El bastión de Vox era Murcia, la única región donde ganó las pasadas elecciones generales y logró tres diputados. No obstante, esa fortaleza se podrá ver comprometida tras la dimisión en bloque de la Ejecutiva regional por el "gran crecimiento" experimentado en la formación de ultraderecha desde su crecimiento y por el "exceso de trabajo", según argumentó el vicesecretario de Juventud, David Ibáñez.

Tras la dimisión del Comité Ejecutivo Provincial (CEP), se nombrará una gestora cuyos miembros decidirá la dirección nacional del partido, donde es posible que también estén en la cúpula algunos de los dimisionarios, hasta abril de 2021, cuando se celebrará un proceso electoral interno.

Según destaca Efe,  Ibáñez declaró que la Ejecutiva había tomado la decisión desde antes de las elecciones generales, ya que se había producido un "incremento en un 1.500 por ciento del número de afiliados, de unos 140 a 2.600 en toda la comunidad" y eso les suponía una gran carga de trabajo. "No dábamos abasto" sentenciaba.

En Barcelona exigen la vuelta de la anterior dirección 

Un grupo de afiliados de Vox en Barcelona ha atraído los focos mediáticos en los últimos días, al posicionarse en contra de la gestora designada en octubre por los exmiembros de Plataforma per Catalunya (PxC). En esa Ejecutiva se encuentran dos dirigentes contra los que se dictó un auto por delitos de discriminación y provocación al odio.

La ejecutiva nacional acordó, a principios de octubre, cesar al denominado Comité Ejecutivo Provincial (CEP), tras la visita del presidente de Vox, Santiago Abascal, a Catalunya, pero los afiliados consideran que la destitución de la ejecutiva barcelonesa no fue acorde a los estatutos y que no hubo expedientes previos, por lo que han denunciado al comité ejecutivo nacional (CEN) del partido en los tribunales.

Con la denuncia, los militantes exigen como medida cautelar que se anule el acuerdo del CEN que designa una gestora y que se restituya a la anterior dirección.