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Debate sobre el estado de la comunidad El presidente de Aragón: “Desde 1714, Madrid ha favorecido a Catalunya y Euskadi”

Javier Lambán reivindica el papel de la comunidad como territorio fundacional del Estado español y aboga por un federalismo “cooperativo” y “reticular” que iguale a las autonomías

El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, inicia el último debate sobre el estado de la Comunidad de la legislatura. EFE/Javier Belver

EDUARDO BAYONA

“Somos españoles porque antes fuimos aragoneses”, afirmó este martes el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán (PSOE), en el discurso con el que abrió el debate sobre el estado de la comunidad. El socialista, que reivindicó el papel del territorio como uno de los fundadores del Estado español, abogó por un federalismo “reticular” y “cooperativo” en el que todas las autonomías tengan el mismo peso y trato.

“No nos conformamos con participar en esa empresa como simple pieza del engranaje –dijo-. Queremos y podemos ser motor de la misma. No humildes peones sino codirectores. No objetos de la gobernanza de España sino sujetos de la misma”, si bien, añadió, “eso es difícilmente realizable de manera cabal sin una reforma constitucional de amplia base, que perfeccione el texto de 1978”.
Lambán, que matizó que “entre uno y otro patriotismo no existe contradicción sino virtuosa complementariedad” y que “la empresa española es la nuestra y su devenir nos importa en la medida en que es nuestro devenir”, destacó cómo “desde 1714, en contra de lo que dicen los nacionalistas, las políticas de Madrid han favorecido siempre a Catalunya y al País Vasco y han ignorado al resto del país”, aunque el Estado autonómico abrió las puertas a “la sustitución de la vieja España radial o mononuclear por una reticular o plurinuclear”.

El socialista, que definió a su ejecutivo con Cha como “aragonesista”, reivindicó las prácticas de lo que definió como “federalismo cooperativo para las que cada vez nos mostramos más habilitados”, caso de las alianzas con la Comunitat Valenciana para impulsar el corredor Cantábrico-Mediterráneo, con Castilla-La Mancha para impulsar una reforma de la PAC (Política Agraria Comunitaria) o con esta última, Asturias, Castilla y León, Galicia y La Rioja “en la consolidación de una propuesta de reforma de la financiación autonómica y de combate contra la despoblación”.

En Catalunya “no cabe esperar la solución del diálogo”

Paralelamente, acusó al “separatismo catalán” de haber hecho saltar “por los aires” el “contrato político plasmado, entre otros puntos, en la soberanía compartida a través de las autonomías”, con una tensión que “solo empezará a encontrar una salida cuando se sustituya la bilateralidad por la multilateralidad” en las relaciones de los territorios con el Estado y “cuando todas las comunidades tomen la palabra en el debate”, un momento en el que “por razones de vecindad” Aragón “deberá de asumir una especial responsabilidad”.

En opinión de Lambán, “no cabe esperar la solución del diálogo” interno entre los partidos catalanes ni entre la Generalitat y La Moncloa, “que han demostrado hasta la saciedad su incapacidad para ello, bien porque les desborda la envergadura del empeño o bien porque en esa dinámica llevan tiempo retroalimentándose en beneficio mutuo”.

El presidente aragonés, que calificó de “desafortunada” la reforma del Estatut en 2006, su posterior denuncia ante el Tribunal Constitucional y “la solución recentralizadora de algunas derechas” con la aplicación del artículo 155 de la Constitución, sostuvo que “la política de apaciguamiento” y la “progresiva dejación de funciones” de los gobiernos centrales en Catalunya “ha producido el efecto contrario al deseado”. “Es lo que intentaron Chamberlain y Daladier con Hitler, y ya sabemos cómo acabó la historia”, añadió

“Al porvenir no le convienen frentismos”

En clave interna, y con los horizontes de una compleja negociación de presupuestos y de unas elecciones de resultado incierto por la fragmentación y la volatilidad del voto, Lambán optó por no pisar callos a sus eventuales futuros aliados por la izquierda (Podemos e IU) o por la derecha (Par y C’s). Con ambos bloques ha tenido su ejecutivo acuerdos y desencuentros de calado, como ocurrió con la financiación de la escuela concertada, la reforma tributaria y la rebaja del Impuesto de Sucesiones.

“Al porvenir no le convienen frentismos, ni de derechas ni de izquierdas”, dijo, sino “gobiernos que lideren un proyecto común para Aragón”.

Lambán aseguró que “este Gobierno alcanza su tercer año de vida en un estado muy saludable”, anotó que la comunidad “no ha tenido problemas de estabilidad política”, pese a que “nunca” un ejecutivo autonómico “se ha sustentado en un apoyo parlamentario más exiguo” (PSOE y Cha suman solo 20 de los 67 diputados), y añadió que “hemos cumplido nuestros compromisos electorales” y “nuestros pactos de investidura”.

La tercera afirmación será uno de los ejes del debate mañana, con la intervención de los portavoces de los grupos, ante el atasco de alguno de los proyectos estrella, como las leyes de Renta Básica, cuya ponencia lleva meses sin reunirse ante las diferencias entre PSOE y Podemos, o de autónomos, con dos propuestas sobre la mesa cuando la cámara tiene una treintena de textos pendientes de tramitar.

A partir de ahí, el presidente aragonés desgranó una retahíla de datos sobre la gestión de su Gobierno; planteó, cuando apenas quedan seis meses para el final de la legislatura, un bloque de proyectos a varios años vista como un nuevo plan de depuración de aguas residuales, y realizó una serie de anuncios como un carnet específico para familias monoparentales, un banco de libros que reduzca a veinte euros por escolar el gasto anual de las familias, la transformación en regadío de 25.000 hectáreas de campos o una red de electrolineras e hidrogeneras para automóviles.

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