La penalización de la deuda portuguesa batió récords en las últimas horas por la desconfianza de los mercados aunque la bolsa de Lisboa invirtió a media sesión de hoy el resultado negativo de los últimos días y recuperó los 7.000 puntos.

Tras las pérdidas del miércoles y la mala apertura de hoy, que sumaron una caída próxima al tres por ciento, el principal índice del Euronext Lisboa, el PSI-20, ganaba horas antes del cierre el 1,34 por ciento y sobrepasaba la barrera psicológica de los 7.000 puntos perdida esta semana.

El anunció, el miércoles, de la agencia crediticia Moody's de un posible recorte en los próximos meses de la calificación de la deuda portuguesa, que ya rebajó la semana pasada Standard & Poors, volvió a encarecer los intereses de las obligaciones lusas.

El diferencial del bono portugués a diez años con el alemán sobrepasó en las últimas horas los 300 puntos básicos mientras las calificaciones de varias entidades financieras e instituciones lusas eran puestas también bajo revisión como reflejo del anuncio de Moody's para el Estado portugués.

Los intereses que debe pagar Portugal para colocar sus emisiones de deuda están en los niveles más altos desde hace más de un año, cuando vivía los peores momentos de la crisis económica internacional.

El Gobierno portugués que ha insistido varias veces en los últimos días en quejarse de la especulación injustificada de los mercados sobre sus perspectivas financieras, ha puesto en marcha un plan de austeridad para reducir en los próximos cuatro años el déficit fiscal del país desde el 9,4 al 2,8 por ciento.