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Congreso de los Diputados El debate sobre cómo combatir al brazo mediático de la ultraderecha estalla en el Congreso

El modo de actuar de los empleados de estos pseudomedios ha perturbado el ambiente de trabajo en esta institución, afectando al libre ejercicio del periodismo. Una queja formal de los responsables de comunicación de hasta doce partidos ha puesto de manifiesto un debate que hasta la fecha se había abordado internamente y de manera informal.

05/05/2020.- Imagen de archivo de la fachada del Congreso de los Diputados. Eduardo Parra / Europa Press
Imagen de archivo de la fachada del Congreso de los Diputados. Eduardo Parra / Europa Press

Desde el pasado mes de septiembre, la forma de actuar de personas acreditadas en el Congreso ha perturbado el ambiente de trabajo de los profesionales de la comunicación en las salas de ruedas de prensa y en los pasillos de esta institución. Este clima de tensión se ha manifestado especialmente cada martes, cuando tienen lugar las ruedas de prensa de los diferentes representantes de los partidos tras la Junta de Portavoces.

Los empleados de estos pseudomedios acreditados vinculados a la extrema derecha, como Edatv, cuyo director es Javier Negre (condenado en varias ocasiones a rectificar por difundir bulos), o el recién nacido 7NN (una televisión que se define como conservadora y católica), han emulado el modus operandi de los diputados de Vox desde la tribuna de oradores.

Así, las declaraciones de los portavoces, especialmente de izquierdas, nacionalistas e independentistas, han quedado embarradas por las faltas de respeto hacia los políticos y periodistas, y por preguntas que en la mayoría de ocasiones poco o nada tienen que ver con el trabajo parlamentario.

Estas escenas también han ocurrido, en menor medida, en comparecencias de diputados de PP y Cs. En cambio, en las de Vox, la buena sintonía es más que evidente: "Sí, Iván, querido portavoz, para Edatv", comenzó la pregunta un periodista del medio al portavoz ultra en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

A tenor de sus publicaciones, lo interesante para estos medios no es conocer qué sucede en el Congreso y cómo afecta a la población todo lo que allí acontece en el marco del derecho a la información, sino extraer cortes de vídeos en el que el trabajador de turno se encara con los parlamentarios a través de cuestiones que, lejos de ser incómodas, "trascienden los límites del periodismo", según se desprenden de los comentarios que se escuchan por los pasillos de la Cámara Baja. 

Debate interno en los pasillos del Congreso

Durante todo este tiempo y a la luz de los hechos, el debate sobre cómo combatir este brazo mediático de la ultraderecha ha estado ahí, pero se ha mantenido en la intimidad tanto en el entorno de los trabajadores de los medios de comunicación como en el de las formaciones políticas ante su complejidad para abordarlo.

También se ha llegado a comparar esta forma de actuar en sede parlamentaria con las preguntas que la mayoría de periodistas realizan a los representantes de Vox, quienes han cuestionado públicamente a los trabajadores de la comunicación por hacer su trabajo acorde a las normas no escritas del periodismo.

Pese a todo, la mayoría de los diputados han usado diferentes fórmulas para responder: desde "no participamos en burbujas mediáticas de la ultraderecha" (una frase muy usada por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián) hasta "contestarte sería una falta de respeto hacia sus compañeros, que son periodistas de verdad" (una de las respuestas dadas por el diputado de Unidas Podemos, Pablo Echenique).

Preguntas y respuestas que, muchas veces, han virado el escenario hacia un diálogo in vacuo en el que estos trabajadores acreditados han llegado a tildar de "palmeros" al resto de asistentes a las ruedas de prensa, además de saltarse los turnos, fijados en orden por los jefes de prensa, para tomar la palabra. 

Estas escenas de tensión han repercutido en el libre ejercicio del periodismo, ya que muchos periodistas han decidido seguir las comparecencias de forma telemática, mientras que muchos portavoces han rehusado hacer off the record por temor a que no se respete e, incluso, han reducido el tiempo de sus intervenciones desde la sala de ruedas de prensa del Congreso.

Los responsables de comunicación piden "respeto"

Con todo, el debate sobre esta situación ha estallado esta semana en la Cámara Baja después de que los responsables de comunicación de hasta doce formaciones políticas (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, PDCat, Más País-Equo, CUP, Compromís, BNG y Nueva Canarias) remitieran a la Secretaría General del Congreso un comunicado en el que manifiestan su preocupación por el comportamiento de "algunas personas acreditadas".

