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Ofrecen cien mil euros por la cabeza del hombre que filtró las atrocidades de la Policía rusa

Vladimir Osechkin es el 'Julian Assange' ruso. En noviembre pasado, el Kremlin le incluyó en una lista negra del Kremlin por filtrar imágenes e información sobre las violaciones que se cometen en las cárceles rusas y denunciar a los torturadores. Vladimir trabajaba codo con codo con Navalny y corre el riesgo de correr la misma suerte. Ahora, alguien presuntamente vinculado al líder checheno Ramzán Kadyróv ofrece una recompensa por acabar con su vida.

Vladimir Osechkin, en la ciudad francesa de Biarritz, donde ha recibido protección policial, en vista de que han puesto precio a su cabeza.
Vladimir Osechkin, en la ciudad francesa de Biarritz, donde ha recibido protección policial, en vista de que han puesto precio a su cabeza. Ferran Barber

Sucedió a inicios de febrero. Era uno de esos días luminosos en que Vladimir Osechkin, de 40 años, sale a dar un paseo por la playa de Biarritz y graba uno de sus aplaudidos vídeos de denuncia sobre la violencia estructural en el sistema penitenciario ruso. Pero el día se torció cuando, a raíz de dos llamadas, supo que habían puesto precio a tu cabeza. "¿Cien mil euros por mis canas?", le preguntó Vlad a uno de los dos chechenos que le revelaron el plan de asesinato que se ha urdido contra él. Lo sabemos de primera mano porque, cuando recibe el aviso, estábamos trabajando junto al activista en una investigación sobre el sadismo nada refinado de la Policía rusa y el archipiélago gulag de Putin, la red de cárceles de castigo donde se tortura, viola y asesina a reclusos comunes y a presos políticos.

Vladimir tuvo que huir de Moscú, junto a su familia, en 2015 para evitar caer en las redes de los Servicios Federales de Seguridad, una institución conocida popularmente con las siglas FSB y que es la heredera directa del KGB. No es un secreto que Osechkin está refugiado en Biarritz, un destino turístico del suroeste francés y cercano a Euskadi. Tampoco es la primera vez que le tratan de intimidar o recibe amenazas, solo que en esta ocasión, según nos explica, no cabe la menor duda de que alguien tiene la determinación de acabar con su vida para silenciarle de una vez por todas.

¿Qué es lo que ha hecho este activista para atraer la ira de los altos cargos de la Policía rusa? Ni más ni menos que dar a conocer la corrupción del Ministerio de Interior y destapar pruebas de que el sistema penitenciario ruso y las prácticas de los agentes de seguridad se basan en la violación, la tortura y el asesinato. Durante los últimos tres años, el Estado que lidera Putin se ha ensañado especialmente con el movimiento anarquista y con la creciente oposición popular que ha surgido entre los jóvenes rusos. La actividad de Osechkin es ahora más peligrosa todavía debido a la batalla informativa que Moscú libra con el resto del planeta en medio de las amenazas de invasión a Ucrania. Y, a pesar de ello, el activista ruso no duda en asegurar que "Putin es la mayor amenaza existente para la seguridad del mundo".

La guerra de Vladimir va mucho más allá de lo retórico. Al igual que Julian Assange, artífice de la masiva filtración de Wikileaks, el activista ruso sustenta sus acusaciones con vídeos y documentos autenticados que no dejan un resquicio de duda acerca de la corrupción y barbarismo de las fuerzas de Seguridad de su país. Gracias a sus denuncias se han degradado o expulsado a varios funcionarios de prisiones, así como a agentes de las Fuerzas Especiales y el FSB, lo que le ha terminado por situarle en el punto de mira de la Policía a la que fiscaliza.

"Moscú están buscando un sicario entre los refugiados chechenos en Francia que esté dispuesto a cometer el crimen"

Gracias a las advertencias de dos refugiados rusos en Francia, Vlad sabe que "ciertas fuerzas del Hotel President de Moscú están buscando un sicario entre los refugiados chechenos en Francia que esté dispuesto a cometer el crimen por 100.000 euros". La segunda de las advertencias que ha recibido Osechkin es todavía más preocupante. Con arreglo a esta fuente, el autor del encargo [Vladimir no lo menciona directamente en sus declaraciones públicas pero la fuente citaba abiertamente a alguien del entorno del presidente checheno Kadirov] ya ha encontrado a gente dispuesta a terminar con su vida. La Gendarmería francesa ya está al corriente y se le ha asignado protección policial para evitar que se ejecute el crimen.

"Muy a menudo recibimos amenazas", nos explica, "pero, por regla general, no lo tomamos en serio". ¿Qué es lo que ha cambiado, entonces, para que esta vez el peligro sea tan tangible y creíble? En primer lugar, que la advertencia haya llegado por partida doble y procedente de dos fuentes no conectadas entre sí, y vinculadas a la comunidad chechena en Francia. La fiabilidad de ambas fuentes excluye que se trate de un intento más de intimidación y guerra psicológica. Ese es también el motivo por el que nos autoriza a divulgar lo que ha ocurrido. Osechkin cree que destapar el plan podría disuadir a los autores del encargo de seguir adelante.

