Este artículo se publicó hace 2 años.
¿Qué ventajas ofrece para familias y empresas topar el precio mayorista de la electricidad en 180 euros el megawatio?
La propuesta de la vicepresidenta Teresa Ribera supone situar el máximo en un nivel del que las cotizaciones medias apenas han bajado desde finales de septiembre en España, donde más del 60% de los contratos domésticos están en el mercado libre mientras un tercio de los consumidores, los más vulnerables, pagan precios hasta un 70% superiores a los de las subastas y las comercializadoras independientes sufren el lastre de vender una energía que no generan.
Zaragoza-Actualizado a
La ministra de Transición Ecológica y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, desveló este jueves una de las fórmulas que maneja el ejecutivo para frenar la escalada de los precios de la luz: topar en 180 euros por megawatio.hora (Mwh) el precio que puede alcanzar esa energía en las subastas horarias del mercado mayorista, en las que ha llegado a alcanzar los 472 euros, concretamente el 9 de marzo, cuando las cotizaciones alcanzaron un pico de 605 euros a las siete de la tarde tras un valle de 356 a la una del mediodía.
"Vamos a proponer topar el precio de la luz a 180 euros el megavatio", dijo en una entrevista en el programa Más de uno de Onda Cero, en el que calificó de "absolutamente anormal" y de "intolerable" la escalada de precios en el mercado mayorista, , algo que "no deben soportar ni la industria ni los hogares".
"Es poco discutible que debe ser el tope máximo que debemos aceptar en nuestro mercado", añadió en referencia a ese listón de os 180 euros que España y Portugal van a defender en el Consejo de Ministros de Energía de la UE que se reúne el miércoles, sobre el que, enfrió las expectativas ("se va demasiado lento") y deslizó que el Gobierno español está decidido a actuar por su cuenta: "En el supuesto de que Europa no esté a la altura en el tipo de medidas que se adopten, nos obligará a tomar decisiones para proteger el interés nacional; la sociedad española no puede esperar", dijo
¿A quién beneficia una medida como la anunciada por Ribera?
Básicamente, a las compañías comercializadoras que compran la electricidad en el mercado mayorista y a sus clientes, sean hogares o empresas, además de a los usuarios del mercado regulado, entre los que se encuentran los más vulnerables y los que disponen del bono social, ya que sus tarifas se calculan a partir del precio mayorista.
El eventual tope de los precios no afecta directamente, como tampoco lo hace la escalada de los últimos meses, a quienes disponen de contratos de suministro en el mercado libre, ya que sus precios se acuerdan con las compañías para periodos largos, de un año como mínimo por lo general.
Otra cosa es que la subida pueda afectar a estos últimos con un encarecimiento cuando se renuevan esos contratos, caso de que se renegocien los precios, o de que el topaje, si se materializa, pueda limitar esas subidas.
¿Cuántos consumidores y empresas hay en el mercado regulado y en el libre?
El mercado libre, en el que operan tanto las comercializadoras independientes como las grandes compañías del oligopolio, supone casi dos tercios del total, mientras que el regulado, en el que solo operan las llamadas "comercializadoras de referencia", apenas pasa de un tercio: según el último Informe de Supervisión de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), al cierre de 2020 había 18.789.407 puntos de suministro (63,3%) en el primero y 10.904.676 (36,7%) en el segundo.
En esa fecha, Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP "suministraban el 77,7% del total de los puntos de suministro del mercado libre", en el que han perdido 8,3 puntos en tres años, mientras que el resto de compañías, entre las que se incluyen gigantes como Repsol, alcanzan cuotas del 42,4% entre las pymes y del 36,1% en la industria, y solo un 21,3% en los hogares.
En el mercado regulado, en el que predominan los hogares, únicamente operan seis grupos: Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP, Repsol y CHC, según los datos del comparador de tarifas Selectra.
El 99,2% de las industrias (111.949) y el 98,7% de las pymes (783.985) tienen contratado su suministro de electricidad en el mercado libre.
¿Qué diferencias hay entre unos consumidores y otros?
