El ultraconservador polaco Mateusz Morawiecki tomó posesión este lunes, por designación del presidente Andrzej Duda, del cargo de primer ministro de un Ejecutivo que carece de mayoría parlamentaria. La oposición ha calificado esta maniobra como una "pérdida de tiempo" ante un inevitable traspaso de poder.

En las elecciones celebradas el 15 de octubre, el partido de Morawiecki, Ley y Justicia (PiS), obtuvo 194 escaños, con lo que se quedó lejos de la mayoría absoluta de 231 diputados. En cambio, la Plataforma Ciudadana de Donald Tusk logró 157, que, unidos a los 65 de la Tercera Vía y los 26 de Nueva Izquierda, le permitirán formar un Ejecutivo capaz de gobernar y de dar al relevo al PiS tras dos legislaturas dominadas por los ultraconservadores.

El 10 de noviembre, Tusk y los líderes de los otros partidos de la oposición de centro-liberal firmaron un acuerdo de coalición. Sin embargo, Morawiecki recibió a mediados de noviembre el encargo de formar gobierno por parte del presidente, Andrzej Duda.

"Estamos cumpliendo la costumbre constitucional de nombrar un Gobierno presentado por el partido que ganó las elecciones", dijo el presidente Duda, que en el pasado militó en el PiS y es considerado afín al partido ultraconservador, durante la ceremonia.

La oposición, por su parte, ha criticado duramente la decisión de Duda y han arreciado las críticas por dilatar el proceso de relevo en el Gobierno y convertirlo "en una película de suspense cuyo final ya se conoce".

Un Gobierno probablemente efímero

Junto a Morawiecki juraron sus respectivos cargos los ministros que conformarán un probablemente efímero Gobierno por no contar con la mayoría parlamentaria. El partido tiene ahora 15 días para presentar su programa de Gobierno y convencer a 231 diputados de la Cámara para ser reelegido en el cargo.

En el probable caso de que fracase, el Parlamento elegirá a un nuevo candidato, previsiblemente el opositor Donald Tusk, que se ha fraguado un importante apoyo de otros partidos opositores minoritarios.

El primer ministro polaco en funciones trató, asimismo, de mantener contactos con representantes de Tercera Vía —65 escaños— y de La Izquierda —26 escaños—, proponiendo un gobierno de coalición con políticas comunes de los programas electorales de las tres formaciones, si bien ambas formaciones rechazaron la propuesta.