Los discursos de odio –incluidos ataques racistas, antisemitas y homófobos– se han disparado en Twitter desde que la red social fue adquirida por Elon Musk, según varios estudios llevados a cabo por investigadores, y recopilados este viernes por The New York Times.

Por ejemplo, mientras que antes aparecían en Twitter una media diaria de 1.282 insultos racistas contra los negros, desde que el hombre más rico del mundo controla la plataforma esa cifra se ha triplicado, hasta los 3.876.

Algo parecido ocurre con términos homófobos, que han pasado de una media de 2.506 al día a 3.964, o con mensajes antisemitas, que crecieron un 61% en las dos semanas posteriores al cambio de propiedad en la red social.

Las cifras han sido recopiladas por expertos de organizaciones estadounidenses como la Liga Antidifamación o el Centro contra el Odio Digital. Musk y su equipo contradicen estas afirmaciones asegurando que el discurso de odio se ha reducido en Twitter, sin embargo, investigadores consultados por el Times apuntan que nunca antes habían visto un aumento tan rápido del contenido problemático en una de las grandes redes sociales.

Resultado de medidas polémicas

El multimillonario empresario desembarcó en Twitter con la promesa de ampliar la libertad de expresión y ha tomado varias medidas polémicas, como la de ofrecer una "amnistía" a miles de cuentas que habían sido suspendidas por sus publicaciones, entre ellas la del expresidente estadounidense Donald Trump, vetado por tuits en torno al asalto al Capitolio y que, según la plataforma, podían incitar a la violencia.

Otra de estas cuentas que fue recuperada a dedo por Musk fue la del rapero estadounidense Kanye West, aunque no ha durado mucho. Este viernes, la plataforma ha cancelado (de nuevo) la cuenta del rapero por incitación a la violencia. La cancelación se ha producido después de que el rapero publicara una imagen en su perfil de lo que parecía una esvástica fusionada con una estrella de David. Esta ha sido anunciada por el propio dueño de Twitter: "Ha vuelto a violar nuestra norma contra la incitación a la violencia. La cuenta será suspendida"

Sin embargo, Musk ha despedido a miles de empleados de la empresa, entre ellos muchos dedicados a labores de moderación y control de contenidos. Pese a ello, ha tratado en numerosas ocasiones de tranquilizar a los anunciantes, garantizando que Twitter no va a convertirse en el salvaje oeste, unas promesas que no han tenido demasiado efecto, pues muchas compañías han optado por dejar de contratar publicidad en la red social o han reducido de manera muy importante su presencia.

Vía libre para grupos organizados

Además de un aumento del discurso de odio, varios expertos apuntan que vuelven a verse en Twitter cuentas que la red social habitualmente no tardaba en eliminar, por ejemplo aquellas que se identifican como parte del grupo terrorista Estado Islámico (EI). En los primeros doce días con Musk al frente de la red social se crearon 450 perfiles vinculados al EI, frente a 69 en los doce días anteriores, según datos del Institute for Strategic Diallogue, un grupo que estudia el extremismo y la desinformación en internet.

También destacan que la verificación de pago impulsada por Musk ha permitido a cuentas vinculadas con la teoría conspiratoria ultraderechista QAnon dotarse de la conocida marca azul y recibir un cierto barniz de legitimidad a ojos de muchos usuarios.