Levantar acta de la primera reunión formal, ayer, entre las delegaciones de IU e Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) para cerrar un pacto de cara a los comicios europeos del 7 de junio fue bien difícil. No hubo letra pequeña. Sólo voluntad. Como subrayó a la salida el senador ecosocialista Jordi Guillot, ambas formaciones están hoy “más cerca de un acuerdo”. Las dos lo “desean”. Es más, IU e ICV constataron la “necesidad de coincidir”. Lógico. El escaño se vende caro: habrá 50 actas a repartir, cuatro menos que en 2004.

Iniciativa se avino a reflexionar sobre las nuevas condiciones que plantea la federación. Esta vez, recalcaron Guillot y Ángel Pérez, secretario de Comunicación de IU, la alianza se asentará en la “codecisión”. No se repetirá, pues, la crisis de 2004, cuando, pasadas las elecciones, los dos eurodiputados que fueron elegidos (Willy Meyer, por IU; Raül Romeva, por ICV) migraron a grupos parlamentarios distintos. Hoy las dos formaciones prometen tomar cualquier decisión consensuadamente.

Además, los ecosocialistas han transigido con otra premisa: ICV, en diálogo con EUiA –la marca catalana de IU–, diseñará la campaña en Catalunya. IU, en el resto del Estado. ICV no podrá apoyar otra lista en otro punto del país que no sea la de IU.

Queda concretar el método. Y, en última instancia, formalizar la candidatura. ICV ya ha pedido –y así lo repitió ayer Guillot– concurrir como número dos. Falta por ver si se suman Los Verdes, Izquierda Republicana y ERC, si bien la “prioridad” es el pacto IU-ICV, cuya firma será “rapidita”, como pronosticaron.

Lo más fácil: la convergencia programática. “Es la ocasión para un giro hacia la Europa social, sostenible, independiente”, señaló Pérez.