La aplaudida bronca de Marta Flich a Javier Nart por comparar las agresiones machistas con un atraco

Publicado el 12 de agosto del 2021

Los ofendidos vuelven a la carga y ahí están las redes sociales para aplaudir la (necesaria) defensa a las mujeres acosadas por el hecho de ser mujer. Porque ya está bien.

La presentadora estival de 'Todo es Mentira', Marta Flich, tuvo que abroncar al abogado y eurodiputado Javier Nart, quien comparó una situación de acoso sexual a la vicepresidenta del Parlamento de Baleares, Gloria Santiago, en el Camino de Santiago con un atraco que sufrió él en Bruselas. Nart, ofendidísimo, abandonó el plató tras una pausa publicitaria.

En el programa se estaba tratando el caso de la política acosada. Sólo ella sabe el terror que debió pasar. Y la rabia posterior. ¿Por qué no dejan en paz a las mujeres que van solas?

Nart arrancó un comentario de la peor forma posible: "Yo hace unos años sufrí un atraco en Bruselas al pasar por un callejón oscuro, y también tengo derecho la seguridad…". Ante este caso de "churras y merinas", Flich estuvo rápida al interrumpir la batalla del 'señoro': "Pero es que esto no es un atraco, a ti no te atracan por ser hombre, a nosotras sí nos acosan por ser mujeres".

Porque no es lo mismo, señor eurodiputado:

El tira y afloja duró un suspiro (el abogado llegó a pedir "un guardia civil cada 500 metros"); ante la postura de Nart de 'justificar' la situación de Gloria Santiago, la presentadora estalló: "¡Es que ya está bien! ¡Es que se crea un falso debate y una equidistancia que no es correcta! No, Javier, te equivocas". Tras un "¡Marta, coño…!" de Nart, Fich zanjó: "¡No te lo voy a permitir!".

Y adiós a Javier Nart, que hizo mutis en la siguiente pausa publicitaria.

El revuelo en Twitter, claro, fue importante.

Por supuesto, ahí estaba el amigo Juan Carlos Girauta para secarle las lágrimas a Javier Nart. Entre otros. Entrañable.

Ojo a los 'girauters'

Las tertulias televisivas las carga el diablo, pero no es excusa suficiente como para sacar en antena a los demonios interiores.

Gracias, Marta.

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