Ángeles Blanco es una abogada experta en derechos LGTBIQ+ que hace 13 años fue diagnosticada con una discapacidad genética y degenerativa que hace que su forma de desplazarse sea en silla de ruedas. Ángeles, como la mayoría de las personas con movilidad reducida, se ha topado con el gran problema de la accesibilidad de las viviendas. Hace dos años tuvo que vender su casa ya adaptada, en Madrid, porque en el bloque donde vivía era necesario subir cuatro tramos de escaleras para llegar al ascensor. Esta situación refleja la realidad de muchos edificios en España.  

Según el informe Ciudad y territorio justo: accesibilidad universal, publicado en enero de este año por el Observatorio 2030 del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), de las casi 26 millones de viviendas que hay en España, únicamente el 0,6% pueden considerarse universalmente accesibles. Por su parte, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España establece que el 80% de las viviendas en España no están adaptadas para personas mayores o con movilidad reducida. "Cuando me vi en silla de ruedas, no podía entrar ni salir de mi edificio. Esto era así de grave —relata Ángeles en una conversación con Público—. "Vivía encerrada, atrapada en mi propia casa".  

Aun así, la abogada pudo sobrevivir durante un tiempo a esta situación en su vivienda porque conserva cierta movilidad y, con apoyo externo, conseguía salir al portal. "Con ayuda de una tercera persona, podía bajar las escaleras, pero hay gente que directamente tiene que bajarlas a pulso", explica. 

Según el informe citado anteriormente, 1,8 millones de personas en España dependen de otras para salir de sus viviendas a la calle, mientras que unas 100.000 personas se encuentran atrapadas en sus hogares por las barreras arquitectónicas o la falta de ayuda. Además, el documento pone en relevancia que para el año 2050 el 30% de la población en España superará los 65 años, lo que incrementará significativamente el número de personas que necesitarán entornos accesibles y un diseño arquitectónico universal.  

En esta línea, el arquitecto y urbanista de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Getafe Alejandro López Parejo explica en una conversación con Público que gran parte del parque residencial España responde al desarrollismo de los años 60 y 70 y "carece de estándares de calidad y accesibilidad suficientes para la situación actual, especialmente en las periferias de las grandes y medianas ciudades".

Por la estructura y el aprovechamiento del espacio del edificio de Ángeles, era inviable una reforma para rehabilitar el tramo de escalones hasta el ascensor. “Aunque, en mi caso, la comunidad de propietarios quería adaptar las escaleras, no era posible", detalla. Ángeles explica que las dos opciones propuestas pasaban por la expropiación de un bien privativo (una plaza de garaje o uno de los locales de la comunidad) porque el edificio no contaba con el espacio suficiente para hacer una rampa ni con un lugar adecuado (y obligatorio) para guardar un elevador. "Dadas las circunstancias, no tuve más opción que vender la vivienda, con la reforma de accesibilidad interna hecha, para comprar una segunda casa", declara. 

Según el informe del CSCAE, tan solo un 12% de los edificios del parque de viviendas español ha recibido alguna ayuda para practicar mejoras en accesibilidad. Asimismo, de todas las personas que solicitan a su comunidad de propietarios alguna adaptación, se ha atendido a aproximadamente el 50%.

Cuando Ángeles realizó la compra de su nueva vivienda con un portal accesible, tuvo que asumir el gasto de la adaptación del interior del inmueble: "Es una obra muy cara, que oscila entre cuarenta y cincuenta mil euros; en mi caso fueron cuarenta y tres mil", objeta. La abogada explica que con el Plan Adapta de Madrid quizás pueda recuperar parte de la inversión: "Tú primero adelantas el dinero, luego presentas el Plan Adapta. Por el momento, me hicieron un requerimiento de alguna aportación documental y puede darse la situación en la que no recupere el dinero", asegura. Estas subvenciones las ofrece el Ayuntamiento de Madrid para fomentar la realización de actuaciones de adaptación de las viviendas en donde residen personas con discapacidad o enfermedades raras. 

En cuanto al gasto económico, el Informe del CSCAE determina que "tanto la ayuda económica como el apoyo personal a las personas con discapacidad suelen provenir principalmente del ámbito familiar, lo que indica un claro vacío en el apoyo institucional".

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EFE

Cuando Ángeles encontró el piso con el portal accesible en el que reside ahora, sintió que "la vida le había sonreído" porque pudo encontrar su hogar de manera relativamente fácil y en poco tiempo. "Luego he seguido mirando y realmente fue un golpe de suerte porque a día de hoy yo miro y remiro y digo 'Ostras, no hay viviendas accesibles'".

El informe del CSCAE concluye que "casi la totalidad de las personas que habitan las ciudades necesitarán, en algún momento de su vida, espacios accesibles para el desarrollo de su vida cotidiana". "Las barreras arquitectónicas (tanto fuera como dentro de casa) nos impiden ser", dictamina Ángeles; "Yo he tenido que renunciar a muchísimas cosas". 

Ángeles pone en relieve la importancia de que las personas con discapacidad reclamen y hagan visibles estas realidades. "Tenemos derecho de consumir como cualquier otra persona: viviendas, servicios públicos y privados en general. Y solo desde ahí la gente empezará a hacer las cosas accesibles", sentencia.

López Parejo, por su parte, destaca que la accesibilidad es un reto urgente que requiere estrategias integrales, más allá de soluciones puntuales como instalar un ascensor: "Es fundamental combinar accesibilidad, eficiencia energética y confort dentro de viviendas y edificios, para garantizar un bienestar real".