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Mamparas desconfinamiento Los fabricantes de mamparas salen de la crisis gracias a la pandemia y al desconfinamiento

La producción de estas barreras físicas para contener el contagio del coronavirus ha crecido exponencialmente. Muchas fábricas reconvierten su maquinaria para distribuir estos productos que apenas tenían uso antes de la emergencia.

Un hombre trabaja en una oficina con una mampara. OFICINAS MONTIEL
Un hombre trabaja en una oficina con una mampara. OFICINAS MONTIEL

Un nuevo sector ha resurgido con la emergencia del coronavirus. Mamparas de distintos materiales formarán parte del día a día en cientos de establecimientos, cuya consecuencia más inmediata ha sido que se agoten las existencias de materia prima y su precio se eleve hasta un 20% cada semana que pasa. Los dueños de las fábricas, que incluso han reconvertido su maquinaria para producir este tipo de separaciones físicas, aseguran que nadie podría haber imaginado hace tres meses tal volumen de ventas y, ni mucho menos, el uso que se les iba a dar en el futuro más inmediato.

Tres oleadas de pedidos han terminado con casi todas las existencias de metacrilato, el material más utilizado en estos casos. Tal y como comenta Sergio García, dueño de Xprinta, las primeras tiendas en realizar los pedidos fueron farmacias y estancos, dada la posibilidad de apertura de los mismos durante todo el estado de alarma. Un estadio posterior fue protagonizado por aquellas empresas que querían seguir ofreciendo sus servicios y para ello los trabajadores estaban obligados a desempeñar sus funciones de forma presencial. De esta forma, centros oficiales y oficinas tomaron la delantera, pero no solo en cuanto a mamparas sino también en todo lo que se refiere a cartelería explicativa, tal y como pedían los jefes de recursos humanos de las diferentes entidades. Por último, los comercios que van a poder abrir a partir de la consecución de las diferentes fases de la desescalada, tales como peluquerías y librerías, son los que se afanan en hacerse con estas barreras físicas.

Se ha pasado de vender la típica mampara de mostrador a aquella orientada a la separación entre trabajadores, como si fuesen cubículos, para volver a la de mostrador de nuevo. Un recorrido que parecía impensable hace tres meses: "Este producto apenas existía y, viendo que su demanda iba a subir de forma exponencial, desde Xprinta decidimos reconvertir toda nuestra maquinaria para hacer rótulos de cara a empezar con la fabricación de mamparas", agrega el dueño de la empresa. García estima que en una semana pueden llegar a enviar unas 350 mamparas, un volumen de producción que ha hecho que la distribución de la materia prima también caiga dada la imprevisibilidad de la situación. "Algunos están trayendo metacrilato de China, así que habría que tener especial cuidado en cuanto a la calidad del material si no tiene el sello de la CE", advierte antes de añadir que otros comerciantes empiezan a potenciar la manufactura del cristal.

Colapso en el mercado de materia prima

El vidrio es el único material homologado para su uso en centros sanitarios y hospitales dada las características que lo componen. Por ello, el director ejecutivo de Oficinas Montiel no descarta producirlo en el corto plazo. Su caso es algo particular, ya que se dedican a la rehabilitación de mobiliario de oficina: "Nuestro modelo de negocio es el primer indicador de crisis: si no generamos ventas y muchas empresas nos ofrecen mucho mobiliario sobrante para reacondicionar, malo", explica Francisco Montiel.

Tras haber planteado una estrategia para pivotar en las ventas, observaron una oportunidad en torno a la producción de mamparas, así que cerraron sus canales habituales de venta y apostaron por el comercio electrónico, en donde potenciaron los sistemas de protección. Montiel admite que el mercado colapsó con tanto pedido de metacrilato, un hecho que no influyó demasiado en su funcionamiento debido a que poseen una empresa que tan solo produce para ellos. Por otro lado, Oficinas Montiel realizó una lectura de la realidad que se avecinaba y priorizó en su web todos aquellos elementos que a partir del confinamiento se harían más necesarios, como mesas o sillas para que la gente pudiera teletrabajar de la forma más cómoda posible.

