Este artículo se publicó hace 11 años.
Chipre estudia un plan B a la quita mientras negocia con Rusia un chaleco salvavidas para sus bancos
Tras el 'no' al plan del Eurogrupo y del Ejecutivo chipriota para imponer una tasa a los pequeños ahorradores a cambio del rescate, siguen los contactos con Moscú buscando una vía de escape
Los partidos chipriotras estudian a estas horas con el Banco Central de Chipre un plan B para salvar a los bancos después de que el Parlamento rechazara ayer la propuesta del Eurogrupo y el Ejecutivo conservador para imponer una tasa a los ahorradores que tengan entre 20.000 y 100.000 euros en sus cuentas corrientes.
Los contactos, que comenzaron esta mañana, se complementan con otras negociaciones a dos bandas. Por una parte el presidente Nicos Anastasiades tendrá que rendir cuentas a los representantes de la troika (Comisión Europea, Banco Central europeo y Fondo Monetario Internacional) que el pasado fin de semana pusieron como condición a un rescate bancario de 10.000 millones una retirada sin precedentes de los depósitos bancarios superiores a 100.000 euros.
Por otro, el ministro de Finanzas, Michael Sarris, continúa en Moscú negociando con Rusia el pago de la deuda que, según varias fuentes, consistiría en ampliar los plazos cinco años de un préstamo de 2.500 millones de euros a un interés reducido del 4,5%.
Ayer, en medio de un torrente de especulaciones sobre la posible dimisión de Sarris, que habría sido rechazada por el presidente Anastasiades, dijo después de un encuentro con su homólogo ruso, Anton Siluanov, que "hemos tenido un encuentro muy sincero, hemos subrayado la dificultad de la situación. No hubo ofertas, nada concreto. Estamos contentos con un buen comienzo".
Anastasiades habló el martes por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin, después de que la Asamblea de la pequeña isla mediterránea rechazara el impuesto propuesto por 36 votos en contra, ninguno a favor y 19 abstenciones, ante los aplausos de los manifestantes en el exterior del edificio.
Los chipriotas, indignados, acabaron con el efectivo de los cajeros después de que se conociera el fin de semana que se iba a tasar sus depósitos para conseguir 5.800 millones de euros a cambio por el rescate, rompiendo un tabú en la gestión europea de la tozuda crisis de la deuda. Esta situación comprometida no tiene precedentes en esta isla de 1,1 millones de habitantes, que sufrió una guerra y una división en 1974 entre una mitad turca y otra griega (que es la que está en la UE) en la que una cuarta parte de su población se vio desplazada.
El BCE había amenazado con acabar la asistencia de emergencia para los atribulados bancos chipriotas, golpeados por su exposición a la crisis financiera en la vecina Grecia.
"La pelota está sobre el tejado de Chipre", dijo el ministro holandés de Finanzas, Jerön Dijsselblöm, que preside el Eurogrupo, después de la votación parlamentaria chipriota.
El principal pagador europeo, Alemania, que afronta unas elecciones generales este año y está cada vez más frustrado por el coste de los rescates a sus socios del sur, dijo que Chipre no tiene que culpar a nadie más que a sí mismo de la situación. "Para un programa de ayuda necesitamos un modo calculable para que Chipre pueda volver a los mercados financieros. Para eso, las deudas de Chipre son demasiado elevadas", declaró el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
La Iglesia y el gas rusoAdemás de a nivel político, Anastasiades se reunió a primera hora de la mañana con el arzobispo ortodoxo Chrysostomos II, quien se solidarizó con la situación que atraviesa Chipre: "Toda la riqueza de la Iglesia está a disposición del país [...] para que podamos aguantar de pie y no dependamos de estos extranjeros", dijo. La Iglesia de Chipre es uno de los principales accionistas del tercer banco del país, Hellenic Bank.
Hay una especulación creciente de que Rusia podría intentar aprovechar la crisis, tras haber mostrado su malestar con la propuesta de impuesto europeo. Algunas noticias hablan de que el gigante petrolero y gasístico ruso Gazprom ha planteado su propio plan de asistencia a cambio de los derechos de exploración de los yacimientos de gas chipriotas.
Las autoridades rusas han negado que vayan a ofrecer más dinero. Una cuestión importante en la negociación ha sido el elevado nivel de depósitos en los bancos de la isla en manos de ciudadanos y empresas no europeos, sobre todo de Rusia, ya que Chipre se ha convertido en un importante proveedor de servicios financieros.
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