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"¿Quién ganó? Ni idea"

Una encuestra realizada el día en el que finalizó la Vuelta desvela el poco interés por la carrera

GONZALO CABEZA / MADRID

Denis Menchov, ignoto. Samuel Sánchez, desconocido. De Carlos Sastre sólo una vaga idea. Los deportistas profesionales se distinguen por ser afamados, gente que firma autógrafos por la calle y goza del reconocimiento de la afición.

En el ciclismo antes era así. Perico saludaba a la multitud que le acechaba, Indurain era reverenciado por sus miles de fans. Pero todo eso terminó, el grado de conocimiento del ciclismo y de sus protagonistas ha descendido al mismo ritmo que ha caído su popularidad. En los últimos años ha pasado de ser una de las disciplinas más seguidas por la gente, objeto de conversación en los bares al día siguiente de la carrera, a un deporte en el anonimato, sin ningún tipo de eco entre el público.

El mismo día en el que finalizó la Vuelta en Madrid, el público estaba desenganchado de la competición. A la pregunta de quién era el ganador de la Vuelta sólo se veían caras de sorpresa y comentarios despectivos sobre el deporte de la bicicleta. Nadie sabe quien había ganado, nadie recuerda algún momento álgido de la carrera ni se sabe señalar un momento que haya marcado el devenir de la Vuelta. Todo ha quedado en la sombra durante esta edición.

Contaminado por el dopaje

En la afición de nuestro país prevalece una idea: es un deporte manchado, ligado íntimamente con el dopaje y en el que la épica ha sido sustituida por el escándalo.
Entre los preguntados en una encuesta echa por la calle sobre Denis Menchov nadie parecía tener idea de quien era. Lo máximo a lo que llegó algún viandante fue a relacionarle con el dopaje, aunque en su carrera no haya tenido nunca escarceos con esos temas.

El único que obtuvo un pequeño grado de conocimiento fue Carlos Sastre. El corredor abulense, que ha sido segundo este año en la Vuelta, ha tenido alguna tarde de brillo en el Tour de Francia, y la Grande Boucle sigue siendo algo más que una carrera por etapas. Es, aún, la carrera de las contrareloj de Indurain y los latigazos de Perico Delgado en los Pirineos, más que la de los triunfos de Pereiro y Contador.

Desplome de las audiencias

La Vuelta ya no interesa, es imposible tenerla como una referencia deportiva ante otros deportes como el fútbol, baloncesto o la Fórmula 1. El ciclismo se desploma y la mejor muestra de ello son las audiencias televisivas. Este año han vuelto a bajar un 30% y no se puede decir que viniesen de su máximo histórico.

El ciclismo necesita algo para salir del hoyo. A nadie le preocupa lo que sucede en la carretera y las únicas noticias que calan entre los aficionados son las que están relacionadas con el dopaje. D

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