La venta de General Motors (GM) Europa al consorcio austríaco-canadiense de componentes Magna podría suponer la pérdida de unos 1.600 empleos, de los 7.500 que tiene la planta de Figueruelas, y el posible traslado de la producción de una parte del Corsa a Alemania, según la última propuesta que presentó el nuevo propietario a la multinacional estadounidense.

El comité de empresa de la planta zaragozana espera conocer en detalle los términos del acuerdo de venta, pero los sindicatos UGT y CCOO han anunciado que habrá conflicto si Magna no cambia su propuesta, que supone una reducción de su capacidad productiva y de la plantilla.

El secretario de la sección sindical de UGT en Figueruelas y representante español en el Comité Europeo de GM, Pedro Bona, ha advertido de que habrá conflicto en el caso de que Magna, que se quedará con el 55 por ciento de las acciones de GM Europa, mantenga su último plan industrial conocido.

De confirmarse, el plan de Magna para Figueruelas supondría el recorte de 1.642 puestos de trabajo, perder la fabricación del modelo Corsa de tres puertas, compartir la del cinco puertas, que actualmente tiene Figueruelas en exclusiva, y parte de la línea de prensas con Alemania, aunque se quedaría con el Meriva.

De las dos líneas de producción, con capacidad para 465.000 unidades, quedaría una sola (320.000 coches), lo que tendría un gran impacto en los fabricantes de componentes que abastecen ahora a la factoría española, ya que Magna también es competidor.

En una rueda de prensa junto a Luis Tejedor, secretario general de la Federación de Metal y Construcción de UGT, Pedro Bona ha destacado que si este proyecto industrial se mantiene "el problema lo tendrá Magna, pero también GM".

En el caso de que GM acepte esas condiciones, significaría que habrán primado los intereses políticos sobre los industriales, al tiempo que revela que para Magna, Figueruelas "no existe", ha enfatizado el dirigente sindical.

"No puede ser que se mantengan unas plantas a costa de otras porque la de Figueruelas siempre ha dado beneficios", por lo que "o se negocia bien" o "el conflicto está servido", ha subrayado Luis Tejedor, quien ha reclamado la solidaridad de los trabajadores alemanes, igual que hicieron ellos cuando se anunció el posible cierre de plantas en Alemania.

El secretario general de Industria de CCOO-Aragón, Salvador Salas, ha augurado también conflictos "muy importantes" si no cambia Magna su plan industrial porque "no obedece" a un criterio lógico que justifique los recortes de producción.

Su mensaje ha sido claro, "o se modifica el proyecto industrial y se entra a negociar y se corrige con criterios lógicos o habrá conflicto importante", aunque Salas no ha querido adelantar si se convocaría una huelga, mientras ha pedido unidad de acción en España para asegurar el empleo y un reparto equitativo del trabajo.

A las administraciones públicas, UGT ha pedido que no apoyen con dinero -en referencia al aval de 200 millones de euros comprometido por el Gobierno aragonés- a una empresa que no garantiza la viabilidad de Figueruelas.

En este sentido, la secretaria general de Industria, Teresa Santero, ha dicho a EFE que, tras la venta de Opel a Magna, "nos va a interesar el empleo y el futuro de la planta de Figueruelas y eso lo vamos a mirar con lupa".

"La negociación de los nuevos planes para Figueruelas va a ser mano a mano con los trabajadores para que se tengan en cuenta en todo momento sus intereses", ha manifestado la secretaria de Estado.

Santero, quien admitió que no esperaban una decisión "tan rápida", asume que "algún tipo de reestructuración será necesario, porque el nuevo propietario tendrá que hacer, necesariamente, nuevos planteamientos".

El Gobierno aragonés también se ha pronunciado sobre la venta y ha anunciado que continuará los contactos que mantienen desde hace un tiempo con GM y con Magna para analizar el plan industrial, siempre con la premisa de "salvaguardar el mayor número de empleos".