Los del mercado libre, ya sean familias o empresas, reciben el suministro de acuerdo con las condiciones pactadas en sus contratos, que no pueden ser alteradas sin su consentimiento mientras estos se encuentran vigentes, mientras que los del regulado, que tradicionalmente y hasta la actual escalada de precios había sido el menos rentable para las compañías y el más favorable para los consumidores, están al albur del precio mayorista, al que se le añaden el resto de componentes del recibo: potencia, peajes y cargos.
Eso hace que, por ejemplo, este jueves la tarifa PVPC (Precio de Venta al Pequeño Consumidor) alcanzara a las nueve de la noche los 464 euros por Mwh cuando en el mercado mayorista cotizaba a 296, según datos de Red Eléctrica, lo que supone un encarecimiento del 56,7%. La brecha alcanzaba el 73% a la una del mediodía; 346 por 200.
¿Y entre el negocio de las compañías del oligopolio y el resto?
La diferencia fundamental es que las primeras generan elevados volúmenes de energía al disponer de centrales nucleares, hidroeléctricas, térmicas (carbón) y de ciclo combinado (gas) así como de grupos de cogeneración y de parques de renovables que les permiten atender buena parte de su demanda a precios de coste, dos tercios en el caso de Iberdrola y algo más de la mitad en el de Endesa.
Las comercializadoras que no disponen de centrales eléctricas ni de parques eólicos y solares solo disponen de dos vías para conseguir la energía que deben suministrar a sus clientes y/o partícipes: contratar suministros con las compañías que sí la producen, en las condiciones que acuerden, o acudir al llamado mercado mayorista, un pool al que estas últimas aportan el sobrante de su producción (también compran cuando no cubren su demanda por sí solas) y al que también llega energía de países como Francia y Marruecos, en el primer caso con un fuerte componente nuclear y en el segundo con otro de carbón.
¿Y eso qué supone en la práctica?
Esa dependencia está provocando situaciones de asfixia financiera en muchas de las pequeñas comercializadoras que hace unos años comenzaron a operar en el mercado eléctrico español, ya que se ven obligadas a comprar la energía a los disparatados precios que lleva casi un año alcanzando en el pool mayorista para venderla a los precios que tienen cerrados con sus clientes, y también está provocando algún descuadre, aunque no de tanta intensidad, en las grandes empresas.
Para los consumidores supone quedar expuestos a subidas de precios en cuanto las compañías, tanto unas como otras, tienen oportunidad de elevarlos; principalmente a través de la renovación de los contratos o de campañas de ofertas.
¿180 euros el megawatio es mucho o poco?
Como todas las comparaciones, depende de cuál sea el punto de referencia. Lo cierto es que, de acuerdo con los datos de OMIE, el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad, el precio medio del Mwh en el mercado mayorista solo ha bajado de los 180 euros en 38 ocasiones en los últimos seis meses.
No obstante, los precios máximos han superado esa barrera de los 180 euros en la mayoría de esas 38 jornadas, con la excepción de momentos puntuales en fines de semana y en puentes en los que la demanda de energía cae en picado. El precio medio cruzó la barrera de los 180 por vez primera el pasado 28 de septiembre, lo que sitúa una docena de esas 38 jornadas en la segunda quincena de ese mes.
En cualquier caso, Ribera no aclaró si el topaje se refiere al precio medio o al máximo en el mercado mayorista.
¿Cuánto cuesta producir electricidad?
Se trata de uno de los secretos mejor guardados del país, incluso del planeta, aunque hay algunos datos que aportan pistas: la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) obtiene el kilowatio con un coste de un céntimo en las centrales cuya propiedad ha revertido al Estado, lo que sitúa el coste del megawatio en diez euros por tratarse de instalaciones amortizadas tras más de medio siglo, 75 años en alguno de los casos, de explotación, y empresas como Repsol y Naturgy ganaron varias adjudicaciones en la última subasta de renovables con pujas de 27,90 y 29,75 euros con las que esperan ganar dinero. El portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique (?t=AdOOUGMxJ7uC5G1YpRdv1w&s=19 ), recordaba este jueves que sale por unos 40 euros el de las nucleares.
