del Pueblo también ha señalado en uno de sus informes sobre el caso que se puede apreciar a agentes españoles participando en un intercambio de piedras con los migrantes. Y pone negro sobre blanco al no apreciar ninguna duda de que los agentes españoles debían ser perfectamente conscientes de la grave situación de riesgo que se había generado en el paso fronterizo. 

Todo esto se suma a la primera de las irregularidades, destapada por Público, de este trágico acontecimiento: que agentes marroquíes entraron totalmente en Melilla para golpear, retener y devolver a Marruecos a varios de los migrantes que había conseguido superar todas las vallas. Cuando Público reveló esas imágenes, Marlaska lo negó en sede parlamentaria el pasado junio. Después, en septiembre, afirmó que los agentes marroquíes "cruzaron pero no actuaron". Y finalmente, según confirmó el teniente coronel al mando, hubo coordinación entre las fuerzas de ambos países al menos al final del operativo. Se permitió a los gendarmes acceder a los tejados de las instalaciones españolas y también totalmente al otro lado de las vallas para hacerles entrega de los "rechazados en frontera".

Estas devoluciones, consideradas ilegales por el Defensor del Pueblo, se realizaron con plena consciencia de que los migrantes estaban sufriendo agresiones al otro lado, según la citada investigación periodística. No solo se vulneró su derecho a solicitar asilo (como hicieron los más de 130 que sí lograron llegar al CETI de Melilla), sino que se les expuso a un serio riesgo físico al entregarlos a las autoridades marroquíes. En un primero momento, Interior reconoció poco más de cien devoluciones, aunque posteriormente el Defensor del Pueblo las cifró en 470.

Según numerosos testimonios que Público recogió en Casablanca, días después de la tragedia, entre los devueltos a Marruecos había personas heridas y algunos menores. Todos los entrevistados, supervivientes del salto, coincidían en que además de la avalancha, también fue clave en la tragedia el efecto de los gases lacrimógenos.

A tenor de la primeras reacciones de Interior a esta publicación, en las que las considera "hipótesis y conjeturas que carecen de cualquier base probatoria seria", Marlaska seguirá enrocado en su versión. No es descartable que el PP, tras su comparecencia, eleve una petición de comisión de investigación parlamentaria, que hasta ahora han tumbado PP y PSOE hasta en dos ocasiones.

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