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Vidal Coy sigue en México DF el rastro de los "detectives salvajes" de Bolaño

EFE

El periodista y fotógrafo José Luis Vidal Coy expone en Murcia 40 fotos que siguen el rastro de las andanzas por Ciudad de México de los personajes principales de la novela de Roberto Bolaño "Los detectives salvajes": el chileno Arturo Belano y el mexicano Ulises Lima.

En declaraciones a Efe, Vidal Coy, curtido en el periodismo en las delegaciones de esta agencia en Madrid, El Cairo, Argel, Teherán y Bagdad, en Diario 16, Geo y El Globo, dice que el escritor chileno hizo "una tergiversación toponímica consciente de cantinas, cafés y pulquerías dudosamente reconocibles" y que el autor de las fotos halló tras una ardua búsqueda en el monumental callejero Guía Roji.

Así, el que en la novela ganadora del premio Herralde es el café Quito se llama La Habana, donde antes que Belano y Lima se reunieron en realidad exiliados republicanos españoles y Fidel Castro y varios de sus colaboradores antes del desembarco en la costa cubana del yate Granma, previo al triunfo de la revolución, asegura el fotógrafo.

O la cantina Bucareli, en la calle del mismo nombre, es en verdad cantina Encrucijada Veracruzana, donde también hacen escalas los dos poetas del movimiento que el desaparecido autor chileno llama "realvisceralista" y que Vidal Coy entiende que es en realidad el conocido como infrarrealista, "que no pasó de incipiente cuando el Bolaño poeta llegó a México".

A través de las imágenes, quien visita la exposición pasea por los rincones del casco histórico, por las colonias (barrios) de La Condesa y Roma, por las calles Brasil, Uruguay, Bolivia y Colima -donde está la sede del PRD de Andrés Manuel López Obrador y la casa de las hermanas Font, personajes de la novela- o la glorieta Insurgentes.

Hechas con la técnica de desaturación, que deja ligeros rastros de color sobre el blanco y negro, quienes miran las fotos de la muestra "¿Qué fue de García Madero?", el supuesto líder de los realvisceralistas al que Belano y Lima siguen la pista en la novela, encuentran rosticerías, tlapalerías, tiendas de muebles, lencería o trajes de novia, restaurantes, pulquerías o locutorios de internet.

También abundan en las imágenes expuestas en la galería La Aurora, de Murcia, los pequeños detalles de la cartelería de menús en los que se sirven los mexicanísimos consomé de camarón, quesadilla de cazón, filete en hoja santa, ceviche de pescado, mojama al gusto, taquitos de hueva de lisa o molcajete veracruzano.

Letreros como "Estacionar no es gratis. Se punchan llantas" (se pinchan ruedas), vallas publicitarias, pintadas como "El olvido es una dolorosa agonía", firmada por Acción Poética junto a la anónima "Déjese llevar", o listados de precios de compra de papel usado al peso salpican el recorrido del ojo de Vidal Coy.

El fotógrafo sigue las huellas de personajes como Piel Divina, Cesárea Tinajero o Amadeo Salvatierra, quien consume en el libro un nunca existente mezcal Los Suicidas.

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