Las pujas de Repsol y Naturgy en la subasta de renovables, que se cerró con una media de 30 euros por megawatio, da idea de las consecuencias que puede tener el despliegue de esas tecnologías para los consumidores, ya que el precio se sitúa seis veces por debajo del límite que el Gobierno considera inaceptable.
¿De dónde sale la diferencia entre esos costes y el precio mayorista?
Del sistema de subasta marginalista con el que se fija esa tasación en España, en la que las compañías compran toda la energía que se vende cada hora al precio de la más cara, que suele ser la que procede de las centrales de ciclo combinado que queman gas o de los grupos de cogeneración y, también, las de la hidroeléctrica, que entre en la operación a coste de oportunidad, es decir, al más caro de las demás.
"Tenemos un sistema marginalista de fijación de precios que no está funcionando correctamente y que, pese a ello, se mantiene", explica Antonio Turiel, investigador del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) especializado en energía, que destaca que "eso es un asunto normativo que se aplica aquí".
¿Y eso ocurre porque el gas es caro?
"El gas se ha encarecido mucho, y es una tecnología que entra muy a menudo en el sistema, a veces por razones técnicas para completarlo cuando cae la aportación de las renovables, por ejemplo la solar al atardecer, no tanto por potencio como para compensar la red", señala Turiel, que anota que "lo triste es que con poco que entre el precio se dispara".
Es decir, que no se trata de la cantidad de electricidad generada con gas que entra en el sistema, sino de en qué momento entra, ya que solo tira al alza del precio en las horas en las que se inyecta.
Las compañías están restringiendo en su conjunto el uso de gas para producir electricidad, según indican los datos de Red Eléctrica: los menos de un millón de megawatios generados en cada una de las dos primeras semanas de este mes contrastan con los más de uno y medio de las semanas anteriores a la invasión de Ucrania por Rusia.
¿Cómo le afecta la crisis de precios a Endesa?
La principal compañía del país ha aumentado la producción con centrales de ciclo combinado ante la caída de la aportación de la hidroeléctrica por la sequía y de la eólica por la situación más anticiclónica, "en enero y febrero, la producción de ciclos combinados en el conjunto del sistema ha sido de 11,7 terawatios [millones de megawatios] frente a 4,2 en 2021", explican fuentes de la empresa, que anotan que el uso de carbón, que incluye la reapertura de uno de los cuatro grupos de la central de As Pontes, cuyo cierre sigue sin ordenar el Gobierno, "también ha subido, aunque con volúmenes mucho menores, de 1,3 este año frente a uno el pasado". "En el caso de Endesa, la falta de agua ha hecho también que aumente el peso de los ciclos combinados", añaden.
Las mismas fuentes situaron en el entorno de los 50 euros por megawatio el precio de venta de su producción renovable "porque ya estaba vendida de antemano a precios que se acordaron antes del estallido de la crisis. Y para 2022 ya hemos vendido el 97% de nuestra producción propia a un precio medio de referencia de 54 euros, muy lejos de lo que marca el mercado diario".
"En Endesa vendemos a clientes finales más energía de la que producimos y necesitamos comprar más de 30% en el mercado, y lo tenemos que comprar en el mercado como cualquier otro actor", apuntaron.
¿Y a Naturgy?
Por el contrario, en el caso de esta empresa, la tercera por capacidad de generación y cuota de mercado en España, "la producción de electricidad con ciclos combinados ha sido más baja en las últimas semanas porque ha habido más viento y han funcionado más los parques eólicos, que tienen prioridad de entrada en el ‘pool’ por delante de otras tecnologías como los ciclos combinados".
¿Y qué dicen los consumidores?
La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) calificó de "muy decepcionante" el anuncio de Ribera, ya que estima que mantendrá el recibo doméstico medio en el entorno de los cien euros, al tiempo que reclamó "la suspensión inmediata pero temporal de los impuestos que gravan las energías" y "actuar sobre los ‘beneficios caídos del cielo’ de las tecnologías cuya generación no depende del gas, tal y como ahora permite la Comisión Europea".
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