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Mercè Rodoreda, Sade y el festival Kosmopolis, grandes apuestas de la programación del CCCB para 2023

El centro barcelonés presenta un nuevo cartel con propuestas artísticas que reflexionan sobre el mundo en guerra y el futuro del planeta.

Una persona mira uno de los principales trabajos de la exposición 'World Press Photo 2022' del CCCB, a 3 de noviembre de 2022.
Una persona mira uno de los principales trabajos de la exposición 'World Press Photo 2022' del CCCB, a 3 de noviembre de 2022. Laura Rodríguez / ACN

El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) ha presentado este miércoles su programación para el próximo año, donde la entidad recupera grandes clásicos culturales como Mercè Rodoreda o Sade para confrontarlos con la realidad de un mundo actualmente en guerra.

Con un cartel renovado, el CCCB incorpora una nueva mirada tecnológica con la muestra Inteligencia artificial y vuelve a contar con el festival literario Kosmopolis después de dos años. El espacio afronta la siguiente temporada artística de exposiciones con el objetivo de mantener activa una afluencia de público, especialmente joven, casi recuperada ya tras la pandemia.

La programación del CCCB para 2023 se articula a partir de grandes propuestas como Flores y viajes, donde el grupo catalán Cabosanroque pone en conversación los versos de la obra Viajes y flores, de Mercè Rodoreda, con la premio Nobel de Literatura Svetlana Aleksiévich. Esta pieza expositiva crea un bosque fantástico que reflexiona en torno a los conflictos bélicos a partir de la experiencia de Rodoreda y de algunos testimonios de mujeres y niñas que vivieron la Segunda Guerra Mundial.

El agua es otro de los ejes principales de las propuestas del CCCB, que muestran un especial interés por el futuro del planeta y de los elementos que lo conforman. Así pues, con el festival bienal Kosmopolis, que regresa al centro después de dos años de ausencia celebrando la segunda década de la exposición, el centro ofrece un espacio donde confabular sobre la fuerza mitológica del agua y los océanos, haciendo una mirada cultural y crítica al cambio climático. Y el proyecto Inteligencia artificial indaga sobre los límites de la libertad personal y cómo se puede ver comprometida, y de cómo la tecnología moldea y condiciona nuestras vidas.

Mezcla de pequeños y grandes formatos, receta de éxito

Con todo ello, el centro barcelonés pretende mantener encendida la llama del pensamiento crítico y la reflexión, y es por eso que sigue ofreciendo propuestas de formato más reducido dentro de la programación de los proyectos de mediación, como Cultura devenir, con la participación de 15 jóvenes creadores europeos; Escuela en residencia, para conectar el mundo de la educación y el arte; Conferencias para adolescentes, para promover el pensamiento crítico entre los más jóvenes; y Sinfonías de ciudad.

En la rueda de prensa de presentación del nuevo programa también se ha hecho balance del actual curso del CCCB, durante el que han pasado 330.000 personas, una cifra que supone un 24% más que el pasado año, pero queda lejos lun récord histórico registrado en 2019, 500.000 personas, pero que la directora, Judit Carrera, sabe que no se podrán repetir en breve. "Hemos cambiado el modelo de trabajar y dejamos de acoger algunos formatos de públicos masivos", ha explicado Carrera, que ha recalcado el rejuvenecimiento de los espectadores y de los representantes de los programas.

Durante este año, exposiciones como Máscaras y Cerebros, esta última con casi 90.000 visitantes, la Bienal del Pensamiento o el World Press Photo, han hecho del CCCB "un centro lleno, vivo y vibrante, y muy conectado con el Raval y el país", según la directora.

Finalmente, el próximo año el CCCB tendrá un presupuesto de 13,6 millones, un 15,7% superior respecto a este año.

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