¿Qué relación tenían los refugiados que le han revelado lo que ocurre con los padrinos dispuestos a pagar por su muerte? Los amigos de uno de ellos fueron directamente contactados "por personas influyentes del Hotel President de Moscú". A todos los efectos, es un plan de "asesinato por contrato". Existe, además, una tercera fuente moscovita citada por el refugiado que, según él, sostiene que uno de los empleados de la Oficina Central de la Dirección Operativa Principal del Servicio Penitenciario Federal de Rusia dijo recientemente que "en un futuro cercano el problema con Gulagu, la organización de Osechkin, y sus constantes filtraciones, quedaría radicalmente resuelto". De acuerdo a esta revelación, los asesinos reclutados eran exagentes secretos del norte del Cáucaso que habían pasado algún tiempo en prisión.

Si alguien sabe de las atrocidades del sistema penitenciario ruso ese es el propio Osechkin. Vladimir, quien fue encarcelado y torturado por negarse a sobornar a funcionarios que le reclamaban parte de los beneficios que obtenía de un negocio de automóviles que poseía en Moscú.

Cadáver de un joven ruso muerto cuando se hallaba bajo custodia policial.
Cadáver de un joven ruso muerto cuando se hallaba bajo custodia policial. CEDIDA

"Mis tres primeros años en prisión fueron muy difíciles por la tortura y las palizas que me daban pero mi situación mejoró el cuarto año", recuerda. "Entonces, tuve la oportunidad de leer por segunda vez Archipiélago Gulag, de Alexánder Solzhenitsye. La primera había sido en mi época de estudiante pero no me despertó las mismas emociones. A raíz de aquello comprendí que nuestro sistema penitenciario es exactamente igual al de los gulag de la Unión Soviética. Las jerarquías, las castas de los presos tratados como animales, la ausencia de derechos humanos, la fabricación de casos judiciales contra los perseguidos... Todo es idéntico. Después de darle una paliza a alguien, todo el mundo canta lo que sea necesario. En este sistema, están metidos todos, desde las fuerzas especiales a los funcionarios de prisiones o el comité de investigación. Todos van a una".

Osehckin pasó cuatro años en prisión y tras su liberación, en 2011, creó Gulagu-net, una organización cuya principal actividad es combatir la tortura y desenmascarar a los torturadores mediante vídeos y documentos que prueban la corrupción del sistema correccional ruso.

En 2014, llegó a ser el responsable del grupo de trabajo de la Duma o Parlamento ruso sobre el control público y la protección de los derechos de los ciudadanos en los centros de detención. Su negativa a doblegarse a las peticiones de un alto funcionario cercano a Putin para que filtrara la información que recababa al Gobierno volvió a ponerle en el punto de mira del FSB y, en última instancia, le obligó a huir a Francia. Desde el pasado mes de noviembre, se halla en una lista negra del Kremlin, que lo reclama para encarcelarlo de nuevo.

"La situación en el Donetsk es mucho más complicada. Aquel es un territorio fuera de la ley. Aquello es un drama, una tragedia"

"En Rusia hay más de doscientos centros de detención y más de quinientas colonias penales", nos detalla, "pero para administrar el sistema penitenciario crearon quince prisiones de castigo que usan para controlar a los reclusos. Todos los presos saben que si mueven un dedo contra las Fuerzas Especiales o se niegan a acatar las órdenes, después de dos o tres semanas, son transferidos a estas prisiones de castigo donde se les tortura y viola de forma sistemática. Cuando un preso quiere respetar los derechos humanos o se niega a trabajar para los carceleros o a ejercer violencia sobre otros presos es automáticamente trasladado a lugares como Rostov o Sarátov o Krasnoyarsk".

A Vladimir no le sorprenden las revelaciones realizadas por Público acerca de la red de cárceles secretas de los separatistas del Donetsk y de forma específica la de Izolyatsia, la peor de ellas y cuya existencia fue denunciada por este medio recientemente. "He visto imágenes de ese lugar en Internet y comprendí enseguida que Rusia controla aquellos territorios y que ha exportado los mismos métodos de tortura y violación que caracterizan al sistema penitenciario ruso. Sin embargo, la situación en el Donetsk es mucho más complicada. Ni es Rusia ni está bajo control de las autoridades ucranianas, de modo que la gente no puede acudir a un abogado o enviar una carta al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Aquel es un territorio fuera de la ley. Aquello es un drama, una tragedia".

A pesar de querer silenciarle, Vladimir repite que "el mayor y mejor guardado secreto de Putin es la tortura. Al cien por cien es muy efectivo. Es terrible, pero muy efectivo. Yo he creado la red Gulagu para que todo el mundo entienda que el sistema del gulag no se ha modificado. Antes era la Unión Soviética y ahora es la Federación de Repúblicas de Rusia, que respeta el gulag, respeta el sistema, respeta las tradiciones y a sus veteranos".

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