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Libia albergará la mayor área ecológica del mundo

MARIA GARCIA DE LA FUENTE

Libia albergará la mayor región ecológica del mundo, formada por 550.000 hectáreas de desierto y bosques. Situada en la costa mediterránea, en un área conocida como Green Mountains (Montañas verdes), la región, ahora muy degradada, acoge la ciudad de Cyrene, cuna de civilizaciones griegas y romanas.

Donde llegó a haber medio millón de hectáreas de árboles, en los últimos 20 años sólo perviven 180.000 hectáreas y el nivel del agua subterránea ha caído de los 200 a los 600 metros. Las ruinas de Cyrene, declaradas patrimonio de la UNESCO, están sin vigilancia y son saqueadas de forma periódica. Es decir, la zona presenta problemas ambientales y artísticos que Saif al-Islam Gaddafi, hijo del presidente libio, Muammar Gaddafi, ha decidido recuperar con un diseño del arquitecto Norman Foster.

El proyecto pretende, además de hacer frente al impacto ambiental de la zona, lograr un desarrollo de la población, que presenta un 30% de desempleo. El portavoz del proyecto, Anthony Kleanthous, explicó en la firma del proyecto que 'la idea es mostrar que el proyecto no se puede aplicar sólo a Libia, sino que Foster intentará construir un diseño que se pueda levantar en cualquier lugar, como en otros países de África'.

Sin embargo, Gordon McGRanahan, del Instituto Internacional de Desarrollo y Medio Ambiente de Reino Unido, considera improbable que el proyecto se pueda extrapolar a otras regiones, debido al gran tamaño que precisa y a la elevada inversión necesaria, no disponible en la mayor parte de los países africanos. El proyecto contará con inversiones de miles de millones de dólares. Entre los socios se incluyen la UNESCO y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. También se espera atraer a socios privados.

En la declaración del proyecto, se asegura que se desarrollará con criterios sostenibles desde el punto de vista social, económico y ambiental, lo que incluye métodos tradicionales en granja, acuicultura y agricultura, así como la promoción del entendimiento entre culturas, religiones y países. El reto que se plantea es lograr unas emisiones de dióxido de carbono neutrales a escala regional, a la vez que se recupere la fauna y flora endémica, se cree una industria turística de futuro, se desarrollen las economías locales y se conserve el Patrimonio Histórico de la UNESCO.

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