Este artículo se publicó hace 3 años.
Vacuna españolaEl CSIC toma impulso tras los recortes de Rajoy: más plantilla, nueve proyectos de vacunas y tres de mascarillas
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas comienza a revertir los duros recortes de personal que le aplicaron los gobiernos del PP mientras impulsa varios trabajos sobre medios de protección ante la covid-19
Zaragoza-Actualizado a
El CSIC, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, una agencia estatal de 122 centros que pasa por ser una de las principales redes de su ámbito de Europa, está comenzando a remontar los duros recortes de la pasada década tras haber empezado a recuperar su plantilla de investigadores y mientras coordina una docena de proyectos sobre medios de protección ante la covid-19, tres sobre materiales para mascarillas y otros nueve sobre vacunas y plataformas para desarrollarlas.
Esta batería de proyectos relacionados con la pandemia, a la que se suman varias decenas más de otros ámbitos, llegan cuando el CSIC se está comenzando a recuperar de los duros recortes que sufrió durante la mayor parte de la pasada década y coincidiendo con los gobiernos de Mariano Rajoy, con los que, tras un desplome que alcanzó el 12%, la inversión pública en I+D+i se mantuvo por debajo de los niveles previos a la ‘gran recesión’.
Así, según los datos que da el Gobierno en una respuesta parlamentaria al senador malagueño del PSOE Miguel Ángel Heredia, el número de investigadores del CSIC cayó de 4.255 a 3.553 entre el cierre de 2011, cuando Rajoy llegó al Gobierno, y junio de 2018, cuando lo abandonó con la moción de censura de Pedro Sánchez.
Eran 702 menos, lo que supone una pérdida del 16,5% de la plantilla. Una de cada seis plazas de investigadores había desaparecido, con recortes como los del Instituto de Ciencias de Materiales de Aragón o el Centro de Investigación de Nanociencias y Nanotecnología, que perdieron a la mitad de sus expertos.
Esos recortes de personal investigador, que suponen algo más de la tercera parte del total de las plantillas, se han comenzado a revertir con el cambio de Gobierno, que ha recuperado 155 puestos desde el verano de 2018, y con mayor intensidad a partir de que la pasada primavera de la pandemia pusiera en evidencia las carencias del país en I+D+i, algo que afecta de manera especial al sector industrial, tal y como ha vuelto a ponerse de manifiesto en las últimas semanas con el desabastecimiento de microchips.
"Invertir en investigación es invertir en futuro"
"Rajoy recortó brutalmente el número de investigadores del CSIC, que con el Gobierno de Pedro Sánchez empiezan a aumentar", señala Heredia, que considera "intolerable que mientras se reducían investigadores, al mismo tiempo se aumentara el personal de gestión, en muchos casos con cargos de confianza".
Heredia: "Invertir en investigación es invertir en futuro, algo que la derecha nunca ha querido entender"
"Invertir en investigación es invertir en futuro, algo que la derecha nunca ha querido entender. Un país sin investigación es un país sin futuro", añadió. Coincide en el diagnóstico con Fernando Escolar, de la sección sindical de UGT en el CSIC. "El número de plazas de investigadores se fue reduciendo, y la viabilidad de algunos centros estuvo comprometida. Vivían casi en una economía de guerra, y en muchos casos se arrastra un déficit estructural por los recortes que han ido sufriendo, especialmente a partir de 2008", explica.
Escolar, que califica de "acuciantes" las carencias de personal técnico y administrativo, puestos para los que "no ha habido prácticamente convocatorias ni se han ido cubriendo los puestos que quedaban vacantes por jubilación durante muchos años" hasta la oferta pública de empleo que se encuentra ahora en tramitación, reclama un proceso de estabilización del empleo para los eventuales y los interinos y continuidad para quienes acceden al CSIC para participar en los proyectos relacionados con la covid. "Todo es un conjunto. Meter dinero en proyectos y personal sirve si se tiene en cuenta qué va a pasar después con ese personal", anota.
Nueve proyectos de vacunas contra la covid-19
Entre los proyectos de fármacos que está coordinando el CSIC, financiados a través del Fondo covid-19 que gestiona el Instituto Carlos III, según indica el Gobierno en su respuesta a una pregunta parlamentaria de Heredia, se incluyen tres basados en la tecnología microARN, la misma que utilizan algunas de las vacunas ya aprobadas o en vías de estarlo.
En este grupo, la Universidad Ramón Llull de Barcelona coordina bajo el título de CoviNanoVax "el diseño de una vacuna de microARN basada en nanopartículas" para "inmunizar a personas sanas pero susceptibles de contagio "frente a futuras infecciones"; la de Santiago dirige los trabajos para lograr otra que incluye "desarrollar una plataforma para cribar posibles alternativas" de "vectores peptídicos" que puedan "ser utilizados como transportes de genes" para la vacuna y, por último, el Instituto de Investigaciones Biomédicas Augusto Pi i Sunyer (IDIBAPS) lidera otro centrado en "el desarrollo preclínico de vacunas" que generen "una respuesta celular de largo alcance contra el virus que aporte inmunidad a lo largo de toda la vida".
Paralelamente, añade la respuesta, el CSIC coordina otro proyecto, que se encuentra entre los más avanzados, para "el diseño de vacunas" que "expresen antígenos" frente a la covid-19 con la técnica del MVA, que consiste en transportar una proteína de este para estimular el sistema inmunitario.
"Hay posibilidades reales de inducir una alta protección utilizando esta aproximación con una sola dosis de la vacuna", señala la referencia a este proyecto del Instituto Carlos III, que anota que, al no utilizar el virus como base "permite trabajar en condiciones de menor nivel de seguridad biológica y requiere menos complejidad experimental para su desarrollo". "Se podría administrar en todas las edades a todo tipo de población, incluyendo personas con inmunodeficiencias", añade, ya que "su alta atenuación ya demostrada" la sitúa como "segura".
Una vacuna universal y otra modificada
Mientras tanto, la Universidad de Zaragoza explora "una posible modificación" de su vacuna contra la tuberculosis para determinar si la "inmunidad inespecífica" que genera frente a la covid "puede ser lo suficientemente eficaz".
Por último, la Fundación Miguel Servet-Navarra Biomed lidera "un proyecto que incluye tres procedimientos diferentes de producción para mejorar la ingeniería de posibles vacunas" y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria coordina otro sobre un vector vacunal que actuaría sobre "los genes seleccionados del SARS-CoV-2".
El CSIC está financiando también varios proyectos de investigación sobre mascarillas
Según indica otra respuesta a Heredia, el CSIC está financiando también varios proyectos de investigación sobre mascarillas. De ellos, el "más avanzado" es el que desarrollaron el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del centro y la empresa BIOINICIA, que ya han sacado al mercado un material de nanofibras para filtros con los que se han fabricado "modelos con acreditación FFP2" y otras quirúrgicas biodegradables y a las que se ha incorporado virucida.
El aumento de la generación de residuos por la generalización de medidas de prevención contra la covid-19 como el uso de mascarillas y gel, así como por el mayor consumo de plástico, generó desde el comienzo de la pandemia un debate del que siguen sin llegar respuestas claras.
Ese mismo grupo de investigación "trabaja también con asociaciones de personas sordas para lograr mascarillas translúcidas" que les permitan leer los movimientos labiales de sus interlocutores, añade el documento, mientras que otros departamentos "han propuesto también nuevos diseños de mascarillas para facilitar la realización de PCR u otro tipo de pruebas de detección del virus de forma más sencilla, pero aún están en fase de desarrollo".
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