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González y Guerra arremeten contra la amnistía y defienden acuerdos entre PSOE y PP

"No podemos dejarnos chantajear por nadie. Y mucho menos por minorías en vías de extinción. No puede haber amnistía", afirma el expresidente del Gobierno.

Felipe González y Alfonso Guerra, este miércoles en Madrid.
Felipe González y Alfonso Guerra, este miércoles en Madrid. Jesús Hellín / Europa Press

Felipe González y Alfonso Guerra mantuvieron este jueves un raro, por infrecuente, encuentro en el Ateneo de Madrid, en el que, durante la presentación del libro La rosa y las espinas (La esfera de los libros), ambos cargaron contra la amnistía al procés, la deriva del PSOE, y no ahorraron críticas a Yolanda Díaz y, más veladas, a Pedro Sánchez.

"La paradoja –dijo González– que vivimos, Alfonso, es que defendemos las posiciones del partido, pero como solo se oye el ruido la gente no lo cree, la gente cree que no estamos apoyando al partido, no, no, no. Estamos apoyando al PSOE. Al último partido que queda de los que negociaron el pacto constitucional". Las declaraciones de ambos han sido utilizadas por el PP para desgastar al PSOE.

El expresidente del Gobierno explicó que se refería al último congreso del PSOE: "Tenemos una resolución del congreso, que se cambie esa resolución del Congreso en otro Congreso, eso es lo que hacíamos los viejos. Yo estoy defendiendo las posiciones del partido".

González defendió también que era necesario que PP y PSOE se pusieran de acuerdo, por ejemplo, para reformar el Senado –"no se pueden hacer reformas serias" sin esos pactos–, y arremetió contra Yolanda Díaz por su viaje a Waterloo.

"Lo que oigo es que la gente está harta de decir, pónganse de acuerdo: no nos trasladen sus problemas. ¿Pero cómo nos vamos a poner de acuerdo con esta señora [por Díaz] que no era capaz de sacar su escaño. No es digno trasladarse a Waterloo como si fuera uno a ver al emperador del paralelo. No puede representarnos".

"Chantaje"

"Mientras mas pierden, más chantajean", agregó González en referencia a los partidos independentistas. "No podemos dejarnos chantajear por nadie. Y mucho menos por minorías en vías de extinción. No puede haber amnistía. Las mayorías se tienen que respetar a sí mismas. Y cumplir con sus programas y sus congresos partidarios. No se pueden dejar arrastrar por nadie".

Luego, afirmó: "Y los que somos cuestionados, lo somos porque no ayudamos a qué ¿a qué? ¿A qué tengo que ayudar? Hasta ahora no me lo ha dicho nadie. Si me piden ayuda, aclaro esto a quien me lo pida. Nunca he rechazado hablar. Me ha dolido cuando alguien me ha pedido hablar, me ha dicho que está de acuerdo y luego ha hecho lo contrario [en referencia a Sánchez]. Eso me ha dolido en su momento".

Luego, con cierta sorna, González dijo a Guerra, con el que mostró sintonía: "Es una desgracia que estemos de acuerdo. A ver cómo interpretan que estemos de acuerdo. Yo lo sé, que estamos viejos y somos de otra época".

Antes, en otra parte de su intervención, González había afirmado: "No puedo ni quiero en este momento responder al Gobierno de la nación porque todavía no sé que es lo que va a hacer. Reclaman tiempo. Si puedo responder a las preguntas que nos plantean un fugado de la justicia [en referencia a Puigdemont] y un perdedor de elecciones".

El expresidente reconoció también que el PSOE no había hecho todo mal en Catalunya: "¿Significa algo que el PSC tenga más del doble de representación que ellos? ¿Que se han hecho cosas bien en Catalunya? sí". Luego, agregó: "Pero si se les ocurre ceder a la tentación del derecho de la autodeterminación y de la amnistía, oigo decir en algunas tertulias que un referéndum lo perderían. No importa que lo pierdan. Una vez y otra vez, lo volverán a pedir. Eso sí, una vez lo ganen, eso ya es mortal, para nunca más. El problema es político. Lo ha dicho mucho más brillantemente que yo Javier Cercas, que vive en Catalunya. Está con Pedro Sánchez, pero no está por la amnistía ni por la autodeterminación".

Para González, una amnistía significa lo siguiente: "Hace desaparecer el delito. Lo borra. Por tanto, lo que se hizo es lo que queda como legítimamente hecho. Mientras que quien estuvo en contra por el 155, que es un artículo político, no es judicial, y en los tribunales [serían] los represores".

"Los represores –prosiguió el expresidente– son los que trataban de cortar ese acto de rebeldía. En dos días se cargaron el Estatuto, con el que gobernaban y gobiernan, y la Constitución. Convocaron un referéndum y proclamaron la república catalana. La amnistía borra eso ¿Qué consecuencias puede tener? Que digan que no necesitan un referéndum, que ya lo hicieron y que lo que se deslegitimó fue la operación del 155 más las sentencias contra ese proceso. Lo dirían con más razón".

"Tenemos una constitución que es generosa, es incluyente, no es militante, uno puede pensar lo que quiera, lo que no puede es saltarse la legalidad. Y eso no parece que esté claro. No puede pedir que disuelvan un partido que pide la autodeterminación. Igual que la amnistía. No es constitucional", remachó el razonamiento González.

Asistentes

Al acto, acudieron varios exministros socialistas como José Luis Corcuera, José Barrionuevo y Virgilio Zapatero. También acudieron expresidentes autonómicos del PSOE como el andaluz José Rodríguez de la Borbolla y el asturiano Javier Fernández, así como Juan Carlos Ródríguez Ibarra (Extremadura) y Javier Lambán (Aragón) y otros antiguos cargos del PSOE como Tomás Gómez y Nicolás Redondo Terreros (expulsado recientemente del partido). 

Por el contrario, según recoge Europa Press, no ha acudido ningún representante de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE ni tampoco ningún diputado socialista actual. Sí acudió el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page. Además de los dirigentes socialistas, también asistió el exdiputado del PP, Alfonso Suárez Illana.

Guerra habló antes que González, en la misma dirección y algunas palabras gruesas. Defendió Guerra que tiene "amor socialista" y por España. Luego, entró en harina. "Una persona, si es de izquierdas, tiene la obligación de no callarse, si ve errores, injusticias, [tanto] si los ve en la zona conservadora y la zona progresista".

El exvicepresidente cargó contra Sánchez: "A mí siempre me cogía defendiendo lo de mi partido. Yo no he sido desleal ni disidente, más bien ha sido disidente el otro, que va cambiando".

Guerra añadió: "Me interesa señalar lo que está sucediendo en la izquierda, ha pospuesto los pilares de su pensamiento, la igualdad y la libertad, a favor de la identidad. Nos damos prisa en hablar catalán en el Congreso, en los colegios no pueden hablar castellano en el recreo".

"La izquierda –añadió– ha de tomar distancia de los partidos que propugnan el separatismo. El futuro necesita que se abandonen las posiciones de trinchera. Si la derecha asumiera la condena de la dictadura del general y la izquierda dejara de mirarse en una república que no responde a sus ensoñaciones".

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