Público
Público

Santander cumple con su compromiso social
de ayudar a 5,6 millones de personas en 3 años

Un 12% más del objetivo que se había marcado para el trienio 2016-2018

Santander cumple con su compromiso social de ayudar a 5,6 millones de personas en 3 años

CONTENIDO PATROCINADO

Evaluar cuánto hay de verdad en el compromiso social de una empresa es complicado. Lo que mucha gente opina a bote pronto es que las empresas sólo piensan en el accionista y en sus directivos y/o consejeros, y que la responsabilidad social corporativa es una herramienta centrada fundamentalmente en la mercadotecnia, una vía para mantener su reputación lo más alta posible o incluso mejorarla, al menor coste.

Si de la empresa en general pasamos al sector financiero, sobre todo después de la “gran crisis”, conceptos como el de banca responsable son aún más difíciles de digerir para amplias capas de la ciudadanía. Pero algo se está moviendo: no es que se haya dejado de pensar en el accionista, pero hay entidades que se han propuesto cuadrar el círculo de mantener la rentabilidad en un contexto sectorial muy complicado junto con la asunción de compromisos a través de los cuales colaborar en la construcción de un mundo más justo y más sostenible.

En su momento, Santander se comprometió a ayudar, en el trienio 2016-2018, a cinco millones de personas a través de lo que el grupo llama ‘inversión en la comunidad’. Se trata de inversiones en educación, el emprendimiento social, el bienestar social y la cultura.

Evolución de la inversión en apoyo de la comunidad

Evolución de la inversión en apoyo de la comunidad (en millones de euros)

Y ya conocemos la cifra resultante: fueron finalmente 5,6 millones de personas, lo que supone un 12% más que el objetivo marcado. Si se echa un vistazo al gráfico “Evolución de la inversión en apoyo de la comunidad” (que sólo llega hasta 2016) y se le suman los 54 millones de euros invertidos en 2017 y los que resulten (cuando se conozca el dato final definitivo, en marzo) los correspondientes al ejercicio pasado, se puede avanzar que desde 2002 la inversión global estará en el entorno de los 650 millones de euros. Se puede decir que son sólo cifras generales. Pero con las ya disponibles (puede consultar los informes específicos sobre 2016 y 2017) ya se puede bajar al terreno de la concreción. Por ejemplo, en esos dos ejercicios Santander colaboró, respectivamente, con 7.194 y 8.731 instituciones y entidades sociales en proyectos de apoyo a la comunidad.

Pasemos a los beneficiarios: más de 958.000 niños recibieron ayuda para su educación, sobre todo en Latinoamérica. Y bajemos más al detalle: becas escolares en Argentina, el Programa Escola Brasil, Belén Educa en Chile y Becalos en México. Por otro lado,más de 664.000 personas recibieron enseñanza financiera. Más de 1,14 millones de personas recibieron ayuda gracias a “programas que luchan contra la exclusión social (pobreza, vulnerabilidad y marginación), iniciativas centradas en salud e investigación de enfermedades y programas de rehabilitación para personas con diferentes capacidades”.

Por poner unos ejemplos, las Discovery Grants (Reino Unido), Santander Ayuda y Euros de tu nómina (España), Amigo de Valor (Brasil), Fideocomiso por los Niños (México) y Techo Chile. Otra de las vías es la inclusión financiera a través del microcrédito, con proyectos como Tuiio (México) y Prospera.

El banco también donó más de dos millones de euros para acompañar los esfuerzos de ayuda y recuperación de México y Puerto Rico, tras el terremoto y los huracanes sufridos en 2017. Y en Portugal, Santander Totta, en colaboración con clientes y empleados, creó un fondo solidario que destinó más de 500.000 euros para apoyar a la población afectada por los graves incendios forestales.

Muchas de estas iniciativas cuentan con la participación de los empleados del grupo “como promover la solidaridad, la motivación y el orgullo de pertenencia, manteniendo la cercanía y la vinculación con su comunidad”.

Impacto en porcentaje de beneficiarios

Impacto en porcentaje de beneficiarios

El compromiso de Santander no se limita a destinar dinero y firmar convenios sobre proyectos. Quiere conocer el impacto de su compromiso sobre las personas y las comunidades donde actúa, y para ello utiliza desde 2017 un sistema de medición basada en principios de referencia internacional y en el que también se tienen en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En el gráfico de arriba se puede ver el impacto en porcentaje de beneficiarios, y si suma más del 100% es porque las tres categorías no son excluyentes.

El impacto medido de otra forma y tomando como referencia los citados ODS.

El impacto medido de otra forma y tomando como referencia los citados ODS.

A todos estos ejemplos y cuantías habría que sumarles la apuesta de Santander por la educación superior en todo el mundo.

El cuadro que quedaría de sumar esta última inversión en los últimos años con final en 2017, a la espera de la publicación de los datos del año pasado. Lo único que se conoce hasta el momento es que, en el capítulo de becas para alumnos y profesores, el trienio 2016-2018 se saldó con 136.000 concedidas, lo que representa un 5% más de las que se habían establecido como objetivo.

Evolución de la inversión en educación superior

Evolución de la inversión en educación superior

Santander fue designado el año pasado el tercer mejor banco del mundo y primero en Europa según el Dow Jones Sustainability Index (DJSI), avanzando seis puestos respecto a la revisión de un año antes. Este mide el desempeño de las empresas en sostenibilidad, en sus dimensiones económica, social y ambiental.

Por su parte, la revista Fortune incluyó a Santander en su lista de empresas de 2018 que están cambiado el mundo (2018 Change the World), que incluye a las empresas que “compaginan el éxito con su contribución a la sociedad” al generar un impacto social positivo con iniciativas que forman parte de su estrategia de negocio. Por cierto, el único banco europeo en ese ranking.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Economía