Todos los fabricantes consultados coinciden en la fugaz subida de precios, un encarecimiento que ha llegado a rondar el 20% a la semana. "Aunque lo hemos notado en la compra del bruto, en la venta al particular lo hemos subido mínimamente", explica Montiel. Desde su punto de vista, "no se trata de ganar más, sino un medio necesario para que la gente se pueda incorporar cuanto antes a su puesto de trabajo". "Antes, estas mamparas se utilizaban para trabajadores en cadena: tan solo se colocaba una plancha con capacidad fónica entre los operarios, casi más como elemento decorativo", rememora el gerente de Oficinas Montiel.

La demanda supera a la oferta

Salvador Durá gestiona Metalcris Sistem, una empresa que ha pasado por diferentes fases hasta llegar a no poder producir la demanda de mamparas que en estos momentos tienen pendiente. Tal y como asegura el propio Durá, la mayor parte de su producción estaba destinada a la elaboración de expositores para tiendas, atriles y urnas para acuarios. Todos estos pedidos, que se encontraban a medio hacer, se paralizaron: "Nos asustamos mucho porque de golpe y porrazo nos anularon todo lo que estaba en marcha y nos quedamos a la espera", explica el gerente.

Tras sopesar que tenían el material y la maquinaria necesaria se pusieron manos a la obra, una idea que tan solo les permitió trabajar al máximo rendimiento la primera quincena: "Aunque no hemos llegado a hacer ningún ERTE, tampoco podemos dar más trabajo aun sabiendo que si hubiera materia prima lo podríamos ofrecer", asegura Durá. Pese a que la mitad de su jornada laboral la dedica a buscar distribuidores que ofrezcan material disponible, las entregas de las reservas que le están llegando a principios de mayo tiene que planearlas para agosto y septiembre, precisamente por ese colapso en el mercado.

"Es lamentable. Pudiendo estar haciendo mamparas, dando más trabajo y que los comercios puedan abrir, les tengo que decir que no; y si a los negocios les obligan a abrir con todas las medidas de seguridad que han anunciado, muchos de ellos no podrán hacerlo el día 11 por la falta de pantallas", asegura el gerente de Metalcris Sistem. A la par que Montiel, Durá asegura que apenas han incrementado el precio de venta al público, pero sí incide en que ellos compran el material hasta un 50% más caro que a primeros de marzo.

Las mamparas salvan el cierre de la fábrica

Su particularidad radica en que, aunque han gastado todo el material que tenían en el almacén, siguen recibiendo algunos pedidos que habían realizado cuando los precios aún eran bajos: "Los materiales que nos entren a partir de últimos de mayo, con unos precios mucho más elevados, hará que los tengamos que ajustar también de cara al público", prevé Durá. Cuestionado sobre para qué se utilizaban estas mamparas antes del coronavirus, el gerente explica que "estaban orientadas a ser protecciones del trabajador ante cualquier maquinaria, evitando que impactaran en él las astillas o piezas que pudieran saltar". "En ningún caso nadie me había propuesto estos productos para evitar el contagio de un virus, era algo inimaginable", sentencia.

Desde Metalcris Sistem están produciendo en torno a 140 mamparas diarias. Las más solicitadas, orientadas a los mostradores de los comercios, se sitúan entre los 55 y 65 euros: "Aunque las máquinas podían estar funcionando todo el día rotando los turnos, no podemos contratar más gente porque va a tardar mucho en llegarnos la materia prima", recuerda el propio Durá, que, al mismo tiempo, acepta que sin este nuevo nicho de mercado tendrían que haber cerrado su fábrica ya que la práctica totalidad de los pedidos restantes siguen parados.

