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Francesca Woodman, la artista que usó su cuerpo cómo material fotográfico

EFE

Francesca Woodman murió con 23 años, dejando una obra de 800 negativos, donde la artista usaba su cuerpo como material fotográfico para elaborar unos retratos donde su cuerpo parecía desvanecerse. Ahora 15 de ellos se exhiben a partir de hoy y hasta el 24 de octubre en la Galería La Fábrica.

Woodman fue educada en una familia de artistas, nació en Denver (Colorado) en 1958 y al terminar sus estudios, completados con una beca en Roma, se trasladó a Nueva York.

Fue allí donde realizó su primera fotografía 'Autorretrato a los 13 años', en 1972, donde ya dejó marcados los rasgos esenciales del que sería su estilo, con su figura fuera de foco, escenarios interiores con objetos corrientes entre los que se ocultaba la figura humana.

El 19 de enero de 1981, saltó por la ventana de su loft en el East Villag neoyorquino y falleció. Pero con su muerte nació la leyenda, pues sus obras ya poseían un estilo inconfundible, el del retrato como producción de su propio cuerpo, situado en escenarios melancólicos marcados por la soledad, el olvido y el paso del tiempo.

Francesca Woodman siempre se refirió a sus fotos contando: 'Las cosas parecen extrañas porque mis fotos dependen de mi estado emocional. Sé que eso es verdad y he reflexionado mucho sobre ello mucho tiempo. En cierto modo me hace sentir bien'.

En la Galería La Fábrica se pueden ver 15 autorretratos en blanco y negro de pequeño formato donde la artista aparece camuflada entre un bosque, formando parte del mobiliario, como una tela escondida entre cortinas polvorientas.. rasgos esenciales de Woodman.

Además de un vídeo ilustrativo, encontrado por sus familiares años después de su muerte, donde se ilustra el proceso creativo de la artista de algunas de su fotografías.

'Hoy Francesca Woodman es una artista de primer nivel, que ha expuesto en la Tate, en la Fundación Cartier y otros centros de la misma talla, a la que se han rendido retrospectivas pero cuyo trabajo está aún en plena difusión', explica Nuria Balfegó, subdirectora de la Galería La Fábrica.

Y es que a su muerte, Woodman dejó unos 800 negativos, de los que sólo se han editado 100 o 120 de momento. 'Queda la mayoría aún por descubrir', añade Balfegó.

'Hay que tener en cuenta que toda la obra de Francesca es el resultado de una primera etapa de estudiante. Y si ya entonces alcanzó tales cotas de calidad, no podemos imaginar hasta dónde habría llegado en etapas de mayor madurez', concluye.

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