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El caso Montón reabre la herida socialista

Los críticos de Pedro Sánchez en el Congreso se lamentan del nombramiento de la ministra de Sanidad recién dimitida. Recuerdan que ya se conocía que tenía un máster del "chiringo de la Universidad Rey Juan Carlos" antes de ser nombrada. 

Pedro Sánchez durante el pleno. EFE

Dicen que el poder es el mejor pegamento, pero el del PSOE de hoy, aunque esté en la Moncloa, no pega tanto. El caso Montón, por el máster de la dimitida ministra de Sanidad, ha puesto a prueba su adherencia y lo que había sido hasta ahora apoyo incondicional socialista al nuevo Gobierno, aunque fuera tibio entre las filas antipedristas, ahora ya no lo es tanto. El cierre de filas de los de la rosa se tambalea con cada error. 

Mientras la versión oficial es "orgullo por la reacción de este Gobierno y orgullo por la dimisión de nuestra ministra" , "hemos elevado el listón, Pablo Casado tiene que dimitir", "hablamos con hechos no con palabras", etc, en la versión extraoficial hay otras cosas. El grupo parlamentario socialista sigue supurando por la herida que no se ha cerrado del todo.

Algunos  diputados socialistas se preguntan  cómo es posible que el presidente le diera una cartera ministerial a alguien del que ya se sabía que tenía este asunto encima. "Se puede confiar pero hay que verificar", afirman sobre la posibilidad de que la exministra diera por zanjado el tema, después de haber contestado preguntas de la oposición, en el parlamento valenciano, sobre el máster que le ha costado la cartera.

¿Cómo aceptas ser ministra con semejante muerto en el armario?", se preguntan otros. Los hay que también atacan al presidente por haber salido a respaldarla horas antes de que las últimas noticias precipitaran su dimisión. Fuentes cercanas al presidente, reconocen que estaba dispuesto a sostenerla hasta que se hizo público que se habían cambiado sus notas y, sobre todo, que había plagiado el trabajo de  fin de máster (TFM). Las mismas fuentes afirman que la llamada no fue necesaria, que la dimisión fue iniciativa de Carmen Montón

Fuentes de la dirección del grupo parlamentario también acusan a la ya exministra de no haber avisado, de alguna manera, de lo que podía suceder.  Aclaran que no se refieren solo al pasado, cuando se le ofreció el cargo, si no también a estos días,  cuando las informaciones empezaron a salir y ella conocía la dimensión del problema. 

Los afines a la hasta ayer ministra, cercanos del Consejo de Ministros y de otras épocas en el Congreso de los Diputados, lamentan su situación y subrayan "la buena fe de Carmen". Están convencidos de que no quiso ni buscó ningún trato de favor pero reconocen que "las cosas no estuvieron bien hechas" y "la dimisión era inevitable". En eso sí hay unanimidad en las filas socialistas aunque también hay quién cree que "el listón está demasiado bajo", que "al final no habrá quién se salve" y que la política se está convirtiendo  en un "lodazal" donde nadie defiende a nadie. 

La amortización que pretende hacer el Gobierno de esta caso es la dimisión de Pablo Casado. Adriana Lastra, la portavoz parlamentaria hoy ha pedido su dimisión directamente en declaraciones a los medios. "Hemos elevado el listón", ha afirmado para justificar la petición. La ministra de hacienda, María Jesús Montero, también ha señalado a Casado con la comparativa: "nosotros hablamos con hechos no con palabras", ha afirmado. Pablo Iglesias también apoya la idea y ha avisado a Casado, en declaraciones, de que tras la dimisión de Montón ahora es él quien tiene que enseñar su trabajo del máster. Carles Campuzano, el portavoz del PdeCat, también se ha sumado al coro de voces que pide a Pablo Casado que reflexione, después de la dimisión de la ministra. 

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