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Maduro propone a su embajador en Cuba como nuevo jefe de la OPEP

Venezuela advierte de una posible recaída del precio del crudo en invierno. Los países productores se reúnen en Viena para examinar su política de producción, aunque no se espera que puedan ponerse de acuerdo

Una imagen de 2008 de Nicolás Maduro, entonces ministro de Exteriores venezolano, con Ali Rodriguez, en ese momento ministro de Finanzas, en una reunión de ministros y gobernadores de bancos centrales de América Latina en Brasilia. AFP PHOTO / Joedson ALVES

AGENCIAS

VIENA.-  Venezuela presentará la candidatura de Alí Rodríguez como nuevo secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en sustitución del libio Abdalá El-Badri, cuyo mandato expira en julio próximo. "Nosotros tenemos la propuesta de Alí Rodríguez Araque", indicó este miércoles el ministro venezolano de Petróleo y Minería, Eulogio del Pino, al llegar a Viena para participar en la 169 conferencia ministerial de la OPEP que se celebra mañana en esta ciudad.

Del Pino recordó que Rodríguez Araque, nacido en 1937 y actual embajador de su país en Cuba, fue ya secretario general de la organización petrolera en 2001/2002. El candidato venezolano fue canciller (2004-2006), ministro de Economía y Finanzas (2008-2010), ministro de Energía Eléctrica (2010-2012) y secretario general de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur, 2012-2014).

El venezolano Alí Rodríguez ya estuvo al frente del cártel de los productores de petróleo entre los años 2001 y 2002 y fue ministro con Chávez

Al más alto cargo de la OPEP se han postulado también el nigeriano Mohammed Barkindo y el indonesio Sudirman Said.

Del Pino, además, advirtió hoy en Viena del riesgo de que el precio del crudo vuelva a desplomarse el próximo invierno boreal debido al aspecto circunstancial del actual repunte. "La producción se ha mantenido en los últimos tres meses y de facto tenemos una situación de congelación (de la producción)", dijo el ministro venezolano.

El jefe de la delegación venezolana aludió así al repunte del precio del barril de petróleo, que la semana pasada alcanzó los 50 dólares, casi el doble que a finales de enero, cuando se había desplomado a mínimos en más de doce años. El mandatario latinoamericano rechazó que el repunte suponga un éxito en la controvertida estrategia saudí de aguantar precios bajos, e incluso provocarlos con una mayor producción, con el fin de quitar rentabilidad y eliminar así la oferta rival más cara.

Desde noviembre de 2014, Riad ha impuesto en el seno de la OPEP esa política, contraria a la postura de Venezuela y otros socios como Irán y Argelia, que pedían reducir el bombeo conjunto para apuntalar el valor del crudo.

Del Pino aludió a la reunión que celebraron los principales exportadores de petróleo en Doha el pasado abril, al recordar que en ella 18 países estuvieron "muy cerca" de acordar una congelación del nivel de la oferta mundial del crudo. A pesar de que ese intento fracasó finalmente, en el mercado se produjeron una serie de "circunstancias" que se tradujeron en que "más de 3 millones de barriles diarios (mbd, de crudo) están fuera del mercado", según dijo el ministro venezolano.

Del Pino se refirió a los cortes de producción causados por los incendios en Canadá, huelgas en Kuwait o sabotajes en Nigeria. "¿Qué va a pasar cuándo esas circunstancias salgan del mercado?", se preguntó.

Si bien se esperan "al menos 2 millones de barriles diarios más de demanda en el próximo trimestre", algo que contribuiría a mantener o incluso fortalecer las cotizaciones, la situación que preocupa a Venezuela se daría en el último trimestre. "Nosotros estamos realmente preocupados de si seremos capaces de recuperar el precio para el próximo invierno", advirtió Del Pino.

En su reunión anterior de diciembre de 2015, la OPEP no logró establecer una política de producción que incluyera un techo de producción oficial, lo que permitió en la práctica que sus 13 miembros bombearan a voluntad en un mercado ya saturado. Como resultado, los precios se desplomaron a 27 dólares por barril en enero, su nivel más bajo en más de una década, pero desde entonces han rebotado en torno a 50 dólares debido a unos recortes en el suministro global.

Por su parte, Irán dijo el miércoles que no se comprometerá a una acción sobre el bombeo de crudo con otros miembros de la OPEP, pese a estar cerca de los niveles de producción y exportación que tenía antes de la imposición de unas sanciones internacionales. Teherán ha sido el principal obstáculo para que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alcance un acuerdo sobre su política de bombeo en el último año, luego de que el país aumentó su oferta a pesar de los llamados de otros miembros para congelar la producción.

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