En este sentido, una de las empresas que ya ha incluido estas mamparas en sus oficinas es Autodistribución Iveco. Jordi Garrido, el jefe de mantenimiento de la entidad, asegura haber realizado un desembolso de entre 7.000 y 8.000 euros en unas 25 mamparas que han repartido entre las diferentes sucursales que tiene la compañía. "Hemos adoptado la medida con un resultado bastante satisfactorio, pues la plantilla ha perdido ese temor que sí estaba al principio de venir a trabajar; les ha tranquilizado", asegura Garrido. Asegura que han tenido que ir adaptando su forma de trabajar a las normativas que constantemente están siendo actualizadas y, en su caso, no han encontrado dificultad a la hora de recibir el pedido: "A los dos días de hacerlo ya lo teníamos en la fábrica", concluye.

Incertidumbre en los bares y restaurantes

Grandes empresas y cadenas de ropa ya han decidido implantar esta medida de seguridad en talleres y tiendas, algo que no ocurre con la hostelería. Los dueños de restaurantes y bares están pendientes de cómo se desarrolla la desescalada para tomar la iniciativa, pues en muchos casos ya están pidiendo diferentes presupuestos. Desde Hostelería de España, patronal del sector que asegura representar a las más de 300.000 empresas del sector, inciden en la importancia de no apresurarse a la hora de adquirir estos productos. Por lo pronto, en la fase 0 de la desescalada, únicamente son necesarias las mamparas en aquellos establecimientos en los que durante la entrega de la comida preparada no se pueda respetar la distancia mínima de seguridad.

Asimismo, después, las terrazas de los bares serían las principales afectadas. En el supuesto de no querer perder mesas disponibles por la obligatoriedad de espaciarlas, estos establecimientos sí estarían obligados a instalar mamparas de separación entre las mesas. Entre las principales propuestas se encuentra una para que el coste de estas barreras sea pagado tanto por los propietarios de los locales como por los distribuidores de bebidas, como ya ocurre en cuanto a mobiliario como mesas o sombrillas.

Pocos son los restaurantes que por el momento están pensando en su apertura al público, más allá de la comida preparada para recoger. Uno de los que sí abrirá en cuanto esté permitido es Las Moreras, unos grandes salones con una espaciosa terraza ubicados en la A-2, a la altura de San Fernando de Henares. Luis Sánchez, dueño de este establecimiento, señala a Público que actualmente su principal trabajo se basa en la preparación para la reapertura del negocio: "Estamos haciendo acopio de material sanitario y las inversiones necesarias, según dictaminan las órdenes ministeriales".

Modificación de las ordenanzas que regulan las terrazas

De esta forma, acondicionan su negocio para poner a disposición de la clientela dispensadores de desinfectante de manos, pero también cualquier material que pueda ser desechable, como manteles y servilletas de papel, o sobres monodosis de aceite y vinagre. Pese a haber solicitado un crédito ICO a finales de marzo, aún no le ha llegado, por lo que se trata de un desembolso extra que intenta paliar, en cierta medida, con las ofertas a la baja que ha recibido de su compañía eléctrica, de luz y de agua, además de que el precio de los alimentos estrella del restaurante, cordero y cochinillo, también se han visto reducidos.

José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, ve complicado que las separaciones físicas puedan ser utilizadas en las terrazas, ya que todo el mobiliario exterior debe encontrarse bien sujeto para que no se vuele con el viento. "Vamos a pelear la distancia de seguridad porque no entendemos por qué se ha pasado de un metro a dos; pero, si al final es de dos metros, habrá gente que venda miles de mamparas", añade el líder de la patronal.

Yzuel prefiere apostar por el respeto a la distancia de seguridad antes de reducir su aforo, por lo que pedirán a los diferentes ayuntamientos una modificación extraordinaria de sus ordenanzas, como ya están trabajando en Madrid y Zaragoza, a lo que se suman medidas para ayudar al sector, como la eliminación de las tasas por ocupación de vía pública, tal y como ya se ha efectuado en València.

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