El presidente polaco, Lech Kaczynski, firmará el sábado el Tratado de Lisboa que reforma las instituciones de la Unión Europea, informó el jueves su oficina, lo que convierte a la República Checa en el último país que los ratificará.

Kaczynski, un euroescéptico conservador, había declarado previamente que firmaría el tratado si los votantes irlandeses lo respaldaban, en el único referéndum convocado. Los votantes irlandeses refrendaron el documento el pasado viernes.

Un comunicado en la web de Kaczynski dijo que la ceremonia de firma se celebraría el sábado a las 10.00GMT. Entre los invitados estarán el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, cuyo país preside este semestre la UE, y el presidente del Parlamento Europeo, el ex primer ministro polaco Jerzy Buzek.

No obstante, el tratado debe ser ratificado por los veintisiete estados miembros para entrar en vigor. El anuncio de Kaczynski, coincidió con el anunció de que el presidente checo Václav Klaus había presentado un nuevo obstáculo a la ratificación.

Klaus dijo a Reinfeldt que quiere que se añada una nota a pie de página al documento antes de firmarlo. El mandatario está esperando la decisión del Tribunal Consitucional checo sobre el Tratado de Lisboa.

El anuncio polaco se produjo tras un día de confusión sobre los planes del presidente polaco. Su asesor Aleksander Szczyglo dijo a la televisión polaca que el tratado, que ha sido aprobado por el Parlamento polaco, sería firmado el domingo, pero el hermano gemelo del presidente indicó que eso no era verdad.

"Según mis informaciones, y conozco el asunto, (la firma) no sucederá el domingo", dijo en rueda de prensa Jaroslaw Kaczynski.

Jaroslaw Kaczynski, que dirige el principal partido opositor de Polonia, la formación euroescéptica y conservadora Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), es conocido por ejercer influencia sobre el presidente.

Los gemelos Kaczynski son nacionalistas conservadores a quienes disgusta la mayor integración en la UE que atribuyen a Lisboa, pero aceptaron a regañadientes tras ganar concesiones en los derechos de votación durante las negociaciones en 2007.