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femenino plural Maribel Mora: "Es fundamental que la sociedad se crea la reinserción"

La diputada de Adelante Andalucía reflexiona en esta entrevista sobre la importancia de trabajar con seriedad en la reinserción de maltratadores para proteger a las mujeres.

Maribel Mora, diputada de Adelante Andalucía.

raúl bocanegra

Maribel Mora recibe a Público con una cálida sonrisa en la resaca de otro 8-M, Día de la Mujer Trabajadora, espléndido y rompedor. Está sentada en una mesa en la cafetería del Parlamento de Andalucía. Delante de ella, reposa una carpeta llena de documentación, que se ha estudiado a conciencia en su pequeño y mal iluminado despacho en el palomar de la Cámara.

Mora lleva toda su vida adulta -primero en el asociacionismo, después, desde hace 4 años en Podemos, hoy Adelante Andalucía- en la pelea por iluminar aquellos rincones de la sociedad en los que habita ese monstruo llamado soledad, ya sea en el final del viaje a través del Estrecho, ya sea en una celda de un penal siempre demasiado frío o demasiado caliente.

Mora tiene un compromiso inquebrantable con los derechos humanos y un espíritu crítico y alegre, indispensable para sobrevivir a las miserias que contempla y contra las que pelea. Todos los días son complicados cuando una se empeña en pelear contra burocracias, rutinas, inercias, instaladas desde tiempo atrás en las mentes y en los cuerpos también.

En este encuentro con Público, Mora habla de violencia machista y de la protección de las mujeres. La diputada de Adelante Andalucía insiste en que hay que dejar de ver la violencia machista como un suceso.

"Es un proceso que concluye en violencia psíquica, agresiones o el asesinato, pero proviene de una desigualdad en muchos ámbitos que arrastramos desde hace mucho tiempo: en el ámbito laboral, brecha salarial, mayor precariedad, mayor probreza, rol de ciudados, diferentes oportunidades. Hay que atajar la raíz del problema. Y esa raíz es un sistema machista y patriarcal. Si no solucionamos ese problema, estamos solamente poniendo parches".

Ello incluye algo que se suele olvidar, y que está al final de la cadena: la seguridad de una mujer agredida, maltratada, no acaba con la condena. “Una vez que falla el sistema, que la mujer queda desprotegida, que se produce el delito, nadie se acuerda de la ultima fase de todas que es cuando el maltratador o el agresor entran en prisión. La Constitución te obliga a reinsertar y la ley te obliga a que Instituciones Penitenciarias tenga programas y tratamiento en los centros penitenciarios. Pero no los hay en todos y en los que hay, hay listas de espera”. La Ley de Atención a las Víctimas de violencia de género obliga a que haya programas de reinserción en los penales del país.

“No hay inversión para la reinserción. El Gobierno no invierte dinero en estos programas”, prosigue Mora. “Los hacen con colaboraciones puntuales de universidades, con algunas ONG y con las mismas plantillas, diezmadas y saturadas de funcionarios, a los que, en muchos casos, les falta preparación. Este es un asunto importante porque estas personas van a salir a la calle. La mejor manera de proteger a una mujer es rehabilitar a ese hombre. La prisión es un entorno tremendamente machista, que refuerza los roles machistas. El que comete un delito de este tipo no sale enfadado con la sociedad, sale enfadado con una persona concreta a la que culpa de su tiempo en prisión”.

“Los programas de evaluación para agresores sexuales ni siquiera tienen evaluación y los que hay para maltratadores, condenados por violencia de genero, tienen una evaluación hecha profesores externos de universidad y que además no está publicada", se lamenta.

Machismo y educación

Para llegar a estas conclusiones, Mora parte del análisis de lo que pasa antes de la cárcel: “Se habla mucho de violencia machista, pero solo se habla de las consecuencias del machismo. Uno de los problemas que tenemos es que no se invierte en las causas que provocan los asesinatos que son el machismo y la sociedad patriarcal. Es fundamental la educación y que todas las políticas públicas tengan una visión de género. La administración tiene potencial transformador si quiere. Otra cosa es si se quiere. Pueden poner todos los recursos de la administración alineados con el feminismo y la igualdad y que impregne todas las políticas públicas del Gobierno. No está muy claro qué va a hacer este gobierno, el andaluz, cuando va de la mano de un partido que defiende el machismo, como Vox”.

Prosigue Mora: “Lo fundamental es ir a la raíz del problema. Las mujeres estamos discriminadas. Son miles de cosas que te llevan al final a no tener las mismas opciones en la vida. Existe la brecha salarial, tenemos trabajos más precarizados, mayor nivel de pobreza. Y en Andalucía en un porcentaje superior al del resto del país. Todo ello supone que hay que invertir fundamentalmente en educación, en los servicios sociales. Para que la violencia machista no se produzca, es urgente que la formación en igualdad y libertad de género habite de forma estructural y curricular en escuelas e institutos. Los recortes perjudican a las mujeres”.

Los recursos son deficitarios, en Andalucía el año pasado no se ha ejecutado el presupuesto entero, que además es pequeño. Una vez que se produce el delito, hay que mejorar todo el circuito de atención a la víctima y de atención a las mujeres. Entre otras cosas, porque todo el sistema esta impregnado de machismo. Hace falta formación ahí. Algunos puntos de atención a la mujer no funcionan. El PSOE no los dotó de recursos suficientes. Hay que ir a la raíz del problema, que es el machismo”, remacha la diputada de Adelante Andalucía.

Reincidencia

Los datos de reincidencia general, para todos los delitos, señalan que 31,6% de los condenados vuelve a delinquir, según los datos oficiales que maneja Mora. Sin embargo, “con el tratamiento, la reincidencia cae al 16%”, explica Mora. “El tratamiento es importante. De los condenados por agresión sexual, solo el 13% está en programas. Hay muchas prisiones en las que no hay programas para condenados por violencia de género. Muchos están en listas de espera. La mayoría de condenados quieren entrar en los programas, porque después se les valora a la hora de los beneficios penitenciarios”.

¿Es posible reinsertar a un maltratador? “Por supuesto”, dice Mora, que distingue los tratamientos entre agresores sexuales y maltratadores. “Es fundamental que la sociedad se crea lo que es la reinserción. Una de las formas de proteger a las mujeres es invertir en reinserción”.

Aún que da mucho por hacer, en opinión de Mora, que ha investigado y sigue investigando sobre el tema, en un ejercicio de curiosidad permanente. Así describe la situación real de la rehabilitación: “Los programas son voluntarios. A los presos no se les puede obligar a apuntarse. Vemos diferencias entre los agresores sexuales y los condenados por violencia de género. Los primeros tienen reticencias, suelen tener condenas largas y se quejan de que los programas no les sirven de nada. Entonces no le ven la necesidad. Y algunos de ellos tienen unos perfiles muy complicados. Y para los presos por violencia de género, sí quieren acceder en general, es importante para ellos porque les reporta beneficios penitenciarios. Podemos mejorar. En todos los países punteros, se busca la manera de hacer los programas atractivos. Aquí es todo absolutamente protocolario y los funcionarios están desbordadísimos”, remacha la diputada de Adelante Andalucía.

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