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Casa Cornide Franco Después de Meirás toca la Casa Cornide, el palacete que los Franco expoliaron en A Coruña

La Xunta inicia el procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural el inmueble del que se apoderó el dictador mediante una trama apoyada por apellidos ilustres de las élites políticas y económicas de Galicia y España.

Vista de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña.
Vista de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña. J.O.

La Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia ha iniciado el procedimiento para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII ubicado en el casco histórico de A Coruña que pertenecía al Ministerio de Educación y del que Franco se apoderó mediante una compleja trama política y administrativa comparable a la que empleó para hacerse con el Pazo de Meirás.

El expediente abierto de la Xunta, que según la oposición gallega llega demasiado tarde, permitirá abrir al público el inmueble y, en su caso, iniciar los procedimientos judiciales precisos para recuperarlo para el patrimonio público, pero probablemente no evitará que los herederos del tirano lo vacíen de los bienes de valor histórico que contiene. Al contrario de lo que sucede en Meirás, donde el Juzgado de Instrucción número 1 de A Coruña ha paralizado la mudanza ordenada por la familia del dictador hasta que no se decida qué objetos les pertenecen y cuáles proceden del expolio, sobre la Casa Cornide no existe procedimiento administrativo o judicial alguno que impida que puedan llevarse lo que quieran, si no lo han hecho ya.

Esa circunstancia parece más que probable si se tiene en cuenta que la familia quiere deshacerse del inmueble. El año pasado la pusieron a la venta en el portal Fotocasa, describiéndola como una "exclusiva propiedad del año 1900 reformada en 1964 y recientemente en el 2018".

En realidad, la Casa Cornide fue construida a mediados del siglo XVIII por el ingeniero militar Francisco Llobet en la calle Damas de la ciudad vieja coruñesa, a escasos metros del frente de la colegiata románica de Santa María do Campo. Tiene tres plantas y más de 800 metros de superficie útil. En 1900 fue adquirida por José Andrés Cornide de Folgueira y Saavedra, naturalista y humanista y destacado partícipe del movimiento de la Ilustración en Galicia.

La puerta de entrada de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña.
La puerta de entrada de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña. J.O.

Cornide la reformó, y con el tiempo su familia acabó cediéndosela al Ayuntamiento de A Coruña, que durante varios años en el siglo XIX la convirtió en sede de varios departamentos municipales hasta que se transformó en escuela y pasó a manos del Ministerio de Educación.

En plena Guerra Civil, el robo del Pazo de Meirás, un palacio de piedra de torres almenadas y reminiscencias medievales había contribuido a dibujar la imagen de Franco como caballero y señor, investido de la gracia divina necesaria para librar su asesina cruzada contra la legitimidad democrática de la República. Incluso el hecho de que hubiera sido construida por la condesa Emilia Pardo Bazán, una de las intelectuales más relevantes del siglo XIX, había revestido al dictador de esa pátina aristocrática e ilustrada de la que los Franco carecían, y por la que anhelaban para ganarse el respeto de las clases pudientes de la España de la primera mitad del siglo XX.

A principios de los años sesenta todo aquello estaba ya consolidado, y los Franco empezaron a barajar la idea de hacerse con una vivienda en A Coruña adecuada a su estatus. Su esposa, Carmen Polo, se encaprichó con la Casa Cornide, que consideraba más cómoda y funcional que el Pazo de Meirás, ubicado en Sada, a una media hora larga en coche del centro de A Coruña por las serpenteantes carreteras de entonces, para hacer vida social con sus amigas coruñesas. Con la colaboración de las mismas élites franquistas que les habían facilitado la ocupación de Meirás, y cuyos apellidos siguen hoy siendo sinónimo de buenas relaciones con el poder político, social y económico del país, diseñaron una estudiada trama para hacerse con ella.

A principios de 1962, el Ayuntamiento de A Coruña, dirigido por Sergio Peñamaría de Llano, adquirió la Casa a cambio de otra parcela al Ministerio de Educación, en una operación firmada por Ricardo Catoira, jefe de la Casa Civil del Caudillo, y por Pío García-Escudero y Fernández de Urrutia, consejero nacional de Educación. Poco después, el 3 de julio de ese mismo año, el pleno del Ayuntamiento acordó su venta en subasta pública.

A la subasta, celebrada el 2 de agosto, sólo se presentan Pedro Barrié de la Maza, conde de Fenosa, el acaudalado empresario, armador y banquero testaferro de Franco que había financiado los gastos del bando de los sublevados durante la Guerra Civil, y quien ya había organizado la trama para hacerse con Meirás; y José Luis Amor Fernández, subjefe del Movimiento Nacional en A Coruña. No hay más puja que la de Barrié, que se hace con el inmueble por 305.000 pesetas (unos 18.000 euros). Inmediatamente después, el banquero comunica al Ayuntamiento su intención de regalarle la Casa "a la Excelentísima Señora doña Carmen Polo y Martínez Valdés, esposa de Su Excelencia el Jefe del Estado".

Sólo un día antes, el jefe de la Casa Civil de Franco escribe al subsecretario de Hacienda, Juan Sánchez-Cortés y Dávila, para ponerle al tanto del presumible éxito de la operación: "Mi querido amigo. Tengo el gusto de comunicarte que hoy por fin ha terminado el plazo para la subasta de la célebre casa que tanto deseaba Su Excelencia. Hoy también se reúne el Pleno para adjudicarla a un particular y este venderla a la Señora. Así se lo hemos explicado a Su Excelencia por ser la mejor fórmula, ya que de esta forma no se hace una adjudicación directa de bienes que fueron del Estado al propio Caudillo. Los señores están encantados porque han logrado el deseo de poder tener una casa en La Coruña, para que cuando tenga que desplazarse la Señora no haya necesidad de abrir el Pazo de Meirás, que tantas molestias origina por lo grande que es esta residencia y el número de criados y servidores que necesitan. Así que mañana, Dios mediante, ya tendremos la escritura y empezaremos las obras de reforma interior".

Detallle de la fachada de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña.
Detallle de la fachada de la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII, en el casco histórico de A Coruña. J.O.

La carta de Ricardo Catoira al subsecretario del Ministerio de Hacienda (el ministro era entonces Mariano Navarro Rubio) fue encontrada en una carpeta rotulada como "Varios Pazo de Meirás" en el Archivo del Palacio Real por Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, los historiadores autores de Meirás. Un Pazo, un Caudillo, un expolio (Fundación Galicia Sempe, 2018). Se trata de la investigación más exhaustiva y documentada, y también amena, que se ha hecho hasta la fecha sobre las artimañas ideadas y ejecutadas por Franco para hacerse con la fortuna de la que hoy disfrutan sus herederos.

"Todo el proceso fue diseñado desde el principio con la finalidad de satisfacer las pretensiones de la Señora", cuentan los autores, que lamentan ahora que la Xunta haya tardado tanto en iniciar el procedimiento, permitiendo que la familia haya podido vaciar la Casa Cornide de aquellos bienes, obras de arte y objetos de valor histórico que, como sucede con los de Meirás, pudieran ser objeto de reclamación por parte del Estado.

La investigación de Babío y Lorenzo ha sido una de las bases fundamentales para que el Estado haya podido recuperar el Pazo de Meirás, y probablemente también abrirá la vía para que la Casa Cornide sea recuperada para al patrimonio público.

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