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Cajasur se quita la sotana

Los gestores del Banco de España despiden a los consejeros y se reúnen con los segundos niveles

F. VICENTE / R. VILLEGAS

Los ya ex consejeros de Cajasur (seis de ellos nombrados por la Iglesia) estaban citados a las 11 de la mañana de ayer en la sede de la entidad para recibir en mano el documento oficial de su destitución. Poco antes recibieron un aviso: 'Los letrados del Banco de España han perdido el AVE, se retrasa a las 12.30'.

Los directivos y empleados del número 18 de la ronda de los Tejares de Córdoba, sede de Cajasur, habían llegado temprano al trabajo. A las ocho, su hora oficial de llegada, la inmensa mayoría ya ocupaba su puesto. Todos pendientes de lo que ocurría en el primer piso, la planta noble, donde está el despacho del presidente (hasta el sábado, el sacerdote Santiago Gómez Sierra), y el del director general, cargo que aún ocupa Antonio Barral Rivada.

Allí, los nuevos administradores del Banco de España, mientras esperaban a sus letrados, seguían con sus reuniones, pidiendo cifras, cuentas y números a los responsables de la entidad. Una labor que iniciaron ya el día anterior a primera hora de la tarde, cuando por primera vez cruzaron las puertas de cristal de Cajasur para reunirse, rodeados del sepulcral silencio de unas oficinas en domingo, con el director general, el de riesgos, y los principales directivos.

En la plantilla de la entidad hay preocupación y ansiedad

La mañana de ayer ya no fue tan silenciosa. Todos respondían lo mismo a las continuas llamadas telefónicas: 'No hay diferencia con un día cualquiera'. Pero con el vecino de mesa y de departamento, los comentarios de preocupación y ansiedad no cesaban. A la hora en que los ya casi ex consejeros estaban citados, el tradicional flujo hacia los bares cercanos para el cafelito de media mañana no se produjo. Pero no fue una jornada especialmente productiva.

Toda decisión, toda actividad no rutinaria, quedó paralizada a la espera de acontecimientos que todos intentaban atisbar con el rabillo del ojo.

Por la tarde, tras las primeras reuniones con los directivos, y entregados los ceses a los consejeros, que salieron pasadas las 15.00 horas, llegó el turno de los directores y subdirectores de oficina. El primer grupo, el de las oficinas de la capital, estaba citado a las 17.00 horas. Un día inusualmente largo en Cajasur, donde el horario habitual es de 08.00 a 15.00 horas. Claro que hoy podrán compensarlo. Córdoba está de feria y, con intervención del Banco de España o sin ella, en Cajasur se restringe el horario. Hoy y el resto de la semana sólo se trabajará hasta las dos.

Tranquilidad en la calle en la primera jornada laborable tras la intervención

En contraste con la tensión reinante entre la plantilla, los clientes no dieron muestras de nerviosismo. Las llamadas a la calma funcionaron y la normalidad dominó.

En la sede central, los ahorradores mostraban su confianza en la entidad, pero también sus críticas a la Iglesia que durante siglo y medio gestionó la caja y cuyos desmanes en la última década provocaron la intervención.

Rafael Vadillo, jubilado de 69 años, decía estar 'totalmente tranquilo' con la nueva situación, aunque criticó la 'mala gestión en los últimos años'. Sin embargo, no se planteaba retirar sus depósitos ni conocía a nadie que lo hubiera hecho. Más crítico era Juan González, empresario de 55 años que tiene su hipoteca y la de su negocio en Cajasur. 'Conocí a Castillejo [presidente durante 30 años, hasta 2005] y no me gustaba su forma de llevar la entidad como si fuera su cortijo. Lo sé porque tengo mucha relación con esta caja y sé que muchos altos cargos son gente sin preparación y que hay mucho enchufismo', afirma. Sin embargo, asegura que no cambiará de entidad y que 'no hay que tener miedo'.

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