Este artículo se publicó hace 2 años.
La indecisión de Feijóo para arreglar su sucesión paraliza al Gobierno gallego
La oposición denuncia la inacción del Ejecutivo autonómico y denuncia que siga cobrando un sueldo como presidente de Galicia mientras se dedica plenamente a instalarse en su nuevo cargo al frente del PP.
A Coruña-
La precipitada caída de Pablo Casado y el ascenso de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP han pillado a contrapié a su partido en Galicia. También a la red corporativa tejida por los populares en torno a la Administración gallega en los trece años de su gobierno.
Según la oposición, la Xunta está "paralizada" en plena crisis a la espera de que Feijóo y el PP resuelvan los problemas de su sucesión en Galicia, y de que se conozca la estructura del Gobierno y el proyecto de Alfonso Rueda, el vicepresidente a quien todos los dedos apuntan como su heredero.
"Llevamos dos meses con un Gobierno y con un presidente que tiene como prioridades tapar la corrupción de su partido, justificar sus pactos con la extrema derecha y calmar las aguas internas del PPdeG, donde quiere dejar todo atado y bien atado. Pero Galicia no puede ser el segundo plato, poniendo los intereses partidistas del PP por delante de los intereses de los gallegos y de las gallegas", denunció esta semana la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón
"Feijóo está en Génova trabajando para el PP mientras cobra un salario de los gallegos y de las gallegas", dijo. "Este país no puede estar paralizado hasta junio y mucho menos por los problemas y las luchas internas de poder", añadió, en referencia a las complicaciones de Feijóo para designar como sucesor a Rueda.
De momento, el presidente de la Diputación de Ourense y del PP de esa provincia, Manuel Baltar, ha reclamado una vicepresidencia en la nueva dirección autonómica del partido para apoyar a Rueda. También habría hecho lo mismo Diego Calvo, presidente provincial de los populares en A Coruña y a quien Feijóo ha encomendado la dirección del comité electoral estatal.
La candidatura de Rueda para heredar el PPdeG parece confirmada, aunque Feijóo es partidario de que se materialice en un congreso extraordinario para que el ascenso de su delfín no parezca un dedazo en toda regla y cuente con la legitimidad inicial que le daría el respaldo de la militancia.
Ese cónclave podría demorarse hasta el último fin de semana de mayo, teniendo en cuenta que el congreso para nombrar presidenta del PP de Madrid a Isabel Díaz Ayuso será a las puertas del anterior, el viernes 20 y el sábado 21 de ese mes. Es improbable que ambos se celebren en las mismas fechas. Y aunque Feijóo sí podría resolver antes la sucesión institucional en la Xunta, hasta el momento no ha dado pista alguna de qué tiempos maneja.
"No hay novedad con respecto a lo apuntado en jornadas anteriores por el presidente de la Xunta, que indicó que la dimisión se produciría a partir del mes de abril", han informado a Público fuentes del departamento de Comunicación del Ejecutivo gallego.
Un ejemplo de la parálisis en la que se encuentra la Xunta es el Plan Estratéxico Galicia 2022-2030, un ambicioso proyecto con el que, según Feijóo, la Xunta, pretendía "diseñar la Galicia del futuro y conseguir una recuperación sostenible, competitiva e inclusiva" de la crisis económica.
Lo presentó el pasado 2 de marzo por la mañana, pero apenas llegada la tarde anunció ese mismo día que sería candidato a suceder a Pablo Casado y que, por lo tanto, renunciaría a la presidencia del Gobierno de Galicia y a aplicar la ambiciosa estrategia de su presentación matutina.
Desde entonces nada se ha sabido de las medidas del Plan Estratéxico 2022-2030. "Todo está paralizado", asegura un funcionario de la Xunta, que pide guardar el anonimato. "Ni siquiera sabemos si sigue en marcha, ni quién va a encargarse de aplicar el proyecto", añade.
En otros departamentos, sin embargo, fuentes de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) indican que la Xunta funciona con normalidad, y que las negociaciones sobre las nuevas normas de estabilidad en la función pública siguen celebrándose. "No es que haya un movimiento frenético, pero desde luego no es como en los períodos preelectorales, cuando todo se frena".
Feijóo ha dejado Galicia con la inflación disparada en marzo al 10,5% con respecto al mismo mes del 2021, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística. Es decir, siete décimas por encima de la media nacional (9,8%). El paro ronda el 11% y la suma de parados y pensionistas ya rebasa de sobra, desde hace años, el número de afiliados que cotizan a la Seguridad Social.
Según Cáritas, más de 655.000 gallegos, casi el 25% de la población de la comunidad, ya estaban en riesgo de pobreza y exclusión antes de que Rusia invadiera a Ucrania y de que la guerra y sus consecuencias reimpulsaran la crisis económica.
Algunas fuentes cercanas a su entorno admiten que Feijóo gobierna Galicia a golpe de teléfono desde su recién estrenado despacho en la calle Génova mientras se instala en Madrid. Si dimite en mayo, tal y como ha asegurado, el Parlamento de Galicia tendría tiempo para celebrar la investidura de Rueda ese mismo mes. Su toma de posesión y el nombramiento de un nuevo Ejecutivo podrían dilatarse hasta la última semana, o a principios de junio. Pero la oposición cree que Galicia no puede esperar tanto.
El secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, comparte la opinión de Pontón. El pasado martes calificó de "irresponsable" la actitud de Feijóo, así como que se haya marchado a Madrid antes de que se resuelva su sucesión en Galicia, y que la presidencia de la Xunta se encuentre en una situación de interinidad en la práctica. "Tenemos que preocuparnos porque tenemos un país que está sufriendo la falta de Gobierno", dijo.
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