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Un minuto más para el fin del mundo

Los científicos atrasan el reloj simbólico que alerta del riesgo de destrucción global

J. Y.

Pese a que catástrofes como la de Haití siguen atestiguando la fragilidad de nuestra especie, el peligro de un cataclismo global definitivo que acabe con la humanidad está hoy un poco más lejos. Al menos, es la opinión del panel del Boletín de Científicos Atómicos, que ayer reflejó esta relativa distensión atrasando un minuto el Doomsday Clock, el Reloj del Apocalipsis.

Este temporizador simbólico fue creado en 1947, cuando un grupo de científicos de la Universidad de Chicago (EEUU), ex colaboradores del Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica, quisieron ilustrar la portada de su boletín con un motivo que representara el riesgo de debacle nuclear. La aguja se dibujó a siete minutos de la medianoche, el fin del mundo.

Desde entonces, la posición del minutero se ha variado 19 veces, reflejando los momentos de máxima tensión en 1953, la escalada de la Guerra Fría lo llevó a dos minutos de las 12 o de mayor distensión en 1991, los acuerdos de desarme alejaron la aguja a 17 minutos de las 12. El comité responsable del reloj, que hoy incluye a una docena de premios Nobel, ha integrado en su análisis otros factores de riesgo actuales, como las armas biológicas, el terrorismo nuclear o el cambio climático. Y aunque el temor a un apocalipsis no tiene hoy la presencia popular de antaño, el reloj se ha convertido en icono cultural, retratado en la música por grupos como The Clash, Iron Maiden o Smashing Pumpkins, la literatura y el cine.

Desde 2007, el reloj se mantenía a las 12 menos 5. Ayer, en un acto celebrado en Nueva York y emitido por Internet, los científicos atrasaron la aguja un minuto, dejándola a seis del fin. La decisión, dijeron, refleja un momento histórico 'esperanzador' gracias al giro político global promovido por Barack Obama y los compromisos de reducción de emisiones.

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