Menos Airbnb y más protección de los inquilinos: todas las medidas que se plantea la UE ante la crisis habitacional
La crisis habitacional irrumpe con más fuerza que nunca en la agenda política de las instituciones europeas.

Bruselas-
La crisis de vivienda cada vez es más grave y afecta a más zonas y grandes ciudades de la Unión Europea. A pesar de ser una competencia de las administraciones estatales y regionales, el problema es tal, que la Comisión Europea y el global del bloque comunitario quiere contribuir a aplacar la crisis habitacional en todo lo que puedan, y ya se están poniendo medidas sobre la mesa que hasta hace pocos meses parecía impensable que los líderes comunitarios y de los Estados miembros estarían dispuestos a discutir, como está previsto que lo hagan por primera vez en la historia de la UE en la cumbre europea que se celebrará el próximo jueves en Bruselas.
Una de las medidas que el comisario europeo de Vivienda, el socialdemócrata Dan Jorgensen, ha propuesto en una entrevista en el periódico The Guardian es la de incrementar la regulación a los alquileres de corta duración que se gestionan a través de grandes plataformas como Airbnb o Booking.com. "El próximo plan de vivienda [que presentará la Comisión Europea] abarcará ámbitos en los que está muy claro que la vivienda es u na competencia europea y en los que hasta ahora no hemos logrado resultados satisfactorios. Uno de esos ámbitos es el de los alquileres a corto plazo, en el que necesitamos más normas europeas”, señaló el titular de Vivienda del ejecutivo comunitario.
Jorgensen evitó dar ningún tipo de detalle de la propuesta que presentará la Comisión Europea, pero no es la única medida que se está discutiendo en las instituciones europeas en materia de vivienda. La Comisión Europea también está estudiando medidas para incrementar la protección de los inquilinos ante los propietarios, así como aprobar legislaciones que faciliten a los estados aprobar grandes ayudas, incentivos fiscales para la reducción de los alquileres o para incrementar la construcción de pisos sociales.
De hecho, estos meses son clave para la negociación de los próximos presupuestos europeos del 2028-2034 y varios líderes están presionando para que incluyan partidas especiales para vivienda, cosa que sería inédita. Por ejemplo, la coalición de alcaldes de grandes ciudades europeas, que acoge ediles de todos los colores políticos, presentó un plan a la Comisión Europea para vivienda e instaron a la Unión Europea a potenciar la construcción de una vivienda nueva y la renovación de cinco viviendas por cada 100 habitantes durante los próximos cinco años. Para ello, solo en las 16 ciudades que forman parte de la coalición Alcaldes por la Vivienda se necesitarían unos 80.000 millones de euros hasta el 2030.
En la misma línea, el grupo del Parlamento Europeo de los socialdemócratas secundaron la petición de los alcaldes europeos de que la Comisión Europea, juntamente con otras administraciones y el sector privado, impulse la movilización de 300.000 millones de euros anuales en financiación para atajar la crisis habitacional durante los próximos años. Todas estas medidas, especialmente las relativas a la financiación, se van a discutir en el Consejo Europeo de este jueves, que lo preside el socialista portugués Antonio Costa.
La crisis de vivienda, la baza socialdemócrata
La familia socialdemócrata cada vez está más debilitada en toda Europea y su influencia en la Unión Europea se ha visto muy reducida. Entre los grandes países del bloque comunitario, España es el único que está gobernado por un gobierno progresista; en la Comisión Europea solo hay cuatro comisarios (de 27 titulares) socialdemócratas y el Partido Socialista Europea se mantiene como segunda fuerza del Parlamento Europeo, pero ha perdido peso y ahora el Partido Popular Europeo y la extrema derecha ya suman mayoría simple por primera vez en la historia.
En este contexto, y con un Partido Socialista Europeo desorientado, ha apostado fuerte por la vivienda y se ha convertido en uno de sus principales caballos de batalla en Bruselas. En las negociaciones para formar la actual Comisión Europea, liderada por la conservadora alemana Ursula von der Leyen, la familia socialdemócrata consiguió nominar por primera vez a un comisario de Vivienda y lo reivindicó como el inicio de una gran batalla contra la crisis habitacional desde las instituciones europeas.
De hecho, todas las iniciativas en materia de vivienda se están potenciando desde administraciones y departamentos dominados por los socialdemócratas, que están centrando todos sus esfuerzos a regular la vivienda. El grupo de alcaldes que está presionando la UE para estas medidas está liderado por el de Barcelona, Jaume Collboni, y sus homólogos de Roma y París, los también socialistas Roberto Gualtieri y Anne Hidalgo, respectivamente.
A la vez, los comisarios que se hicieron suyas las medidas en vivienda y que más están presionando en este sentido son el comisario Jorgensen y la vicepresidenta primera de la Comisión Europea, la exministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Y, ahora, es Costa, ex primer ministro socialista portugués, quien lleva a debate estas iniciativas en la cumbre con los jefes de gobierno y de estado. Es decir, la familia socialdemócrata, a pesar de su cada vez más reducida influencia en la Unión Europea, está poniendo todos sus esfuerzos tirar adelante medidas que pretenden atajar la crisis de vivienda. Habrá que ver si se salen con la suya.
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