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Violencia Machista

Del escarnio a la ovación: así se blanquea a los famosos denunciados por abusos

¿En qué momento pasamos del oprobio generalizado al sentido homenaje? La rentrée de Plácido Domingo responde a una calculada estrategia urdida en el silencio y la desmemoria. Un plan que busca restituir unos privilegios perdidos.

Plácido Domingo
Con aplausos, vítores y parte de los asistentes en pie ha recibido el público de Madrid al tenor Plácido Domingo. Ekaitz Filarmendi / EFE

Desde que se anunciara el regreso de Plácido Domingo a nuestro país hace cosa de un mes ya se intuía que el lavado estaba en marcha. La confirmación tuvo lugar este miércoles, en el Auditorio Nacional y frente a las más de 1600 personas que, puestas en pie, vitorearon al tenor en el marco de un concierto organizado por la Fundación Excelentia en beneficio de Cruz Roja Responde.

Sobra decir que el centrifugado funcionó a las mil maravillas. Desde que la supuesta honorabilidad del cantante quedara en entredicho en agosto de 2019 cuando se hizo pública una investigación llevada a cabo por Associated Press con 27 testimonios de mujeres acosadas por el tenor, poco o nada se supo de él salvo un perdón que, en opinión de muchos, llegó tarde y con tibieza. 

Pues bien, apenas dos años después de aquella investigación que le hizo dimitir como director de la Ópera de Los Ángeles y que provocó una cascada de cancelaciones de sus actuaciones por toda Europa –incluidas las que tenía cerradas en España–, el tenor se dio un baño de multitudes ante una audiencia entregada que tuvo a bien brindarle una intensa ovación previa, y nada menos que cinco bises al término del recital.

La persona a blanquear habitará el silencio durante un periodo de tiempo indeterminado

¿Qué ha ocurrido entre agosto de 2019 y junio de 2021?, ¿en qué ha cambiado el caso Plácido Domingo cuando, recordemos, los delitos han prescrito?, ¿en qué momento pasamos del oprobio generalizado al sentido homenaje?, ¿acaso ser un profesional de renombre impide cometer delitos y abusos? La explicación no es sencilla y pasa, como ya intuirán, por una operación de blanqueo –o encalado– de la que se benefician algunos de nuestros más insignes artistas.

Y en esta función Plácido no está sólo. Mientras se sucedían los bises en el Auditorio Nacional, otro de nuestros grandes embajadores, el cantaor Diego 'El Cigala', era detenido en Madrid por la Policía Nacional tras ser denunciado por su pareja en Jerez de la Frontera por haber sufrido malos tratos continuados, físicos y psicológicos, según fuentes de la investigación.

El caso de 'El Cigala' viene de lejos, no en vano en 2004 fue condenado por una falta de amenazas a una azafata a la que profirió todo tipo de amenazas e insultos en un tono "tremendamente exaltado y agresivo". Aquello no le pasó factura, el cantaor no cesó en su actividad y aquel incidente apenas alcanzó el estatus de mácula en una reconocida carrera internacional.

Procedimiento de encalado

La comunicación de crisis lleva décadas ahondando en el misterio del blanqueamiento, fenómeno más o menos contemporáneo que nos devuelve perfectamente integrado y con los privilegios recién restaurados a un señor que, poco tiempo atrás, era considerado un apestado a ojos de la opinión pública. 

La estrategia a seguir apuesta, en un primer momento, por la discreción. La persona a blanquear habitará durante un periodo de tiempo indeterminado, dependiendo de lo mermada que esté su reputación, el silencio. Y el mutismo, tan socorrido cuando se quiere pasar desapercibido, permitirá que la desmemoria haga el resto.

"Vivimos en un entorno tan saturado de estímulos informativos que tenemos muy poca memoria, es por esto que un periodo en barbecho en el que el agraviado mantenga un perfil bajo podría contribuir a un cierto olvido", explica a Público Ferran Lalueza, experto en comunicación y profesor de los Estudios de Ciencias de la Información en la Universitat Oberta de Catalunya.

Lalueza: "Cuando el aludido vuelve a presentarse en sociedad lo hace con una acción de altísima legitimidad"

Junto a la baza de la desmemoria, los expertos se afanan en diseñar una rentrée a medida. "Cuando el aludido vuelve a presentarse en sociedad después de ese tiempo de silencio, lo suele hacer de la mano de una acción con una altísima legitimidad, alguna acción caritativa o vinculada a cuestiones de responsabilidad social", detalla Lalueza. 

Recordemos ahora que Plácido Domingo se presentaba como impulsor de una gala benéfica organizada por la Fundación Excelentia a favor de Cruz Roja Responde y de las personas más vulnerables afectadas por la pandemia. Todo cuadra; tras un periodo de hibernación, el tenor decide regresar parapetado en el altruismo y las buenas obras.

Es la prueba de fuego, el primer contacto con el público tras ser repudiado debe ser medido al milímetro, no es de extrañar que la localización también estuviera cuidadosamente elegida: "Por el tipo de espectáculo y por su vocación benéfica, cabe pensar que va dirigido a personas de cierto poder adquisitivo, lo que nos hace pensar que no iba a ser un público especialmente hostil con el cantante". 

El tiempo dirá si, pasados los años, nos toparemos con 'El Cigala' en algún reality o parlamentando plácidamente con Osborne tal y como hizo Ortega Cano en su día. De lo que no cabe duda es de que la amnesia colectiva juega en favor de nuestras luminarias y sus privilegios. Unos privilegios que se alzan nuevamente vigorosos tras un breve periodo de silencio.

"El éxito que cosechó Plácido Domingo este miércoles evidencia que desgraciadamente el #Metoo no es intocable, sino que se puede surfear. Si ocurren este tipo de cosas es porque, como sociedad y aunque nos cueste reconocerlo, todavía hay un nivel de tolerancia inaceptable para con la violencia machista", denuncia el profesor Lalueza.

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