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Carlos Salamanca, excomisario de Barajas, condenado a cinco años por recibir regalos y dinero de empresarios

El encargado del aeropuerto ha sido sentenciado por la Audiencia Nacional por recibir jamones, coches de lujo o viajes familiares.

El excomisario del Aeropuerto de Madrid-Barajas Carlos Salamanca, en la Audiencia Nacional, a 8 de enero de 2024.
El excomisario del Aeropuerto de Madrid-Barajas Carlos Salamanca, en la Audiencia Nacional, a 8 de enero de 2024. Diego Radamés / Europa Press

La Audiencia Nacional (AN) ha condenado al que fuera comisario jefe del Aeropuerto de Barajas Carlos Salamanca a cinco años y ocho meses de cárcel por el trato VIP que el agente dispensó al empresario Francisco Menéndez —al que imponen tres meses de prisión— a cambio de distintos regalos para que él y sus clientes de Guinea Ecuatorial eludiesen los controles en el aeródromo madrileño.

En la sentencia, recogida por Europa Press, los magistrados de la Sala de lo Penal consideran a Salamanca responsable de los delitos de cohecho pasivo y otro de cohecho pasivo impropio por los regalos que recibió a cambio de dar "el mejor trato y consideración" a los clientes y familiares de dichos ejecutivos.

La Sala de lo Penal, por otro lado, ordena que Salamanca restituya al Estado la cantidad de 457.298,52 euros y el comiso de los relojes de las marcas Rolex modelo Oyser Perpetual Date GMT-Master II, de oro amarillo con brazalete y esfera verde index, y Hublot modelo Geneve.

Los magistrados, por su parte, imponen tres meses de cárcel a Menéndez por un delito de cohecho activo cometido por particular con la atenuante analógica de colaboración, en grado de muy cualificada. Cabe recordar que la Fiscalía Anticorrupción pidió una condena de diez años y nueve meses para Salamanca y seis meses para Menéndez.

El Tribunal, sin embargo, absuelve a ambos acusados del delito continuado agravado contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, en su modalidad de favorecimiento de la inmigración ilegal, y delito continuado de prevaricación administrativa.

Para la Sala no ha quedado acreditado que Salamanca haya infringido las normas reguladoras del control de inmigración con abuso de su cargo como comisario jefe del puesto fronterizo de Madrid Barajas, del que la acusación le atribuía para favorecer el tráfico ilícito de personas procedentes de Guinea Ecuatorial y que trabajaban en la empresa vinculada a Menéndez.

No hay tráfico ilícito de personas

A lo largo de 208 páginas, la sentencia explica que del examen de la prueba practicada en relación con esos delitos, atribuidos a ambos acusados, aunque con distinto título de imputación —autoría material a Salamanca y cooperación necesaria a Menéndez—, no se infiere "acreditación alguna acerca de la comisión, por uno o por los dos, de los delitos mencionados".

El fallo añade que no se ha acreditado el tráfico ilícito de personas, con vulneración de la normativa de entrada de Extranjeros, y que tampoco se constata que se haya dictado una resolución administrativa arbitraria con infracción del deber de obrar de conformidad con el ordenamiento jurídico.

Los magistrados sí consideran probado que Salamanca aceptó regalos, pagos en efectivo y viajes. En el caso del empresario Francisco Menéndez, indican, fueron como recompensa para que el comisario dispensara un mejor trato a los clientes ecuatoguineanos del ejecutivo que tenían puestos de responsabilidad en Guinea.

Para la Sala, no se trata de actos aislados, sino que todo ello formaba parte de una trama delictiva donde se entregaba una pluralidad de dádivas a un funcionario público a lo largo de un dilatado periodo de tiempo en cuantías importantes para obtener la satisfacción de los intereses personales y patrimoniales de determinados sujetos.

Porsche Cayenne y Panamera

En el caso del empresario ya fallecido Fernando Luengo, la Sala considera acreditado que entregó a Salamanca como mera atención y en consideración a sus cargos policiales un Porsche Cayenne. En el caso de Menéndez, se considera probada la entrega de un Porsche Panamera, dos relojes de lujo, un viaje familiar a Londres y distintas cantidades económicas.

El tribunal indica que por la cantidad de las dádivas y por su elevada cuantía "no puede concebirse que las entregas y correlativas recepciones de dinero y otros efectos se traten de meros regalos efectuados entre personas unidas por una relación de amistad".

Para los jueces, el cohecho pasivo continuado cometido por Salamanca se ha acreditado en las actuaciones porque no supo dar explicaciones razonables sobre la "pertenencia y permanencia en su domicilio de la ingente cantidad de objetos suntuarios y suministros gourmets —jamones de la marca Joselito— que se intervinieron, ni del viaje a Londres con que fueron agasajados él y su esposa, habiendo admitido ciertos abonos".

Uno de esos pagos, según la sentencia, aparece en la conversación mantenida con Menéndez para que "fuera espléndido a la hora de regalar al hijo del primero con motivo de su boda (25.000 euros en total), no pudiendo negar los abonos que se hacían de los gastos de los vehículos que utilizaba, ninguno de los cuales estaba a su nombre".

"Tales gastos, por su cuantía y su constancia, exceden de los que un simple amigo efectúa, especialmente cuando el que los realiza niega que se trataran de meras liberalidades, pues tendían a buscar un trato de favor en el aeropuerto de Madrid-Barajas para sus clientes relacionados con la empresa nacional de petróleo de Guinea Ecuatorial (GEPetrol)", concluyen los magistrados.

El fallo llega tres meses después de la celebración de la vista oral, que tuvo lugar el pasado mes de enero. Se trata del segundo juicio por el conocido como caso Villarejo y la cuarta línea de investigación juzgada después de que la Audiencia Nacional dictase una sentencia por las piezas Iron, Land y Pintor.

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