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Israel aumenta sus ataques en Gaza mientras siguen los cohetes

Reuters

Por Nidal al-Mughrabi

Israel expandió el lunes su mayor ofensiva en décadas sobre la Franja de Gaza controlada por Hamás, preparándose para una posible operación terrestre, después de que los extremistas continuaran con el lanzamiento de cohetes sobre territorio israelí.

El balance de muertos palestinos de la agresión subió a 335 muertos y alrededor de 700 heridos, según responsables médicos en Gaza. La ONU dice que al menos 57 de ellos son civiles.

Por su parte, los cohetes lanzados por Hamás y la Yihad Islámica causaron la muerte de tres israelíes, elevando el total a cuatro, y dos de ellos por la noche y en menos de una hora, incrementando la presión sobre el Gobierno mientras el Ejército acumulaba soldados y tanques en la frontera.

"Tenemos una guerra total contra Hamás y su gente", dijo en el Parlamento el ministro israelí de Defensa, Ehud Barack, utilizando el término que usó en otras ocasiones para describir la larga lucha del Estado judío contra sus enemigos extremistas.

Ampliando sus blancos para incluir al Gobierno de Hamás en la Franja de Gaza, los aviones de guerra israelíes bombardearon el lunes el Ministerio del Interior, que supervisa a los 13.000 efectivos de las fuerzas de seguridad del grupo. El edificio había sido evacuado y no se registraron víctimas.

Además bombardearon las viviendas de dos altos mandos del brazo armado de Hamás, las Brigadas Izz el Din al Qasam, que escaparon al no estar en sus casas, aunque hubo varios familiares entre los siete fallecidos.

los más mortíferos en el enclave costero desde la Guerra de los Seis Días en 1967 - y ha aumentado el lanzamiento de cohetes desde que el 19 de diciembre declarase el final del alto el fuego de seis meses con Israel.

A seis meses de las elecciones generales en Israel que según las encuestas ganaría el derechista Likud, el Gobierno centrista dice que su campaña es una respuesta a los ataques casi diarios de cohetes y morteros.

INCURSIÓN TERRESTRE

El Gobierno judío ha declarado algunas zonas de los alrededores de Gaza como "zona militar cerrada", citando el riesgo de fuego de cohetes palestinos, y ordenando la salida de los periodistas. Esto podría ayudarle a ocultar sus preparativos para una incursión terrestre, después de tres días de ataques aéreos que han causado el caos, destruido edificios y han llevado a los hospitales al colapso.

Algunos heridos consiguieron salir el lunes del empobrecido territorio para ser atendidos en Egipto. Responsables fronterizos dijeron que se esperaba que salieran unos 30 palestinos. Además, un convoy de 10 camiones entró por el puesto fronterizo de Rafá con suministros médicos.

Los precios del crudo subieron el lunes por encima de 40 dólares el barril, impulsados por una cotización débil del dólar y la violencia entre Israel y Hamás que recordó a los operadores el riesgo geopolítico que enfrenta el suministro de crudo en Oriente Próximo.

La mayoría de los residentes de Gaza, donde viven en 1,5 millones de personas, se quedó en sus hogares lejos de las ventanas que pueden romperse por las explosiones. En el sur de Israel, sus habitantes corrían a refugiarse al escuchar las sirenas anunciando ataques con cohetes.

"No podemos dejar solos a los niños. Tiemblan cada vez que hay un ataque, día y noche, y casi todos nosotros no hemos dormido mucho", dijo Umm Hasan, madre de siete pequeños.

Los aviones israelíes también destruyeron un laboratorio en la Universidad Islámica, un destacado símbolo cultural en Gaza.

Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo que la acción militar continuará hasta garantizar la seguridad de la población israelí, mientras que el portavoz del Ejército Avi Benayahu afirmó que la operación podría "durar varios días".

El portavoz de Hamás Fawzi Barhum urgió a todos los grupos armados palestinos a usar "todos los medios disponibles" contra Israel, "incluyendo operaciones mártires", en una referencia a los atentados suicidas.

La ministra de Asuntos Exteriores de Israel y candidata del partido en el poder para las elecciones del 10 de febrero, Tzipi Livni, afirmó que Israel apuntaba a objetivos extremistas, pero que "desafortunadamente en una guerra (...) a veces también los civiles pagan el precio".

El principal negociador palestino, Ahmed Qurei, dijo que las negociaciones de paz con Israel, que han logrado pocos progresos en un año, están en suspenso.

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