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Presupuestos 2022 Así se financiará el mayor gasto social de la historia: récord de recaudación fiscal por la recuperación post-covid y deuda a la baja

Las cuentas públicas contemplan que la actividad económica crezca un 7% el año que viene, el empleo aumente un 2,7% y el consumo se dispare un 6,9%, lo que generaría unos históricos ingresos tributarios de más de 230.000 millones de euros mientras los intereses de la deuda caen a niveles inferiores a los de la anterior crisis.

Las previsiones del Gobierno apuntan a unos registros de récord en los tres grandes impuestos, IRPF, IVA y Sociedades, y en los especiales.
Las previsiones del Gobierno apuntan a unos registros de récord en los tres grandes impuestos, IRPF, IVA y Sociedades, y en los especiales. EFE

El Gobierno prevé que la economía española encadene dos años, este y el próximo, con las mayores tasas de crecimiento desde 1975 y que esa mejora de la actividad genere, junto con la recuperación del empleo y la animación del consumo, dos ejercicios consecutivos en los que la Agencia Tributaria supere sus marcas de recaudación hasta rebasar los 230.000 millones de euros en 2022.

Un volumen de recursos cuyo destino sería, con el refuerzo de 27.633 millones de fondos europeos, financiar el despliegue del proyecto de Presupuestos Generales del Estado aprobado en el Consejo de Ministros extraordinario de este jueves, que contempla los mayores paquetes de gasto social y de inversión pública de la historia del país.

Las previsiones del ejecutivo, presentadas este jueves por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y por la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, contemplan que el PIB (Producto Interior Bruto), el indicador que mide la actividad económica del país, crezca el año que viene un 7% tras hacerlo un 6,5% en este, unas magnitudes que en el último medio siglo solo se habían dado en 1972 y 1973.

Eso supondría que en solo dos ejercicios, y pese al recorte de expectativas que supuso el dato del primer semestre publicado hace unos días por el INE (Instituto Nacional de Estadística), la actividad de los tejidos productivo y comercial habría recuperado en términos cuantitativos los niveles previos a la pandemia y al histórico pinchazo, el mayor desde la Guerra Civil, provocado por esta y por las restricciones decretadas para afrontarla.

Eso, siempre según las previsiones del Gobierno, tendría el año que viene tres efectos básicos: un crecimiento del empleo del 2,7%, que llegaría tras otro del 4% en 2020; una reducción de la tasa de paro de algo más de un punto para caer al 14,1%, la menor desde 2008 e igual que la de 2019 según los datos del INE, y un aumento del consumo del 6,9%.

De la actividad y el empleo dependen los dos grandes impuestos directos, el IRPF y el de Sociedades, mientras que del consumo cuelgan los indirectos, el IVA y los especiales, cuyos crecimientos harían, según los pronósticos del ejecutivo, que los dos últimos y el de la renta arrojaran récords de recaudación tributaria mientras el de los beneficios empresariales se queda a apenas un punto y medio de superar la marca de 2018.

Eso se traduciría en un récord de recaudación de 232.352 millones de euros tras un incremento del 8,1% que batiría el registro histórico de 214.995 que anticipan las previsiones del Ministerio de Hacienda para este ejercicio.

Los factores que “pueden restar fuelle a la recuperación”

"Las previsiones de crecimiento son un poco elevadas. El cuadro macroeconómico no se ha revisado tras la rebaja del INE", señala Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, que considera "factible el cálculo para el IRPF y quizás para el IVA" aunque no tanto para Sociedades.

En este sentido, llama la atención sobre el aumento de costes que están suponiendo para las empresas aspectos como el encarecimiento de la energía y las interrupciones de las cadenas de suministro de componentes industriales, dos factores que "quitan fuelle a la recuperación" y "afectarán a los beneficios empresariales", algo que tiraría a la baja de los ingresos vinculados a ese último tributo.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (i), y la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros extraordinario, en el que se ha aprobado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (i), y la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros extraordinario, en el que se ha aprobado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022, en el complejo del Palacio de La Moncloa. Zipi / EFE

"Hay un crecimiento claro de la economía, aunque quizás está un poco sobreestimado" en los Presupuestos, advierte. Eso también podría afectar a las previsiones de ingresos a través del IVA, que "también estaría sobreestimado si no se alcanza ese nivel de crecimiento".

Esos pronósticos de recaudación dependen de la evolución de la actividad económica prácticamente en su totalidad, ya que la única reforma fiscal reseñable es el establecimiento de un tipo mínimo del 15% precisamente en el impuesto de Sociedades, cuya aportación no pasaría de 400 millones de euros cuando el aumento conjunto de los ingresos tributarios alcanzaría 17.357, de los que 2.588 procederían de ese tributo.

Por el contrario, el responsable de Coyuntura de Funcas considera "bastante realista" el bloque de gastos de los Presupuestos, en el que la previsión de reducción de partidas asociadas a la pandemia, como los de los ERTE, permite aplicar políticas de apoyo a la juventud. No obstante, anota, "al margen de los fondos europeos no hay mucho crecimiento".

La factura de los intereses de la deuda vuelve a niveles de Rajoy

Junto con la recaudación y los fondos europeos, la tercera pata clave de la disponibilidad de recursos se encuentra en la gestión de la deuda pública, que los Presupuestos sitúan en un escenario de clara mejoría.

Así, el apartado de los pasivos financieros, que registra la emisión de deuda pública, prevé una bajada de los 94.381 millones de este año a 68.089 (-27,9%) el próximo, lo que supone una evidente ralentización del crecente endeudamiento de la Administración central que, junto con el avance del PIB, recortaría la relación entre esas dos magnitudes del 119,5% previsto para el cierre de este año (hoy ronda el 123%) a un 115,1% para el próximo.

Paralelamente, la factura de los intereses que el Gobierno central paga por esa deuda se reduciría un 4,7% para caer de los 31.675 millones de euros de este año a 31.175 el próximo, algo que, según los datos de la Intervención General y del Banco de España), supone regresar a niveles de la anterior crisis, por debajo de los del periodo 2014-2017 .

Torres pone en cuarentena este último pronóstico, ya que "el mercado está anticipando un repunte de los intereses" con los que se colocan esos bonos y letras del Tesoro. Cada punto de aumento, algo que depende del mantenimiento de las políticas monetarias de estímulo del Banco Central Europeo (BCE), dispararía en 14.000 millones de euros la factura española.

De los eventuales descuadre o acierto de todas esas previsiones macroeconómicas y tributarias dependerá que se cumplan las referentes al déficit, que el Ministerio de Hacienda sitúa en el -5% para 2022, tras un -11% y un -8,4% en los dos ejercicios anteriores y antes de un -4% y un -3,2% en los dos siguientes. "La reducción del déficit depende de la recaudación", señala Torres, que anota que "el déficit será mayor si los ingresos no alcanzan el crecimiento previsto o los gastos son superiores al suyo".

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