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El censo de inscritos de Sumar apunta a una nueva polémica entre los partidos de la izquierda alternativa

Los de Yolanda Díaz aseguran que cuentan con un total de 70.000 inscritos (personas que han aceptado inscribirse en algún momento en la plataforma, indistintamente de su militancia en organizaciones políticas). Sumar tiene previsto concluir la puesta en marcha de su formación política en el primer trimestre de 2024.

Ernet Urtasun
El portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, este lunes en la sede de la formación. Borja Sánchez-Trillo / EFE

Sumar está ya plenamente volcado en su construcción como proyecto político, tras la formación del Gobierno de coalición y el arranque de la legislatura. A día de hoy, este proceso deja bastantes más dudas e incógnitas que certezas, y los pocos datos que se conocen apuntan a futuras tensiones en el seno de la denominada izquierda alternativa, especialmente con Podemos, que mantiene un desencuentro total con la líder del espacio, Yolanda Díaz.

Según avanzan desde Sumar, el primer paso será la puesta en marcha de un "grupo promotor" que se encargará de pilotar el proceso de constitución de este proyecto. Todavía no se sabe qué miembros formarán parte de ese grupo, pero la vicepresidenta segunda situó la pasada semana al que hasta ahora era su jefe de gabinete, Josep Vendrell, al frente de la Coordinación Ejecutiva de Sumar.

Este grupo o dirección transitoria impulsará un proceso asambleario que concluirá en la primavera de 2024; en concreto, precisan desde el espacio, en el primer trimestre del año. Además, como avanzó Público el pasado viernes y confirmó este lunes el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, la plataforma liderada por Díaz asegura que cuenta con una base de 70.000 inscritos, personas que en algún momento han aceptado inscribirse en Sumar, indistintamente de su militancia en otras organizaciones políticas.

A partir de este punto, lo que se abre es un mar de dudas que sólo se resolverán a medida que se acerque el final de ese proceso asambleario a través del que se conformará Sumar. La primera incógnita que todavía no se ha aclarado es, precisamente, la de la forma (o formas) que tomará la plataforma liderada por Yolanda Díaz, una cuestión de la que dependen otras, como el censo de militantes.

En la actualidad, Sumar es una coalición electoral de una quincena de partidos que decidieron aliarse de cara a las elecciones del 23J; a este bloque pertenecen formaciones como Podemos, Izquierda Unida, Comuns, Más Madrid, Compromís o CHA, entre otras. A partir de esta coalición se constituyó un grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados denominado Grupo Parlamentario Plurinacional.

Distinción entre partido y movimiento ciudadano

Además, está registrado ante el Ministerio del Interior un partido político denominado Movimiento Sumar, que tiene sus propios estatutos. Estos estatutos recogen el organigrama de la formación (que todavía no se ha constituido de manera formal) y sitúan a una asamblea de militantes como el principal órgano en la toma de decisiones (en un esquema de partidos de izquierdas asamblearios que siguen formaciones como Podemos o IU).

Desde algunas de las formaciones coaligadas en Sumar en el 23J han pedido que los de Díaz hagan una distinción clara entre Sumar como partido y Sumar como plataforma electoral o coalición. El ya excoordinador de IU, Alberto Garzón, explicó que esta situación generaba "confusión" en el informe político presentado en septiembre ante la Colegiada Federal de su organización.

"Otro elemento que ha generado confusión es la dualidad de Sumar coalición y la existencia del partido Movimiento Sumar, por darse el mismo nombre al partido y a la coalición, en un momento en el que todo está por concretar", apuntaba Garzón en el mismo documento en el que propuso que Sumar evolucionase desde una alianza electoral hacia un bloque político consolidado en forma de federación de partidos.

Por su parte, los de Díaz no revelan sus planes concretos, pero avanzan que su objetivo sigue siendo el de aunar el movimiento ciudadano (del que emanan esos 70.000 inscritos que comenzaron a vincularse al proyecto cuando la vicepresidenta concluyó su proceso de escucha) con la organicidad de los partidos que concurrieron juntos a las elecciones generales de julio.

De este punto (la conformación de Sumar como partido o como bloque político) emanan el resto de incógnitas, entre las que destacan la del censo de inscritos, tras desvelar los de Díaz las cifras que manejan. Este censo servirá como base para erigir la asamblea que está llamada a dar forma y a ratificar el proyecto de Sumar (su hoja de ruta, cargos, construcción orgánica, etc).

Diferencia entre inscritos y afiliados: la cuota del partido

Si lo que se pretende es dar forma a Movimiento Sumar, el partido registrado por los de Díaz, se podría abrir un nuevo conflicto con Podemos, que en la última actualización de su hoja de ruta prohibió la doble militancia. Los de Ione Belarra, IU y el resto de partidos de la coalición electoral tienen a varios de sus militantes en este censo (por ejemplo, algunas personas que actuaron como apoderadas de Sumar en las elecciones del 23J).

En los estatutos de la organización podría residir la clave para solventar este eventual conflicto antes de que se produzca. El documento deja claro que sólo formarán parte de esta asamblea, entendida como el máximo órgano en la toma de decisiones, los afiliados que estén al corriente de la cuota de pago. Es decir, sólo podrán elegir a los futuros cargos de Movimiento Sumar las personas que no sólo hayan ratificado su vinculo con el proyecto, sino que, además, hayan cumplido con la aportación económica que eventualmente se establecerá en forma de cuota.

Hasta que se conforme esa asamblea, lo esperado es que los de Díaz lleven a cabo un proceso de depuración del censo a través de la ratificación de los inscritos actuales (que simplemente se han registrado en algún momento). Izquierda Unida sigue un esquema militante similar, con un grupo de "simpatizantes" del partido (que rondan los 60.000, según las últimas cifras publicadas) y de un grupo de afiliados al corriente de sus cuotas (en la última Asamblea Federal, en marzo de 2021, estaban llamadas a votar 18.000 personas, pero apenas participó algo más del 40% de las mismas).

Podemos no ofrece cifras actualizadas de su censo de inscritos, pero en la última consulta realizada (para decidir si sus cinco diputados respaldaban la investidura de Sánchez) participaron más de 55.000 personas (que no precisan de estar al corriente del pago de sus cuotas para participar en las decisiones del partido).

Si lo que constituyen los de Díaz es una suerte de plataforma para engarzar el movimiento ciudadano construido a partir del proceso de escucha con los partidos coaligados en el 23J, la clave residirá, fundamentalmente, en un acuerdo político entre la vicepresidenta y las formaciones implicadas. De momento, el camino está formado por más dudas que certezas, y la complejidad pone de nuevo a la izquierda alternativa ante un reto de calado.

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