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El exjefe de Seguridad de Adif culpa al maquinista del accidente del Alvia

Las víctimas recuerdan a Andrés Cortabitarte que un año antes del siniestro autorizó la
desconexión del sistema frenado automático que habría evitado el siniestro.

Familiares de las víctimas muestran un video de Andrés Cortabitarte, exjefe de Seguridad en la circulación de Adif y segundo y último de los acusados por la muerte de 80 personas, este jueves, durante una nueva sesión del juicio por el accidente del Alvia
Familiares de las víctimas muestran un video de Andrés Cortabitarte, exjefe de Seguridad en la circulación de Adif y segundo y último de los acusados por la muerte de 80 personas, este jueves, durante una nueva sesión del juicio por el accidente del Alvia, en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela. Lavandeira jr / EFE

El exdirector de seguridad en la circulación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Andrés Cortabitarte, culpó este jueves al maquinista de Alvia del accidente ocurrido hace nueve años en la curva de A Grandeira, en Angrois (Santiago), en el que murieron 80 personas y otras cerca de 150 resultaron heridas.

Cortabitarte y el conductor del tren, José Francisco Garzón, son los únicos acusados en el juicio que se celebra en Santiago desde la semana pasada, y la Fiscalía pide para ellos cuatro años de prisión por otros tantos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia profesional. El testimonio del exrresponsable de seguridad de Adif, que debía haber comparecido justo después del maquinista, fue aplazado el jueves pasado, después de que el miércoles fuera agredido por el padre de una de las víctimas.

Varios abogados de éstas consideran que esa decisión de la jueza Elena Fernández Currás, hermana de Marta Fernández Currás, secretaria de Estado de Presupuestos en el Gobierno de Mariano Rajoy, ha permitido a sus defensores preparar su declaración a sabiendas de cuál era la versión de Garzón y la estrategia del fiscal y del resto de acusaciones particulares.

Según aseguró Cortabitarte durante el interrogatorio de este jueves, el siniestro se debió en exclusiva al despiste del maquinista, que atendió una llamada en el móvil corporativo y no advirtió que estaba llegando a la curva de Angrois a una velocidad de 179 kilómetros por hora, cuando el límite en ese tramo era de 80. El acusado también negó que fuera su responsabilidad que no hubiera un sistema automático de frenado que impidiera que un error humano derivara en un accidente tan grave. Un sistema que se instaló en Angrois poco después del siniestro.

"Eso no puede hacerlo, es ilegal", dijo Cortabitarte refiriéndose a la llamada que atendió Garzón, en la que un compañero le advertía de que en una parada posterior debía facilitar el desembarque de varios pasajeros con necesidades especiales. Esa llamada duró 100 segundos. "Si hubiera frenado cuatro segundos antes, no estábamos aquí ahora. Estamos aquí por cuatro segundos", añadió. El exdirectivo de Adif aseguró que en la red ferroviaria española hay 1.800 curvas de las mismas características que la de A Grandeira "o incluso peores", y que era imposible "prever" que el Alvia pasara por ella a más de 160 kilómetros por hora", la velocidad a partir de la cual Adif sabía que el tren podría descarrilar.

Además, Cortabitarte añadió que el maquinista atendió la llamada sin levantar el pie del pedal de "hombre muerto", que habría disminuido automáticamente la velocidad. "Es impensable es que alguien, en el sitio más importante de una línea, le esté diciendo al tren que está bien, engañándole con el sistema de hombre muerto mientras va hablando por teléfono".

Con respecto a su propia responsabilidad en el accidente, negó tenerla porque, según aseguró, no estaba entre sus funciones evaluar los riesgos de la vía, a pesar de que fue él el quien firmó el certificado de seguridad de la línea, y de que ante el juez instructor sí reconoció que él era el máximo responsable de la seguridad.

Sobre el certificado, Cortabitarte le restó importancia diciendo que era "uno más" de los ocho que se levantaron antes de la puesta en funcionamiento de la línea, y que sólo tenía por objeto garantizar que en el control, mando y señalización de la infraestructura se había "cumplido la normativa".

La versión de Cortabitarte contradice a la del maquinista, quien en su declaración reconoció haberse despistado por culpa de la llamada pero quien recordó que él y otros compañeros habían advertido reiteradamente a Adif del peligro que suponía que A Grandeira no dispusiera de una baliza de seguridad que impidiera que un error humano derivara en tragedia.

Tanto la fiscalía como las acusaciones de las víctimas comparten esa opinión, que también sostiene la Agencia Ferroviaria Europea, y recuerdan además que un año antes del accidente Adif autorizó la desconexión del sistema de seguridad ERTMS en la línea Santiago-Ourense, porque provocaba retrasos e incumplimientos horarios ya que las balizas fallaban con frecuencia y frenaban automáticamente al tren en varios tramos.

Además, sostienen que el Alvia era un tren de alta velocidad que según la normativa de seguridad nunca debería haber circulado sin ese sistema y que la desconexión del ERTMS, por tanto, fue ilegal.

La Plataforma de Víctimas del Alvia 04155 aseguró ayer en un comunicado que ha trasladado a su abogado el acuerdo de su última asamblea, que consideró que Cortabitarte, máximo responsable de la seguridad de Adif, debería haber "evaluado y gestionado el riesgo de exceso de velocidad en el tramo del accidente. Tenía que garantizar que la línea era segura. No lo era.

"Hemos trasladado esta decisión a nuestro letrado para que, en base al desarrollo de las sesiones del juicio oral, la tenga en cuenta en el momento procesal oportuno a la hora de elevar las conclusiones a definitivas y determinar las penas que finalmente se soliciten a cada uno de los acusados", concluye el comunicado.

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