Este artículo se publicó hace 14 años.
El Festival de Sídney 2010 provoca, divide y rompe récords de audiencia
El Festival de las artes Sídney 2010 concluyó hoy con un programa provocador y algo travieso que superó el éxito de público de ediciones anteriores, y que ha dejado a los asistentes satisfechos o descontentos, pero no indiferentes.
"Hemos creado discusión, y eso es lo que debe hacer un festival, celebrar que somos humanos, llenos de contradicciones y de confusión, y también que sabemos conversar y que somos felices", dijo hoy a Efe la directora del evento, Lindy Hume.
Parte del público protestó por la falta de preparación de cantantes como Marianne Faithfull o el ex rockero y actual ministro australiano de las Artes, Peter Garrett, en el concierto "Rogue's Gallery", de baladas y canciones de marineros, concebido por Johnny Depp como "espontáneo y sin ensayos", e interpretado en el exterior de la Casa de la Ópera de Sídney.
Algunos abandonaron las salas en plena representación de obras como "Optimism", en la versión de "Candide", por el australiano Tom Wright, o "Dark Matters", y criticaron la "extrema" interpretación alemana de "Hamlet" y la siniestra adaptación irlandesa de "Giselle", interpretada por la compañía Fabulous Beast.
Y, sin embargo, el Festival de Sídney 2010 triunfó porque otra parte del público y de la crítica salió de las mismas obras encantada y cautivada.
"Estamos en el mes de enero, en un nuevo año, en una nueva década, de un nuevo siglo, y por eso este es el momento perfecto para pensar en la esperanza", destacó la directora de la edición.
"Buscamos obras que nos permitieran entablar una conversación con la vida real, los temas que nos son relevantes, y fuimos viendo que emergía un tema común: la búsqueda de la felicidad, el reencuentro con la esperanza", añadió Hume.
Al público le gusta poder comparar y reflexionar sobre un tema, y a ello contribuyó un programa ecléctico.
La nueva obra australiana "The Fence" (La valla), de Urban Theatre Projects, explora cómo la institucionalización en la infancia afecta en la edad adulta y habla de la llamada Generación Robada de los aborígenes y de la Generación Olvidada, cerca de medio millón de niños australianos que fueron víctimas de abusos en orfanatos estatales entre 1920 y 1960.
"The Fence" es una historia de amor y del esfuerzo que sus cuatro personajes hacen para encontrar la felicidad y recuperar la esperanza.
Hume citó "Happy as Larry" (Feliz como una lombriz), dirigida por el australiano Shaun Parker en forma de coreografía urbana, que se adentra en las nueve personalidades de la Teoría del Eneagrama derivada de conocimientos antiguos adaptados a la psicología occidental moderna.
Indaga cómo la personalidad determina la percepción y el sentimiento de la felicidad, cómo se manifiesta la búsqueda y cómo la reprime en ocasiones; y se pregunta si la persona es capaz de encontrarla.
"El proyecto nace de la idea de la felicidad humana, cuya búsqueda nos une a todos", dice Hume de una obra que fue un éxito para parte del público y de la crítica, para algunos, por su oscuridad y porque explora la ausencia de felicidad y la desesperanza.
Hume admitió su interés por "lo oscuro, algo que se explora en 'Dark Matters' y en 'Oedipus Rex & Symphony of Psalms'", un bellísimo doble acto de las piezas de Igor Stravinsky, dirigido por el famoso director estadounidense Peter Sellars.
"Dark Matters", debut australiano de la canadiense Crystal Pite, una mezcla de danza contemporánea y teatro físico con marionetas, recurre a la materia oscura desde una perspectiva científica y con un particular diseño de la iluminación se buscan las fuerzas ocultas y cómo éstas afectan la mente y el cuerpo.
Con cientos de espectáculos que desde el 9 de enero han llenado calles, plazas, parques y salas de teatro, el Festival de las Artes de Sídney ha invitado a sus ciudadanos a una introspección colectiva.
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