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Yolanda Díaz pasa al ataque para dar oxígeno a Sumar en plena crisis por los casos de mascarillas del bipartidismo

La vicepresidenta lanza una batería de medidas contra la corrupción, centra sus batallas en alquileres, permisos y conciliación, y plantea una agenda para la semana del 8M que culmina con su presencia, por vez primera desde que está en el Gobierno, en la manifestación de Madrid.

Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, este lunes durante un desayuno informativo. Daniel González / EFE

A Yolanda Díaz le pilló el estallido del denominado caso Koldo durante un viaje oficial a Estados Unidos. La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar llevaba algunos días centrada en reforzar su imagen internacional, con visitas como la que realizó al papa Francisco en El Vaticano, y con anuncios como el de su viaje a Palestina próximamente en un marco de denuncia del genocidio de Israel en Gaza.

Sin embargo, en el ámbito doméstico comenzaba a cundir cierto aire de pesimismo en el espacio que dirige, Sumar. El batacazo en las elecciones gallegas fue el broche de una serie de procesos y situaciones complicadas que se iniciaron tras la salida de Podemos del grupo parlamentario.

El proyecto no terminaba de arrancar en medio de una serie de tensiones por parte de las formaciones políticas que lo conforman, tensiones relacionadas con el despliegue organizativo de los de Díaz en algunos territorios donde estos partidos son la principal marca de la izquierda.

En el grupo parlamentario, el voto del diputado y exembajador Santos Maraver en contra de romper las relaciones con Israel ponía en el disparadero a Sumar tras meses de trabajo para dar una respuesta firme y eficaz dentro y fuera de un Gobierno en el que no se comparte la posición del socio mayoritario, el PSOE.

De fondo, una parálisis política provocada por el bloqueo de la ley de amnistía y de los propios comicios gallegos que dejaba a Sumar, un proyecto que tiene gran parte de su capital político hipotecado en la agenda legislativa y social del Ejecutivo, desdibujado a la hora de tomar la iniciativa política. "Pedro Sánchez se hace grande mientras Yolanda Díaz no deja de ceder espacio", analizaban algunas voces parlamentarias.

"Orientar la acción política hacia la dirección correcta"

Este lunes, la vicepresidenta tomó las riendas y mandó un mensaje claro dirigido a sus filas, pero también al resto de actores políticos: el caso Koldo y el resto de tramas de las mascarillas han abierto una grieta en un bipartidismo que siempre ha tenido a la corrupción como el talón de Aquiles de un sistema casi inmortal, y Sumar tratará de pasar a la ofensiva en este contexto.

"El ritmo político es trepidante; a pesar de ello, creo que nos toca parar, reflexionar y hacer esto para poder orientar la acción política hacia una dirección correcta", le dijo este lunes la ministra de Trabajo a sus parlamentarios del grupo de Sumar en el Congreso de los Diputados.

Acto seguido, pasó a desgranar punto por punto el plan que pondría al espacio a la ofensiva tras semanas de repliegue. Lo primero, lo más "urgente", una batería de medidas contra la corrupción que no sólo pretenden acabar, vía legislativa, con estas prácticas, sino retratar a un PSOE y a un PP que, recordó en varias ocasiones la ministra de Trabajo, "están en el y tú más".

Díaz fue testigo directo de un movimiento (el 15M) cuya institucionalización política (Podemos) se construyó en gran parte en base a la lucha contra la corrupción del bipartidismo. Para la izquierda transformadora la impugnación de este modelo, bien orientada, siempre ha sido un vector de crecimiento.

Pero la vicepresidenta no se quedó ahí; el segundo punto se basa en la recuperación del pulso de la agenda legislativa del Gobierno de coalición a través de dos pilares: la vivienda, y la mejora de la vida laboral y de la conciliación.

La agenda de Sumar para el 8M

En el primer caso, Díaz es consciente de que esta es una de las principales batallas que mantiene abierta con Pedro Sánchez y con el PSOE, y también un elemento clave para diferenciarse en un Ejecutivo en el que el socio mayoritario suele sacar más rédito de la gestión global de todo el Gobierno; y así se lo transmitió a sus diputados: "Os pido que nos volquemos en la vivienda".

Respecto al segundo, la líder de Sumar planteó dos batallas cruciales en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado y en el diálogo social. En el marco de las cuentas insistió en empujar para ampliar los permisos de paternidad y maternidad (de 16 a 20 semanas) y para retribuir nuevos permisos (cuatro semanas de las ocho reconocidas en el decreto aprobado en verano del pasado año), y también para lograr una prestación universal por crianza de 200 euros por hijo hasta los 18 años.

"Hay que desplegar toda una batería de iniciativas para conseguir que este debate seamos capaces de hacerlo carne en este país. No lo hemos conseguido en la negociación de coalición con el PSOE, pero tenemos que insistir. Es la herramienta para reducir la desigualdad en España", le dijo a su grupo, al que pidió ese despliegue de iniciativas que mantengan vivo el debate en el Congreso (y fuera) para empujar a Sumar en esa batalla con los socialistas.

En el diálogo social, Díaz señaló que su prioridad seguía siendo la de pactar una reducción de la jornada a 37,5 horas sin reducción salarial. "La reducción de la jornada laboral es una de esas grandes medidas que son transversales a toda la sociedad y demandas por toda la sociedad. Hay que acompañar esto con la racionalización de los tiempos en nuestra sociedad", defendió.

Díaz acudirá a la manifestación del 8M en Madrid por primera vez desde que nació su hija

El último punto del plan para salir a la ofensiva en este contexto de disputa en el seno del bipartidismo es el de la agenda feminista de Sumar en la semana del 8M. La coalición tiene previsto celebrar una serie de actos durante la semana (el primero tendrá lugar el miércoles en Bilbao, asistirá la propia Díaz y servirá de puesta de largo para Alba García, la candidata de Sumar Mugimendua a las elecciones vascas). 

La agenda culminará con la asistencia, por vez primera, de la vicepresidenta segunda a la manifestación feminista de Madrid en el 8 de marzo. La líder de Sumar recordó que no acudía a esta movilización desde que nació su hija.

"Somos una fuerza política rigurosa, seria, que nos ocupamos de las cosas de verdad frente al espectáculo y el bochorno que estamos viendo estos días. La corrupción no es solo los millones de euros estafados, destruye la confianza en lo público, erosiona la democracia. Desde Sumar tenemos que ser capaces de demostrar que la política es otra cosa. La estabilidad de la legislatura no se construye sólo aquí. Se construye en los consensos sociales, y las medidas que estamos aprobando aquí cuentan con consensos sociales", remachó la vicepresidenta, en clara referencia al papel de su proyecto en medio de la disputa bipartidista por las tramas de las mascarillas.

Un miembro de la dirección del grupo comentaba este lunes que "a nosotros se nos ha criticado mucho por no hacer nada o, mejor dicho, por no hacerlo con la agilidad o la velocidad que se espera siempre de la política. Y es verdad, nos cuesta, porque nos tomamos nuestro tiempo y preferimos la cocción a fuego lento que el fogón a toda mecha. Pero cuando salimos, salimos preparados, seguros, pisando firme".

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