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México se une a los países que conceden asilo a los opositores de Nicaragua

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha invitado al "diálogo", pero ha evitado una vez más condenar las medidas de Daniel Ortega, como la retirada de la nacionalidad a decenas de opositores nicaragüenses.

Presidente de México
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, da su conferencia matutina en la Ciudad de México. Alex Dalton / eyepix via ZUMA Pres / DPA / Europa Press

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha ofrecido este miércoles asilo y nacionalidad a los opositores nicaragüenses expulsados de su país. De esta forma, se ha sumado a otros países como Costa Rica, Brasil, Colombia, Chile, Honduras, España o Estados Unidos.

Además, ha invitado a resolver la crisis de derechos mediante el "diálogo", pero ha evitado condenar las medidas del mandatario centroamericano, Daniel Ortega. 

López Obrador ha explicado en una nueva comparecencia ante los medios que su Gobierno siempre ha tratado estos temas con discreción. No obstante, ha evitado condenar el régimen de Ortega, ya que trasladó al mandatario nicaragüense en una carta "que en ningún momento" se prestaría a "ser usado en campaña contra Nicaragua y su Gobierno".

Por otro lado, López Obrador sí se ha mostrado preocupado por el estado de salud en prisión de la excomandante guerrillera del movimiento sandinista Dora María Téllez, a quien ha ofrecido atención médica y asilo en México.

El silencio de obrador frente a otros líderes

El régimen de Ortega desterró el pasado 9 de febrero a 220 opositores y ha revocado su nacionalidad. Seis días después, las autoridades de Nicaragua han despojado de su nacionalidad a otros 94 nicaragüenses; entre ellos, religiosos, exfuncionarios, defensores de derechos humanos, disidentes sandinistas, opositores, periodistas y estudiantes.

El prolongado silencio hasta ahora del mandatario mexicano contrasta con el de otros Gobiernos de izquierda de Latinoamérica, como el del presidente chileno, Gabriel Boric, quien ha expresado enérgicamente su rechazo al régimen de Managua y se ha referido a Ortega como "dictador".

También se ha posicionado claramente el presidente colombiano, Gustavo Petro, que dijo que "América Latina debe ser un espacio sin presos políticos y sin presos sociales" e instó a la comunidad internacional a condenar las "violaciones de derechos humanos".

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