El turismo sostenible sí es posible: guía para ser responsable con las ciudades que visitas
El turismo se ha convertido en un gran problema para muchos de los destinos más comunes del planeta, por ello es necesario ser conscientes de nuestra huella.

Zaragoza-
El turismo de masas y sus consecuencias sobre la población local es una de las grandes cuestiones abiertas en España. Así lo reflejan las múltiples manifestaciones que se producen cada año en las zonas más saturadas, generalmente grandes ciudades, islas y poblaciones en la costa. Se trata de un asunto estructural y de difícil solución; si bien la llegada de visitantes constituye una de las principales industrias del país, muchas son las voces que se preguntan adónde van a parar realmente los ingresos que estos producen.
Las molestias que produce el turismo masivo y sus principales perjudicados están más identificadas: aumento del precio de la vivienda, precariedad laboral, inflación de los precios, comportamientos incívicos, congestión de las zonas turísticas, impacto negativo en el medioambiente… Precisamente, el ser la parte receptora de viajeros hace que los españoles en general estén más concienciados con la cara oscura del turismo. Lo que no es óbice para que a muchos les guste viajar al mismo tiempo. Como es de ley no hacer a otros lo que no te gusta que te hagan aquí, aquí va una guía para realizar un turismo sostenible que resulte lo menos perjudicial posible.
Alojamiento en hoteles y no en apartamentos
Los apartamentos turísticos son uno de los principales responsables de la crisis habitacional existente en muchas de las grandes ciudades y zonas turísticas de todo el mundo. El boom propiciado por la plataforma Airbnb hizo que la mayoría de los grandes tenedores viesen mucho más rentable destinar sus pisos y apartamentos para alquiler vacacional y no como residencia familiar, reduciendo así el parque de vivienda y multiplicando los precios.
Aunque Airbnb empezase como una empresa de economía colaborativa, lo cierto es que la mayoría de pisos de su catálogo pertenece a unas pocas manos que han hecho de la acumulación de propiedades su modus vivendi. Según datos de Inside Airbnb, un 39% de los pisos en España está en manos de propietarios que tienen, al menos, cinco pisos en la plataforma. La data, eso sí, se limita a las nueve provincias con más anuncios publicados.
Evidentemente, el alquiler de pisos turísticos posee varias ventajas que lo han hecho tan popular en los últimos años. Destacando, sobre todo, su precio, la posibilidad de albergar grupos o la disponibilidad de cocina. No es que las grandes cadenas hoteleras sean la panacea de la sostenibilidad tampoco, ya que poseen un amplio historial en problemas de impacto ecológico en varias zonas, sobre todo en la costa. Por lo tanto, es recomendable ser proactivo e indagar un poco quién está detrás de cada alojamiento o qué problemas ha podido causar para saber qué hacer con nuestro dinero.
Consume local
El turismo puede ser una gran fuente de ingresos, sí, pero en muchas ocasiones estos no van a parar a la población local. Actualmente los centros de las grandes ciudades en todo el mundo son una copia los unos de los otros: las mismas franquicias, los mismos servicios, los mismos productos... Un modelo que en muchas ocasiones va acompañado de trabajo estacional o precario.
Por ello a la hora de viajar a un sitio nuevo es recomendable apoyar el comercio local siempre que se pueda. Primero y más importante para que el dinero se quede en la comunidad que se visita y no vaya a manos de multinacionales. También desde un punto de vista egoísta porque, ¿qué sentido tiene cruzar el mundo para comer la misma hamburguesa barata que tienes al lado de casa?
Respeta el patrimonio y el descanso local
Las vacaciones son un tiempo de asueto y permiten ciertas licencias, lo que no implica carta blanca para comportarse fuera de los límites del civismo. El llamado turismo de borrachera, del que en España sabemos mucho, conlleva frecuentemente comportamientos antisociales, destrucción del patrimonio y, en general, es una pesadilla para los vecinos y trabajadores de la zona.
Evidentemente no estamos hablando de no poder salir de fiesta en las ciudades o pueblos que visitamos, pero hacerlo siempre desde una posición respetuosa tanto para la población local que está de marcha como los que descansan en sus casas. Nuevamente se trata de involucrarse lo máximo posible dentro del día a día del lugar que visitamos y, al mismo tiempo, ser respetuosos con sus horarios y costumbres.
Cuida la naturaleza
Son muchos los que aprovechan las vacaciones para echarse al monte y ver paisajes diferentes a los que están acostumbrados. En estos casos se deben aplicar las mismas reglas de civismo, adaptadas al monte. En todos los sitios la etiqueta es la misma: dejar la mínima huella posible, recoger la basura, no molestar a la fauna, permanecer en circuitos y rutas marcadas y, en general, actuar con cabeza cuando se está en la naturaleza.
Sal de los grandes circuitos comerciales
El atractivo de los grandes destinos turísticos es entendible, por ello han logrado establecerse como tal. Es comprensible querer experimentar en primera persona maravillas como las pirámides de Egipto, visitar los canales de Venecia, sumergirse en una película por las calles de Nueva York o empaparse de una cultura tan fascinante como la japonesa. Sin embargo, debido a la masificación de estos destinos, la experiencia en ocasiones puede ser decepcionante.
Viajar cerca implica reducir la huella de carbono de nuestro transporte, pero también, en muchas ocasiones, disfrutar de una experiencia más auténtica. Salirse de los grandes circuitos turísticos implica opciones de alojamiento u ocio menos masivas y, por lo tanto, con un impacto positivo en la comunidad local. Es verdad que, a estas alturas, las joyas escondidas apenas existen. Sin embargo, merece la pena apoyar a aquellos lugares en los que recibir turistas es una oportunidad y no un problema.

Comentarios de nuestros socias/os
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros socias y socios, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.