Tres agresiones en un minuto

Sergio Ramos eligió la peor forma de transmitir al mundo la impotencia madridista. El partido estaba muerto, el marcador reflejaba ya un sonrojante 5-0 y al andaluz se le nubló el raciocinio. Vio a Messi en plena carrera hacia Casillas, se le pasó por la cabeza la idea de un sexto gol en contra y arrancó. Galopó hacia el argentino, se colocó a su altura, por la izquierda, y lanzó una patada alevosa con la zurda que segó la pierna izquierda de La Pulga.

Fuera de sí, Ramos fue recibiendo con contundencia a cuanto azulgrana acudió a recriminarle la acción. Dio lo mismo que fueran conocidos, compañeros de la selección. Puyol recibió un manotazo justo cuando Iturralde le mostraba la tarjeta roja. Y en su recorrido hacia los vestuarios, fue Xavi el que se llevó el golpe. Sólo Piqué, que también se le encaró, se libró de la bofetada.

Ramos vio su décima expulsión liguera como jugador del Madrid. No será la única baja para el encuentro ante el Valencia. Carvalho vio una amarilla por interceptar un balón con la mano y deberá cumplir ciclo. Una expulsión y 11 amarillas (cinco azulgranas y seis blancas) fue el balance final de un partido muy caliente.