"Dicho comportamiento desvirtúa las ruedas de prensa y genera un clima de tensión que dificulta el trabajo del resto de periodistas que realizan su labor con profesionalidad. Lo que deberían ser comparecencias de actualidad parlamentaria se están convirtiendo en careos ideológicos", reza el escrito. 

Asimismo, tras denunciar que este modo de actuación "no se corresponde con el código deontológico ni con los principios de actuación acordados por los y las profesionales del ramo", los jefes de prensa de los partidos piden al Congreso que tome las "medidas necesarias" con el objetivo de restablecer el buen funcionamiento de las ruedas de prensa en el Congreso, "sin poner en riesgo la libertad de información y el buen clima en la sala de prensa que, desde siempre, se venía produciendo", remacha el comunicado conjunto hecho público este miércoles.

Pese a no pedir que el Congreso expulse a los trabajadores de estos pseudomedios ni que se les censure, los máximos representantes de la derecha de PP, como Pablo Casado, Isabel Díaz AyusoJosé Luis Martínez-Almeida; y Cs, como Inés Arrimadas, y, por supuesto, de la extrema derecha, han salido en tromba para tildar esta acción reivindicativa de "censura socialcomunista", "mordaza" y "secuestro de nuestras libertades". No obstante, varios parlamentarios del PP han reconocido en privado el "circo" de estos empleados que "solo buscan el foco mediático".

Los periodistas se pronuncian

Varias asociaciones de profesionales también se pronunciaron sobre este hecho. En concreto, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) hizo un "llamamiento a periodistas y políticos para que desarrollen sus relaciones en un clima de respeto mutuo", un comunicado al que se sumó más tarde la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

Si bien, según ha podido saber este medio, algunos de los firmantes del escrito dirigido al Congreso se reunieron este jueves en la Cámara Baja con miembros de la APP para trasladar nuevamente su malestar y, previsiblemente, esta organización emitirá en los próximos días un escrito propio para defender el ejercicio de profesión de los responsables de comunicación de los partidos.

Otros casos en otras cámaras autonómicas

Ante esta queja formal, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha aclarado que no le corresponde a la Mesa tomar una decisión al respecto. "Es un escrito que se ha presentado dirigido a la Secretaría General, que está adecuadamente dirigido porque es algo que gestiona y, concretamente, a la Dirección de Comunicación del Congreso. Siempre ha sido así", ha explicado en una entrevista en RNE, recogida por Europa Press.

En este sentido, ha añadido que la Dirección de Comunicación y la Secretaría General tomarán las decisiones adecuadas "si es que hay que tomar alguna". "Por suerte, tienen una gran independencia y una gran profesionalidad para tomar las mejores decisiones". Si bien, fuentes de la mesa han avanzado a este medio que en su reunión del próximo martes "se debatirá, al menos" sobre esta denuncia.

Por otra parte, desde la Dirección de Comunicación explican los requisitos para poder acceder al Congreso, como la obligatoriedad de ser una empresa constituida jurídicamente (con sede y teléfono), que actualice sus contenidos periódicamente, y cuyo director o máximo representante solicite la acreditación.

En todo caso, los momentos de tensión vividos en los últimos meses en el Congreso también se han escenificado en otras cámaras autonómicas, como la Asamblea de Madrid o Les Corts valencianas, con el mismo modus operandi. Incluso, fuera de estas instituciones, pero con los políticos de dichos territorios.

Es el caso de la líder de la oposición de Más Madrid, Mónica García, perseguida hasta la puerta de su casa por los empleados del canal 7NN y las llamadas a los vecinos de los portales colindantes para hacerles preguntas sobre su vida personal que nada tienen que ver con su papel como representante de la ciudadanía.

En la Comunitat Valenciana sucede algo similar por parte de la tertuliana, colaboradora de Edatv y cofundadora de Vox Cristina Seguí, quien "entorpece el trabajo parlamentario" en Les Corts e "intimida" a representantes políticos de izquierdas, como a la vicepresidenta y portavoz del Govern valenciano, Mónica Oltra, según denuncian desde su gabinete de prensa.

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